LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
DONDE ESCALAR, ESQUIAR, PEDALEAR, CORRER, CAMINAR...
DONDE LOS AMIGOS, EL ESTILO Y LAS FORMAS CUENTAN, Y MUCHO

viernes, 19 de noviembre de 2010

Sábado de roca en el Cueto Agero

13 Noviembre 2010
Pablo Luque

Madrugar siempre da más margen de maniobra. Yo, que no salgo todos los fines de semana, cuando puedo ir de monte me apetece aprovechar bien el día. Quedamos como otras veces en la gasolinera de la Villa, a las siete y media. El trayecto hasta Allende se me pasó muy ameno hablando de apicultura: Luque me había traído un tarro de miel de su cosecha particular, y a partir de este punto estuvimos hablando de colmenas, enjambres, opérculos, cera, centrifugadoras, propoleo, abejas reinas, abejas obreras, abejas solado, zánganos (siempre hay algún zángano en todas partes)… Básicamente yo preguntaba y Luque me explicaba desde su experiencia de varios años produciendo miel en su casa. Una actividad muy interesante.

Panorámica del Agero de dcha a izda: el Pilar de Erika, pared del Circo, el Cueto Agero, Candilejas y Pardecillos
Llegamos a Allende sin coches en el parking, pasamos a ver si Javi estaba en el Cubil, pero o estaba muy dormido (raro) o ya se había marchado a Picos o a otro sitio. La subida por la pista me trae recuerdos de los muchos fines de semana pasados aquí: el Agero es un sitio mágico para mí. Yo pude vivir en directo su época dorada, cuando en las cabañas nos podíamos juntar una buena comuna escaladora, compartiendo las comidas, los cafés de cafetera, las hogueras, los porros (no yo), los pasos de boulder en los numerosos bloques, el olor de las encinas… y sobre todo sus muchas y excelentes vías de escalada. Creo que aquí aprendí mucho de lo que hoy sé de escalada. Aquello era un Campo 4 en pequeño.

La cabaña principal, muy arreglada y acogedora, rodeada de encinas
Al llegar a las cabañas tiramos hacia el Resquilón, se empezaba a sentir bastante viento, así que de momento nos propusimos hacer algo en la parte baja y olvidar las vías que suben al Cueto Agero propiamente. Hicimos la “Queroseno” en cuatro largos en los que domina la placa y las chapas separadas, pero que también tienen pequeños desplomes, fisuras a proteger y muy buena roca. La graduación en el Agero siempre es complicada, IV, V+/6a, V+, V+/6a. Después de rapelar cambiamos de sector hacia Pardecillos. Por encima, una cordada subía por el “Espolón Clásico” y otra por la “Mar de Sueños”, nadie más a pesar del excelente día azul con buena temperatura (aunque azotaba un viento tremendo a ratos).

Luque en el primer largo de Queroseno, el más fácil del día
Pardecillos es un sector con un buen número de vías de hasta cuatro largos, donde abundan las fisuras y los diedros bastante verticales, y por en medio hay placas donde domina la escalada de adherencia. Empezamos por la clásica “Osiris”, tres largos buenísimos y muy estéticos (lástima la batería de la cámara) en los que destaca la autoprotección en diedros; 6a+, V+/6a, 6a+. Los rápeles “entretenidos” por el viento y ya en el suelo tiramos para la vecina “Tánatos”; de estilo similar hicimos tres de sus cuatro largos, V+/6a, 6a, 6a+/6b, el primero y segundo de autoprotección, el tercero de adherencias sobre lomillos con algunas chapas. Los pasos de equilibrio de este último me los tenía que pensar, para aprovechar las breves ventanas entre las ráfagas bruscas e intensas: la magnesera se me daba la vuelta y veía las bolitas blancas salir volando en horizontal o incluso hacia arriba... 
El viento era muy molesto para seguir, decidimos rapelar y una vez en el suelo recogimos los trastos satisfechos. No llevamos croquis y los grados son nuestras sensaciones, alguno quizá equivocado. Yo ya había hecho las tres vías antes, alguna varias veces, pero después de tanto tiempo las disfruté como la primera vez.
A las cinco en el coche, a las siete en casa. Parece mentira lo fácil que es pasar un buen día escalando vías clásicas buenísimas en un sitio precioso. Repetiremos, eso seguro.

Gijón 7:15 h
Villaviciosa 7:30 h
Allende 9:15 h
Inicio escalada “Queroseno” 10:30 h
Base 12:00 h
Base Pardecillos 12:20 h
“Osiris” y rápeles 15:00 h
“Tánatos” y rápeles 16:15 h
Coche 17:00 h
Gijón 19:00 h

viernes, 12 de noviembre de 2010

Integral Ubiña - Julio 2008

Bene Santos
12 Julio 2008

Madrugamos. El día está soleado y la previsión es buena. Por la autopista del Huerna se llega a la San Emiliano en poco más de una hora desde casa, hay que pagar el peaje, pero el ahorro de tiempo y kilómetros compensa. Aparcamos en Torrebarrio, no sin antes haber dado unas vueltas como siempre, confundiendo el barrio, o la calle, mientras intentamos acercarnos a la iglesia. Es pronto y no hay nadie por el pueblo, sólo algunos perros nos increpan ladrando a media distancia, con esa mezcla de agresividad y miedo de los que ya han llevado algún palo que otro… Las mochilas están casi listas, vamos muy ligeros con 1 cuerda de 9 mm, cuatro cintas express, un juego de fisureros y arnés y casco. Ya no vemos de dónde recortar más…
Aunque es verano, es temprano y el ambiente aún es fresco, los primeros pasos por la pista que sube hacia la majada de Yandanay son cómodos: vamos cogiendo ritmo y pronto estamos en la curva en la que nos separamos de la pista principal, para girar hacia la derecha (sur). Vamos ganando altura en la ladera, mirando por dónde entrar entre los espolones de roca: hay un canal que parece bueno, luego sabremos que es el llamado “corredor del Pilar”, que se hace en invierno.
Nos metemos por canal y vamos trepando los pequeños resaltes de bloques y remontando caminando el resto.
En poco tiempo alcanzamos un hombro que nos coloca sobre el propio espolón oeste de Ubiña. Aquí, aunque habría otras opciones, por escalar el espolón propiamente dicho sacamos la cuerda para unos 15 metros algo más compactos. Tiro delante sobre esta roca norte, donde el tacto de las gastadas botas de trekking da una sensación de seguridad relativa. De nuevo en un tramo fácil de arista recogemos las cosas y salimos rápidamente hacia la cumbre, aún lejos.

Banderas tibetanas en la cumbre de Ubiña, la nube colándose por Ventana

Las banderas tibetanas lucen extrañas en esta cumbre nuestra. A mí no me gusta encontrarme postizos en las cumbres (ni en el monte en general): ni cruces, ni buzones, ni placas, ni tampoco banderas tibetanas. En mi opinión, al final todo esto es basura en el monte, nada de eso hace falta allí arriba. Ubiña (2417 m) es una cumbre codiciada, y por ello parece que a la gente le gusta dejar su impronta, aunque sea en forma de basura o chatarra…
Seguimos rápido hacia la vertiente norte. Destrepamos sin problemas entre las llambrias por donde se apoyan los neveros de la clásica de invierno de la vertiente asturiana.
El Puerta de Arco nos recibe con una arista mucho más aérea de lo que recordaba, incluso hay un tramo de cuerda fija entre dos pitones en la parte alta, “más basura” pienso.
No paramos, seguimos cabalgando la arista en dirección a los Castillines, más caminando que otra cosa. Hacemos el Primero, hacemos el Segundo dudando un poco entre las canales o resaltes a escoger. En el collado con el Tercero volvemos a sacar la cuerda, montamos una pequeña reunión y tiro hacia el pequeño resalte, que resuelvo rápido acerando en los clavos y pisando alguna cinta a modo de estribo. En esta cumbre (2308 m) me vienen a la memoria viejos tiempos, cuando subí aquí por primera vez con Ramón Juidía y Rubenín, por la vía  “San Claudio”, en la que sería mi primera escalada de montaña, allá por el año 1991 o 92…
Buscamos la reunión para bajar: la chimenea en la vertiente leonesa no invita, aunque sé que Miguel va por ahí a veces (…pero Miguel juega en otra liga). En el colladito hay una instalación de rápel, y en treinta metros llegamos a otra reunión de la vía de los “Mierenses”. Nuevamente me asaltan recuerdos de muchos años atrás, cuando escalamos esta vía haciendo esta misma integral, pero en sentido contrario y en invierno, Elías,    Miguelón y yo, allá por 1993: ¡qué bravos! trepar con el mochilón con saco y esterilla, botas y crampones… (Bravos y algo inconscientes). Otro rápel, este más corto, y alcanzamos el collado con el Siete. Recogemos el material y salimos hacia arriba.
                          Subiendo hacia el Siete con el Tercer Castillín a la espalda

Cumbre del Siete (2356 m) y seguimos hacia el Crestón del Pasu Malu, que hace honor a su nombre con pasos delicados en la vertiente leonesa, vamos sin cuerda porque aquí tampoco iba a ayudar gran cosa, una zona sin seguros, con roca desmontable y encima en travesía horizontal… Poco margen para tonterías.
Bene y yo nos movemos más o menos igual en estos terrenos, y eso es bueno en estas actividades, para no ir uno esperando por el otro.
Seguimos ya en zona más fácil hacia los Fontanes, hacemos sus dos cumbres y paramos a comer algo. Hemos llegado rápido, la integral ha ido muy bien y el ambiente de montaña, con nubes entrando y saliendo,  es estupendo.
Cumbre Fontán Norte, en mitad de la niebla

Rápidamente salimos hacia la vertiente leonesa, los pedreros nos dejan ganar tiempo con poco esfuerzo, ya en los llanos de abajo atravesamos trotando y observando las paredes rocosas por donde suben escaladas tanto de roca como invernales.
Finalmente, llegamos al pueblo sudorosos, alcanzamos el coche y miramos el reloj:
Han pasado 5 horas y media desde que salimos: hemos sido rápidos, bastante más rápidos de lo que esperaba para hacer esta actividad.
Pienso que trepando aún podríamos ahorrar algo en la parte inicial, cuando dudamos un poco con el camino a tomar en Ubiña… En el resto de arista no hay mucho margen de ahorro. Por lo demás apenas hemos corrido, excepto algo en la bajada final por la pista, por tanto ahí quizá podríamos mejorar el horario un poco más. Pensándolo bien, para futuras repeticiones, casi me contentaría con no echar más tiempo que hoy…

Resumen:
Torrebarrio (1250 m)
Ubiña (2417 m) por Espolón Oeste Ubiña, 1 largo encordados, el resto sueltos
Destrepe hacia Puerta de Arco caminando
Puerta de Arco (2217 m) trepada aérea, sueltos
Castillines 1º y 2º caminando, 3º (2304 m) en 1 largo de escalada y rápel 30 m hacia Asturias, otro rápel más corto hasta collado con el Siete
Siete (2356 m) caminando,
Crestón Pasu Malu (2377 m) trepada aérea, sueltos,
Fontanes (2408 y 2417 m), caminando
Bajada medio corriendo
Torrebarrio (1250 m)

5 horas y media Torrebarrio-Torrebarrio

Las fotos, excelentes, son todas de Bene, fotógrafo profesional, y eso se nota

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Rioseco: Sesión deportiva express

30 Octubre 2010
Chus y Arturo
Tarde de sábado aprovechada: Escalada deportiva rápida (salgo de casa a las tres y antes de las siete ya estoy de vuelta) y ligera (no llevé ni cuerda…).
Un rato apacible de escalada deportiva en Rioseco en una compañía inmejorable, Chusón y Arturo, dos caracteres tranquilos que aprietan a tope. La mala previsión meteorológica unida a la compe de bloque de Caravia dejó el valle vacío para nuestro disfrute. El caso es que el cielo estaba azul y la temperatura perfecta.
Lo escalado por mí fue poco pero muy satisfactorio, al llegar me aseguraron para “calentar” en la vía que ellos estaban probando; “Entrevías”, un 7c muy guapo. Con las cuatro primeras chapas ya tuve bastante.
Después de asegurar por turnos al que le tocaba en el 7c, me bajé a la primera vía del sector por abajo (creo que es la primera); un 7a con muy buena pinta que me recomendó Arturo como buena. Luchando fuerte conseguí salir a vista; llevaba años sin hacer ese grado a vista, porque tampoco estoy saliendo apenas a trepar deportiva. El caso es que fue una grata sorpresa. La vía muy guapa.
La vecina a la derecha también es 7a pero preferí reservarla para probar también a vista otro día.
En el siguiente pegue Chus encadena el 7c de la “Entrevías” de forma impecable. Arturo se queda a las puertas, pero está claro que ya la tiene a punto. Yo le doy otra vez por reconocer los pasos, porque los brazos ya van totalmente hinchados: prueba clara de la falta de forma. De la que bajo, coloco cintas a mis amigos en la vecina “Capitán Alatriste”, también 7c. Con la misma recojo, me despido y me voy.
Espero repetir pronto: la deportiva tiene mucho encanto, ya casi no me acordaba.