De camino, la vista se me había ido
hacia la rompiente del mongol, donde cuando entra maretón te puedes quedar
flipao viendo a los pros correr olas enormes que terminan estrellándose contra
los bloques.
Personalmente puedo suspender la sesión de entreno o el paseo para quedarme embobado mirando a esta peña, varios de los cuales pueden ser colegas míos, negociando semejantes olakas.
No me extraña que la gente se enganche al surfing, tiene que ser alucinante…
Personalmente puedo suspender la sesión de entreno o el paseo para quedarme embobado mirando a esta peña, varios de los cuales pueden ser colegas míos, negociando semejantes olakas.
No me extraña que la gente se enganche al surfing, tiene que ser alucinante…
Pero hoy, aunque se veía que había habido, o que iba a entrar más tarde, no asomaban surfers en la superficie ondulada, así que seguí hasta la penúltima cala de pedreru, donde están las travesías clásicas de la Lloca.
Va a tocar correr... |
Llegué sabiendo que la marea estaba casi a tope, pero sabiendo también que en esta zona hay traves que no mojan nunca. El problema es, cuando ya veo desde la rampa cómo rompen las olas, que para llegar hasta lo seco voy a tener que estar atento a la serie y quizá incluso echar una carrera.
En la Lloca hay cuatro travesías
bien distintas entre sí: de izquierda a derecha son, primero un muro de
hormigón tumbado de unos diez o doce metros, de grado difícil de determinar,
pero que está muy bien para entrenar técnica de pies.
Después hay una trave
corta pero muy tiesa, diría que incluso puede que desplome algún grado (o eso
parece por momentos). Esta también tendrá unos doce o catorce metros. El grado
es muy fácil, cantos muy variados y abundantes, por tanto muy buena para
entrenar en mi estado.
La tercera travesía es sin duda la
más guapa: tendrá sus cuarenta metros, y tiene pasos aislados que serán hasta 6b+
o 6c y en conjunto podrá rondar el 7a (en grado de vía, yo de bloque no sé
cotar). Esta es buenísima, pero hoy las olas le llegan a la mitad derecha, así
que no creo que me ponga en ella.
La primera trave, tumbada de hormigón |
La segunda, corta y fácil, pero tiesa |
Por último está la de la rampa,
pero aquí casi nunca entreno ya, desde que pusieron la barra de mano se
fastidió la mitad superior. También la recuerdo como muy buena para entrenar,
siendo fácil y tiesa.Hoy además las olas la tienen pingando hasta arriba.
Cuando llego al pie de las traves
secas, el sol aún no pega en el muro, pero la temperatura y el tacto son muy
buenos.
Me vendo, me calzo, estiro un
mínimo, y le doy tres seguidas ida y vuelta a la corta tiesa. Bajo
hinchado.
Sentado en las rocas, viendo las olas llegar hasta apenas dos metros de mis pies, me relajo y recuerdo sensaciones vividas a lo largo de los años, aquí o en la “argolla”, donde tantas horas de entreno he disfrutado.
Sentado en las rocas, viendo las olas llegar hasta apenas dos metros de mis pies, me relajo y recuerdo sensaciones vividas a lo largo de los años, aquí o en la “argolla”, donde tantas horas de entreno he disfrutado.
Vuelvo a darle, pero esta vez sólo
ida, vuelta, e ida. No doy para más.
Cuando llega el sol la sensación
incluso mejora, excepto en mis antebrazos!
Regletas y agujeros típicos de las traves de la playa |
Es en estas travesías donde aprendí
a escalar, y donde gané la mayor parte de mi fuerza y resistencia (ambas muy
superiores hace tiempo a las actuales). En aquella época no había rocódromos y
mucho menos salas de Boulder. Como ventaja, la sensación de escalar aquí es
mucho más cercana a la real que sobre presas de resina: la forma de agarrar y de
colocar pies. Como desventaja clara, aquí no hay desplomes. Además, como el
patio de mi casa, cuando llueve se moja. Y de noche, pues eso, es de noche.
Pero durante mucho tiempo, el
búlder y el entreno para mí y mis colegas era en la playa: vaya lujo!
Le doy ahora una pasada a la de
hormigón, para ver qué tal, y la encuentro especialmente difícil hoy…
Después de descansar otro rato me
subo a la de antes y le pego un pase final ida y vuelta.
Está claro que ha sido una buena sesión de entreno.
Qué lujazo tener esto y saber disfrutarlo.
...vaya cantidad de horas que nos pasamos muchos "Culos Moyaos" y algun foriatu en estas piedras...y en la zona del Piles...con su The Wall particular...
ResponderEliminarYo ya voy muy esporádicamente,...pero cuando se esta ahí, se entrena, se disfruta y se da un repaso melancólico al tiempo...presta.
Nos vemos guaje.
Nando
Ya te digo tron, a mí me encanta. Y el Piles lo mismo, aunque está súper pulido... Es un sitio especial, está claro.
EliminarUn saludo