LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
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DONDE LOS AMIGOS, EL ESTILO Y LAS FORMAS CUENTAN, Y MUCHO

lunes, 25 de marzo de 2024

Somiedo en la ventisca

Sábado 9 de marzo 2024 Puerto de Somiedo, Putracón (1.909 m) y Peña Salgada (1.979 m) desde el Puerto de Somiedo (1.486m) Nando del Pozo, Carlos Cabo, Luis
El invierno cantábrico es efímero. Cada vez más. Llegó el único temporal de nieve del invierno, y tampoco fue grande. Pero sí nos ha dado carga suficiente para intentar algún ascenso de Cordillera. A pesar de caer directamente sobre el suelo seco. La previsión para el fin de semana daba mucho viento además de nieve, pero con todo decidimos arriesgar. El destino Somiedo desde el Puerto. Yo no conocía estas cumbres pero Nando y Carlos sí y las vendían como fáciles y recomendables, así que para allá que fuimos.
La carretera de camino estaba un poco justa ya, y el cielo cerrado también. Coincidía este día con la excursión colectiva del Torrecerredo que iba también a Somiedo, destino pico Mocoso. Cuando nos vimos tomando el café de camino y les dijimos nuestro objetivo decidieron cambiar de cumbre hacia la Salgada también ellos.
Qué guapo es aparcar contra la nieve! No hizo falta la pala pero por poco. Nieva mientras nos preparamos. Carlos y Luis vienen un poco retrasados así que arrancamos a por la primera montaña nosotros dos solos. Salimos del pueblo por una pista nevada de contornos desdibujados por la acumulación blanca inconsistente: polvo seco. Vamos remontando con poca visibilidad pero intuyendo el sol cerca, la capa de nube no era gruesa. El viento arrecia por momentos.
Giramos hacia la izquierda ganando altura y con pendiente mayor. La nieve se va endureciendo hasta el punto de poner cuchillas.
No vemos nada en mitad de la ventisca pero terminamos alcanzando un collado donde el viento es realmente fuerte. Aquí quitamos las tablas y ponemos crampones para el último tramo hasta la cumbre.
A los pocos minutos nos hacemos un selfie de cima con un tremendo viento aderezado de nieve en la cara.
Volvemos al collado pero decidimos salir caminando el primer tramo ante la total falta de visibilidad; blanco arriba, blanco abajo, y rachas de viento fuertes para aliñar. Después de perder algo de altura sí nos calzamos las tablas y disfrutamos de unos pocos giros sobre una nieve estupenda.
Llegamos a un collado intermedio en el momento en que abre el sol. Vemos subir a dos figuras que al encontrarnos son Carlinos y su colega. Nos saludamos, comentamos la jugada, y seguimos todos juntos ahora hacia Peña Salgada, más al Este.
Ahora tenemos huella de la colectiva del Torre. Son unas quince o veinte personas, unos en raquetas, los más, y otros pocos en esquíes.
El cielo está más azul pero el viento racheado fuerte se mantiene. Y sigue nevando a ratos. Nos cruzamos con el grupo que viene de bajada y continuamos subiendo. La nieve se va poniendo dura de nuevo y unido esto al viento, decidimos dejar las tablas para el tramo final y volver a hacer cumbre con piolet en mano. Carlos y su colega prefieren salir desde ahí ya para abajo. No han traído cuchillas ni crampones. Los metros finales son dolorosos con el viento castigándonos la cara con perdigones blancos.
Segunda cumbre del día en mitad de la ventisca. Felices.
Volvemos hasta los esquíes. Salimos girando con cuidado. Al perder altura disminuye el viento y podemos pasarlo mejor. Adelantamos a la colectiva y nos desviamos a la izquierda a ganar otra loma que nos deje pegar unos cuantos giros más, ahora ya sí al sol.
El tramo final más tumbado pero aun así llegamos esquiando hasta el mismo coche. Estupendo.
Una cerveza en el Coronel, el bar del pueblo, charleta con los amigos, y vuelta para casa temprano con una sonrisa en la cara. Gran día de montaña Cantábrica.

sábado, 16 de marzo de 2024

Incertidumbre necesaria

"My mindset on this has always has always been that if you're looking at going to climb something, and you know 100 percent that you're going to be able to climb it, then it's not worth your time. You should pick something harder, that you think you probably can't do. And as long as you have enough of a margin of safety and a plan to get out if it doesn't work, then I think that's how we grow as climbers. And the special thing about climbing is that it gives you an opportunity to wake up and look at something and wonder if it's possible. And then actually go there and find out if it is for you or not."
Alan Rousseau. Alpinist 84. Invierno 23-24. "Mi mentalidad en esto siempre ha sido que si estás pensando en ir a escalar algo, y sabes al 100 por 100 que vas a ser capaz de escalarlo, entonces no merece la pena tu tiempo. Debes buscar algo más difícil, que creas que probablemente no puedas hacer. Y mientras tengas suficiente margen de seguridad y un plan de retirada en caso que no funcione, creo que es así como crecemos como escaladores. Y lo especial de escalar es que te da la oportunidad de despertarte y mirar hacia algo, y preguntarte si será posible. Y después ir allí de verdad y averiguar si es o no para ti." Este número me ha llegado con cierto retraso, pero una vez recibido, una vez más confirmo que realmente merece el precio. Un cierto grado de incertidumbre es esencial para que la experiencia sea completa.

jueves, 7 de marzo de 2024

Una cerveza cara

Viernes tarde. 1 de marzo 2024. Nando
En medio del invierno, intentamos hacer lo que tantas veces: aprovechar la tarde del viernes para esquiar un rato. Foquear hasta donde nos dé tiempo y después pegar unos giros apurando la luz. Aprovechar la tarde.
Al llegar al puerto observamos que a pesar de las recientes nevadas, el aspecto de las montañas es muy irregular. Se ven zonas totalmente peladas por encima de otras bien cubiertas. Ha debido de nevar con mucho viento. La temperatura y el cielo no tiene tampoco buena pinta. Salimos con poco convencimiento desde el puerto hacia el Cellón. Las torres de tendido eléctrico y el solitario aerogenerador que han plantado recientemente afean el comienzo, pero una vez superados ya estamos en paisaje de montaña.
El cielo amenaza con empezar a nevar (o lo que es peor, llover) en cualquier momento, así que ya vamos resignados a ir hasta donde se pueda sin objetivo concreto. Remontamos las primeras lomas observando por dónde subir y por dónde bajar más tarde, evitando las zonas peladas. La nieve nos da buena sensación, aunque está claramente húmeda, serán las ganas.
Antes de lo que nos gustaría tenemos que dar por terminada la subida. Por dos factores: por un lado estamos entrando en la cota de la nube y empieza a nevar, con lo que la visibilidad se reduce. Por otro lado y lo que es peor, se corta la continuidad de nieve en los tramos superiores y tendríamos que quitar tablas tanto para seguir subiendo como para bajar después...
Resignados a dejarlo antes de lo previsto, en un collado aún antes de mitad de la subida nos quitamos las pieles, apretamos las botas, y salimos para abajo intentando disfrutar en la medida de lo posible.
Al poco rato ya estamos en el coche. Y al poco rato ya en El Ruchu, comentando con el paisano la malísima temporada de nieve, mientras nos tomamos una cerveza muy cara y muy poco merecida. No cara por lo que nos cobran, sino por subir a Pajares a tomarla con tan poco esquí... Con todo, como siempre, concluimos que nos merece la pena.