Ayer hablamos después de bastante tiempo. En mitad de la conversación, comentando croquis, diapos y dibujos, me dijo que era su cumpleaños.
Cumple una cifra redonda, y gracias a eso, quizá se jubile.
Hasta ahora era un tío que destacaba en todo lo que hacía, lo mismo en bicicleta de montaña que esquiando, en parapente o haciendo espeleo, escalando tanto en roca como en hielo, dibujando, pintando, leyendo... Y todo esto siempre desde su postura autocrítica ante todo lo que hace, algo que le lleva a superarse continuamente. Un gallo.
Yo firmaba ahora mismo con llegar a esa edad con la mitad de su actitud, ilusión y capacidad.