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viernes, 13 de mayo de 2016

Apurando la nieve por Andara: Corredor NE al Jierru

Lunes 2 Mayo 2016
Juan y Juaco Piñera
Corredor NE del Jierru 2.424 m, (400 m, 2, II)


Después de una buena temporada sin suerte con la meteo, por fin llegó el día. La primavera ya muy avanzada hizo que nos apuntáramos a un plan refrendado por las referencias: como tantas veces, Fernando nos dio la idea. 
La vía en cuestión ya la tenía mirada muchas veces en la guía de Adrados: un corredor muy a mi nivel (fácil) y en el macizo Oriental de Picos, es decir, poco usual. 
El tema es que yo no controlaba muy bien dónde estaba, y desde luego me echaba para atrás la bajada, que Adrados describía poco más que dando la vuelta al Mundo… Pero Fer la describe muy directa y cómoda, así que, después de confirmar directamente con él que dispondremos de sus propias huellas para seguir, para allá que nos vamos.


A las seis salimos de Gijón con fresco dadas las fechas. A las ocho y cuarto estamos aparcados en las Vegas de Sotres, preparándonos.
La aproximación se hace larga por un lado, pero cómoda por otro. Larga porque casi desde que empiezas estás viendo todo lo que te falta, y es un buen desnivel. Cómoda porque hasta la mitad aproximadamente la hicimos en seco, y en cuanto pisamos nieve fue para poner los crampones, porque estaba como el mármol. Desde la pista de Aliva, una vez lo identificamos, se ve por dónde va el corredor: ¡qué buena pinta tiene! Como tantas veces, Salvi y Paco se apuntaron la primera: parece mentira que no se hubiera escalado antes de 2005.
Los algo más de mil metros de desnivel hasta la entrada nos llevan unas buenas dos horas, y desde hace rato vemos por detrás a otras tres figuras que vienen con las mismas intenciones. Más hacia atrás, se disfrutan imponentes vistas del Central, desde Peña Castil hasta Peña Olvidada. Apoyados contra el muro de caliza que da entrada al corredor preparamos los trastos; previsiblemente nos encordaremos pronto.



La canal va cerrándose y cogiendo ángulo. Monto una reunión a la derecha y sacamos las cuerdas, que pesan menos extendidas que en la mochila. Estiro los sesenta metros y monto otro anclaje de relevo ahora al lado izquierdo, a unos quince o veinte metros de un pequeño resalte en el que aflora el hielo.




El resalte es de apenas ocho metros y suave de ángulo, pero disfruto cada pioletazo que le doy. Aprovecho para meter los dos tornillos que he traído, uno largo al entrar y uno corto al salir. Podía haber asegurado en roca a la derecha, o incluso evitar el hielo vivo por la izquierda, pero he preferido aprovecharlo. Después vuelvo a la nieve más o menos helada y asegurando en roca por la derecha. Apuradas las cuerdas vienen los colegas rápidos por detrás.





Repetimos de nuevo la secuencia dos veces, apurando las cuerdas por terreno fácil y evidente, paralelos a una franja de roca que nos cierra y se curva a izquierdas. En el segundo de estos largos, cuando llevo unos cincuenta metros, estoy acercándome al segundo resalte de hielo, que se estrecha por la derecha bajo unos desplomes, y por la izquierda con llambrias de caliza. El espesor del hielo es justito para mí. Miro dónde colocar antes algún seguro decente o montar un nuevo relevo: no lo veo, así que decido tirar a por el resalte en directo, metiendo en su base un tornillo: el hielo está aquí algo podre y el roscar no me da buen rollo. Además, pinchando arriba, bastante estrecho, no tengo clara la salida a nieve. Miro a mi izquierda y decido destrepar e irme a por la otra opción de salida.
Monto un buen relevo al pie de una franja de roca que parece enlazar con nuevos corredorcillos nevados por encima.


Cuando llegan Juan y Juaco miran con inquietud hacia arriba: yo tampoco lo tengo claro del todo. Me pasan los pocos trastos que había colocado, y empiezo trepando en roca unos seis metros fáciles, con canalizos.


Salgo a un tramo de nieve, calentado ya por el sol, y que por momentos suena hueco. Con atención voy repartiendo el peso entre manos y pies, colocando algún fisurero o friend a la izquierda.
Apuro la nieve contra una nueva franja de roca, por encima de la cual vuelve a intuirse un nuevo tramo de nieve, ¿más fácil? Al salir veo que la cosa sigue similar. He de dosificar el material porque no hemos traído mucho, y la cosa exige atención. Me esfuerzo en concentrarme en cada movimiento: especialmente porque el sol ha estado cambiando la consistencia de la nieve, y según el apoyo, no transmite mucha seguridad.
En un momento dado me encuentro con la espalda apoyada en oposición contra un lomo de roca, con el pie izquierdo pisando nieve en proceso de desaparecer, el pie derecho abierto contra un diente de roca de un canalizo, las manos desnudas con un piolet en la derecha tirando con cariño, y la izquierda colocando un alien alto en una fisura.  El largo va exigiendo más de lo previsto, pero lo voy disfrutando.
Enlazo luego un nuevo tramo de nieve escasa y hueca, saliéndome cuando no da más de sí a la derecha, a buena roca, hasta alcanzar una pequeña arista de nieve, corta, y que da paso a otro corredor en sombra. Me quedan apenas cinco metros de cuerda y casi nada en el arnés. Meto un clavo universal en una fisura ciega y hago travesía descendente hacia la canal vecina, con cuidado de no desprender la poca nieve posada en las llambrias. Cuando ya la cuerda no da más de sí, inquieto ante el panorama, miro a mi izquierda y localizo un nuevo punto para clavar, esta vez una buena “v” (la única que tenía, por otro lado). La refuerzo con los dos últimos fisureros que me quedan y lo uno todo con una cinta larga donde coloco la placa de seguro en el mosquetón del camalot del 1, que, inútil donde estoy, es lo último que me queda en todo el arnés. Me anclo y aviso a los colegas para que suban.







Mientras aseguro, miro hacia abajo a la salida original por el resalte de hielo: viendo las huellas de Fernando y sus clientes en el fácil corredor superior, pensaba que había cambiado cuatro metros de resalte de hielo por cincuenta y pico metros de mixtos… Nos quedó un largo interesante, variado, que ha exigido escalar. Pipa lo pasé!



Salimos desde aquí ahora ya por pendientes nevadas fáciles, aún por remontar metros para la arista somital. Un nuevo largo de cuerda apurado y nos desencordamos para hacer cumbre. Antes, mientras recogemos las cuerdas, comemos algo al sol que pega de lo lindo, parando por primera vez desde que empezamos.



Desde la cumbre admiramos las vistas, identificamos cumbres tanto del Oriental como del Central, las vistas al mar...
Nos queda ahora la incertidumbre final del descenso. La guía de Adrados propone recorrer todo el macizo de Andara, para acabar bajando por el Casetón y de allí a la carretera de Sotres a Tresviso. Claramente una paliza en sí mismo, y más teniendo el coche en las Vegas. Fernando ya me dejó claro que por la Canal Lechugales primero y girando luego hacia la derecha se enlaza fácilmente con la Canal de Jierro por la que subíamos esta mañana. Y que, en principio sin dificultades técnicas, se llega al coche en mucho menos tiempo. Nos preguntábamos si incluso no sería más razonable la bajada por Jidiello antes de la “opción Adrados”. Sospecho que no ha hecho el corredor y bajado por donde propone…



Al pie del resalte que da paso a la cumbre de la Morra (apenas unos quince metros de desnivel) con chupetón de hielo colgando incluido, decidimos tirar para abajo dando por concluida la ascensión con nuestra cumbre original. La canal de Leguchales tiene la nieve muy recalentada por el sol y se hacen buenos zuecos a pesar del antiboot. Controlamos los 80 metros de desnivel que me dio de referencia Fernando y efectivamente vemos sus huellas girar a derechas hacia un collado colgado. Desde aquí, cada vez más encajados, vamos bajando rápidamente y sin problemas hasta enlazar la canal de la mañana. Ya con las cabañas de las Vegas a la vista, simplemente disfrutamos primero deslizando por la nieve, y luego observando las flores, las vacas y las ovejas. La primavera se abre paso a toda velocidad y la nieve está en fuga.




Llegando abajo, una mirada atrás, vemos a los tres que nos seguían esta mañana ya bajando la parte baja canal.
A las cinco y media estamos cambiándonos en el coche, felices y contentos con esta actividad tan guapa.

Material utilizado (lo usamos todo…):

  • medio juego de fisureros
  • allien del 1, camalot 0.5, 0.75 y 1
  • un clavo universal y una “v”
  • 1 tornillo corto y uno largo
  • seis express extensibles

En la vía encontramos únicamente 1 clavo casero a la entrada dela canal y una reunión de dos clavos con cordino y mosquetón encima del primer resalte de hielo.

La mitad de las fotos de Juan.
Un gran día, descubriendo nuevo terreno para nosotros. Vía muy recomendable. Con los hermanos, como siempre, un placer.

Gijón 6:00 h
Vegas de Sotres 8:30 h
Pie de canal 10:30 h
Arista 14:30 h
Cumbre 15:00 h
Vegas de Sotres 17:30 h
Gijón 20:00 h