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miércoles, 27 de julio de 2022

Arrieta. Memorias de un montañero feliz

Al terminar la proyección, y antes de que se me adelantara más gente, me apresuré a acercarme para saludarlo. Soy yo poco dado a estos gestos. Le felicité por la charla, por las fotos de la proyección y por el libro, que ya tenía en casa. Y para terminar le dije que llevo treinta años intentando sus vías, temporada tras temporada, que algunas las voy haciendo y otras no, y no sé si llegaré a hacerlas ya…

Y es la verdad. Mi primera vía de alpinismo en los Picos fue el corredor del Marqués a la Torre de Santa María. Hace más de treinta años. Primera invernal por Arrieta. Por entonces yo no sabía quién era Arrieta, ni muchos otros.

Mi primera vía de alpinismo en Ubiña fue la Norte clásica asturiana. Hace más de treinta años. Primera invernal por Arrieta. Tampoco sabía que era suya.

Repitiendo el Marqués en solitario hace unos años, al estilo Arrieta

Temporada tras temporada he ido escalando las vías clásicas de invierno en los macizos cercanos a casa. El Corredor Norte del Friero, la Canal Central Ubiña, la Cascada Noreste de Santa María, el Corredor Norte del Jierro, la Canal Ancha del Friero, la Norte de la Palanca. Muchas de ellas, con la firma de Juanjo Arrieta y sus compañeros. Escaladores fortísimos.

Bene en la canal N del Friero

Con Luque en la Ancha al Friero

En la Canal Central de Ubiña. Una joya

También he escalado unas cuantas vías de roca con su firma. Algunas realmente buenas.

Todavía el pasado invierno 21-22 me tocó escalar con Rubén una vía suya que no había hecho en la norte de Peña Ubiña. 

En la Arrieta-Pomeda de Ubiña el pasado invierno con Rubén 

Y también con Rubén dejar otra para la siguiente temporada, en la Norte de la Santa María, pegada a la Aguja Enol, abierta por Arrieta en solitario. No nos atrevimos a meternos en ella en ese momento por condiciones.

Rubén en la NE, no nos atrevimos con la NO solitaria de Arrieta

Me ha tocado acercarme a intentar sus vías y tener que retirarme, o cambiar de plan en varias ocasiones. Ya fuera por falta de condiciones, o simplemente porque no me atrevía. Respeto.

2019 Detrás de Martín en la NO de la Santa María,  aquel día  había gente en el Marqués,  en la Norte Directa y el la Pili-Cristina, todas ellas firma Arrieta

Y todo esto con la información disponible y sobre todo con el material de hoy día. Nada que ver con el que ellos utilizaban en elementos tan esenciales en el alpinismo invernal como pueden ser los piolets o los tornillos de hielo…

Tengo en la lista de pendientes una buena colección de sus escaladas. Espero poder seguir tachando algunas más.

En esta época de sobreexposición, de sobreinformación, de GPS, de cronómetros, de previsiones meteorológicas fiables, y de narcisismo extremo, el libro de Juanjo Arrieta resulta realmente refrescante. El testimonio de un amante de la montaña y la naturaleza en su conjunto que ayuda a poner las cosas en perspectiva. Escalador audaz, junto con sus compañeros se adelantó considerablemente a su tiempo en muchas de sus aperturas (décadas diría en algún caso, como por ejemplo la Norte Directa a Santa María). Pero sobre todo destaca y transmite su amor por la montaña.

La proyección facilitada por Alberto Boza en OneMove en Gijón, además del testimonio histórico que ya conocía en parte, y que se completó con el libro, me acercó a la persona. El público de la proyección estaba formado en gran parte por gente ajena al alpinismo, más cercanos a la escalada pura en roca y desde la perspectiva más moderna. Y no obstante consiguió encandilarlos con su tono cercano, objetivo y sencillo en las cosas, multitud de anécdotas de sus vivencias. Me resultó especialmente sensible en lo que respecta a su amor por la aventura y la montaña.

Al terminar la proyección, en el clásico turno de preguntas del público le hicieron unas cuantas.

Me quedé con una en concreto y con su respuesta. Una chica le preguntó si, después de haber hecho tantas escaladas difíciles, por tantos sitios del mundo, si no le daba pena no poder estar ya a la altura de las mismas ahora, con el paso de los años.

Dijo que no, que en absoluto, para nada. Que ahora sigue disfrutando de la montaña y de la escalada adaptando el nivel de sus actividades a sus condiciones físicas y de edad. Me encantó su respuesta, su actitud.

Desde el mismo título del libro, “Memorias de un montañero feliz”, es para mí fuente de inspiración.

Lo que no se escribe, se olvida. Qué mejor manera de preservar este trozo de historia vital y que ya es parte del patrimonio de todos los montañeros que con este libro. Gracias a Arrieta y a Ediciones Cordillera Cantábrica.

Hace unos días me enteré de que había fallecido su mujer. Le deseo mucho ánimo en estos momentos tan difíciles, y que siga subiendo al monte. Seguro que le ayuda.