LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
DONDE ESCALAR, ESQUIAR, PEDALEAR, CORRER, CAMINAR...
DONDE LOS AMIGOS, EL ESTILO Y LAS FORMAS CUENTAN, Y MUCHO

sábado, 26 de noviembre de 2022

El abominable Jean Marc

Escalador, esquiador extremo, alpinista, parapentista, aladeltista... Aventurero en esencia.
Y encima gracioso en el escribir.Sobado de más de treinta años... ¡Vaya joya de libro Rubenín!

viernes, 18 de noviembre de 2022

Heart of gold

Sajambre Octubre 22
Solemos venir este fin de semana. Es como la cita otoñal habitual. Se suman varias cosas que la hacen atractiva, el avance del otoño, la feria de Oseja, el posible puente con el día uno.
Sábado 29 Octubre 22 El sábado llegamos directos para la Feria de Oseja. A lo largo de los años hemos estado asistiendo a la feria. El ambiente, siendo una feria modesta, es estupendo. Ganado a concurso, vacas, caballos, ovejas. Orgullo de raza. Chavalería de relevo generacional.
Hay un montón de gente, barras donde tomar o comer un bocadillo, puestos de venta de productos típicos… Y todo esto encuadrado en el marco tremendo en el que vive esta gente: bosque circundante, praderías y cumbres imponentes.
Por la tarde salimos de casa con la mochila confiando recolectar algunas nueces. Sábado tarde paseo, recogiendo nueces, Jimena me acompaña a por algo de leña menuda para atizar. La leña gorda se la cogemos a José Luis.
La calefacción encendida y la chimenea atizada, el ambiente de la casa es muy acogedor.
Por la tarde noche se acercan los amigos a casa a tomar algo y a charlar. La pequeña salita está llena y animada. Los niños jugando por su cuenta.
Domingo 30 Octubre 22 El plan inicial era coger el coche hasta el Pontón y subir al Pozúa. La presencia de Rafa y Maca con sus niñas, venidas de tan lejos para este fin de semana, junto con Susi, hace que cambiemos el plan y optemos por un clásico paseo hasta Vegabaño, y ya veríamos si extenderlo luego o no.
La subida se ameniza por la presencia de vacas y xatos de Diego en el Piquero, amistosas yeguas y potros en Miraño, hojas de colores en el suelo y en las ramas, cambiando progresivamente de colores según subimos.
Al llegar al cable coincidimos con dos motoristas franceses, motos de Trail de las gordas, maletas… vienen desde Toulousse, conociendo España a dos ruedas. Vamos juntos hasta Vegabaño, les encanta lo que ven. Charlo con ellos. Van a dormir a Potes, les recomiendo la pista que enlaza Pandetrave en Valdeón con Fuente De, aunque no me queda claro que me hayan entendido bien.
Estamos un buen rato charlando al sol picando frutos secos en la Vega. Está fresco y nos ponemos toda la ropa que hemos traído. Desde aquí, Rafa y familia bajan de vuelta al pueblo. No han traído bocadillos.
Nosotros no tenemos prisa así que planteamos con Susi subir a la Cotorra de Escobaño. Sin embargo, a pesar de mi insistencia, los niños, los míos, se nos amotinan. Comemos plácidamente sentados en el suelo en el puerto de Barcinera.
Cuando salimos hacia abajo, decido estirar un poco más el paseo por mi cuenta. Me despido de la familia y cojo el leve sendero que faldea la peña a media altura hacia la Collada Beza pasando por la majada de El Olla. El camino es muy cómodo, apenas sube ni baja, va entre hayas y bloques primero, y luego más rápido y abierto hacia la collada. Adelanto varios grupos bien caminando, bien comiendo el bocata. Los restos de la majada de el Olla me invitan a pensar en las vidas de los pastores de antaño, no tan lejanos.
Cuando enfoco hacia la Canal de Misa saludo al último grupo de gente por debajo. Tengo claro que, a esta hora, en adelante ya estaré solo. Me encuentro bien en la subida, regulando el esfuerzo, aunque voy forzando la máquina, me noto responder. No me duele nada mayormente. Las trepadas de la parte final siempre me gustan, hacen la ascensión variada. Guardo los bastones y me entretengo echando mano a la caliza.
Llegando al final empiezo a vislumbrar las tremendas vistas de las que voy a disfrutar. Cumbre solitaria. Luz espectacular. Perfil serrado del Cornión. Me relajo recorriendo las cumbres con la vista, recordando anécdotas, compañeros, vivencias… Las nubes intercaladas de sol, los dos buitres planeando cerca, la luz oblicua de esta época del año, y más a esta hora, me regalan minutos únicos, mágicos.
Sentado mirando alrededor, sin saber porqué, la cabeza me trajo la banda sonora de "Heart of Gold", mítica canción de Neil Young.
Al rato comienzo lentamente la bajada. Aquí la cosa es distinta, y la cadera molesta mucho más. Sé que estoy en la fase final del cartílago: el cuerpo me lo recuerda ya tan a menudo y tan intensamente que no hay forma de olvidarlo. Lo enfoco como lo que es. Agacho las orejas, procuro pisar con el mínimo impacto y descargar lo que puedo la pierna derecha del sobreesfuerzo continuo.
Los destrepes con cariño, luego las camperas oblicuas, la canal de Misa, la pala herbosa hasta la collada. Paro y me tiro a descansar un rato. Mientras me como una manzana, disfrutando su intenso sabor, me regodeo con las vistas. Saco los prismáticos a otear en redondo con la esperanza de ver algún corzo madrugador. No hay suerte.
La bajada se me hace larga, especialmente y como siempre en los últimos tiempos, el tramo final para entrar al pueblo. Las últimas veces ya me está llevando más tiempo bajar que subir.
Entro al pueblo por la fuente. Delante de la casa de Esther está la gente de charla. Me esfuerzo por evitar la cojera con poco éxito: el kilómetro vertical perdido se hace notar.
Aprovecho el momento y le doy al patriarca, José Luis, una cuerda de escalada jubilada que llevaba tiempo cogiendo polvo en el trastero en casa en Gijón: seguro que aquí le da buen uso. Hay cierto cachondeo con sus hijos: ¡si empata todas las cuerdas que tiene guardadas llega hasta Vegabaño! Esa noche cenamos estupendamente en casa Diego y Espe. Esta nueva vida para la casa centenaria, tan enraizada en su familia, es algo que nos alegra a todos. Toca el cambio hora.
Lunes 31 Octubre 22 Amanecemos tranquilamente. El día está hoy más feo, nublado y con lluvia a ratos persistente. Aunque no hace frío. Vida tranquila por el pueblo. Visita familiar al cementerio, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, según quién esté leyendo… Paula y yo damos un paseo breve por la pista.
Comemos y por la tarde salimos para casa con las pilas cargadas.

martes, 8 de noviembre de 2022

Contrarreloj a la tormenta

La Feriona del Pilar (400 m, V+/6a) Rubén Díaz, Viernes 21 Octubre 2022
Los dos ya la hemos hecho varias veces, pero la verdad es que la combinación de longitud, calidad de vía y poco acercamiento, hace que no nos cueste volver. La previsión era dudosa, y de hecho subiendo el puerto dudamos si estaría mojada de lluvias recientes, o si nos llovería en cualquier momento... Con todo tiramos para allá. Además de la amenaza del cielo, está fresco: llevamos puesto el chubasquero desde el primer momento. Empezamos a escalar a las cuatro menos cuarto de la tarde. Habiendo trabajado hasta las dos y cambiando de provincia no está mal. Sale Rubén delante a por los sesenta metros del primer largo. Cuando me toca seguirle me sorprende (no recordaba) lo muy elegante de algunos movimientos, las adherencias.
Chorreras negras de agua a ambos lados de la línea de chapas. El cielo amenazante y los colores otoñales de los árboles del valle le tan un tono muy guapo. Lo único que le resta al paisaje es lo muy bajo que está el embalse. La cosa es que no se ponga a llover...
Alternamos cabeza de cuerda intentando quitarle tiempo.
Tras el largo de la pequeña panza viene una zona de transición tumbada que decidimos hacer simultáneamente en cuerda corta (y será un gran acierto). Remontamos esta parte fácil en unos minutos. Haciendo largos, por rápido que quieras te lleva más tiempo.
En el último tramo de vía, por el espolón de la izquierda y a coger el paño compacto que da salida a "cumbre", por momentos gotea. Coincide que en este largo se concentra la mayor dificultad de la vía (6a), en pasos de fé de adherencia sin opciones caso de mojarse. Rubén resuelve elegantemente. Le sigo tan rápido como puedo con miedo de quedarme yo en medio de las placas mojadas si arranca a llover. Aguanta la cosa y me deja escalarlo.
Nos juntamos en el último relevo. Miro la hora: las seis menos diez. Dos horas más o menos desde que empezamos. Ni tan mal.
Sin dilación recogemos las cuerdas y el material, nos ponemos las zapatillas y salimos hacia los primeros destrepes, que también se pueden complicar bastante con lluvia.
La suerte nos acompaña hasta que nos hemos quitado lo más complicado. Cuando ya es caminar sí comienza la lluvia intensa. No importa, hemos librado la escalada. Hemos escalado con los chubasqueros puestos y ahora cumplen su función. Llegamos al coche bastante mojados pero contentos. Hemos tenido suerte, gracias también a haber escalado eficientemente. Empezar el fin de semana con una vía de cuatrocientos metros es una cosa que me encanta. Lástima no tengamos más como esta tan a mano.
Gijón 14:15 h Aparcados 15:15 h Inicio escalada 15:45 h Cumbre 17:50 h Coche 18:45 h

jueves, 3 de noviembre de 2022

El Evidente

"At either end of the social spectrum there lies a leisure class”

Hay alguna gente, poca, tan valiente que es capaz de bajarse de la rueda del hamster en que vivimos.

Conocí a Emilio desde el principio de mi trayectoria escaladora. De guaje en la playa, en las travesías de búlder. En aquellos momentos, para mí él era otro más de los extraños ejemplares de la especie escaladora, singular, como tantos otros. Siempre andaba por allí con su calma, con gana de charla, con sus interesantes conversaciones. Con el tiempo lo fui conociendo más, y desde siempre me cayó bien. Claramente estaba a otra velocidad.

Hace mucho ya que consiguió salirse de la norma, dar la espalda al sistema, y vivir con menos. Aprendió a optimizar los recursos al máximo. Supo exprimir cada euro hasta su último céntimo, y disfrutar de aquello que es realmente incomprable, impagable. De agudo ingenio, maestro en la reparación del material, en la optimización de los medios, en sacar el máximo provecho a cada objeto, y disfrutar de la vida a su manera. Involuntariamente se adelantó décadas a las teorías de reducir tu huella. Buscó la riqueza de disponer de tiempo, de estar cerca del suelo, de la huerta. Y le dedicó ese tiempo disponible a las cosas que le gustaban y que realmente le importaban.

Emilio, “el Evidente”, como pronto aprendí que lo llamaban, por su expresión cuando orientaba al primero de cuerda en momentos de duda escalando en el monte, con esa instrucción casi siempre acertada: “¡por lo evidente!”.

Con su aspecto de hippy, su mirada intensa, siempre en bicicleta, siempre con su sonrisa socarrona, con sus teorías para el debate. Aprendiz de mucho, maestro de algunas cosas, practicaba la espeleología, la escalada, el ciclismo; disfrutaba mucho la montaña.

Emilio para mí además estaba en una categoría especial, la de los amigos íntimos de Miguel. Esa categoría, por el mero hecho de pertenecer a ella, lo colocaba en un nivel seleccionado para mí. Pocos accedían a la misma. Especialmente en los últimos años de Miguel, junto con Larry, Dani y algunos más, él era uno de sus compañeros en las andanzas, escaramuzas y aventuras varias. De hecho, me consta que era de los que le ponían un poco de cordura a las ideas y propuestas de "el de la gorra", que buena falta le hacía, por geniales que parecieran. Lo recuerdo muy triste el día de su funeral. Nos tomamos juntos una cerveza con Estivi y Javi, al pie del árbol plantado por Miguel en el Agero.

Esos días de su fallecimiento me llegaron varias anécdotas de amigos sobre él. Y comentarios cariñosos de gente muy variada del mundo de la montaña local. Eso es sin duda la mejor señal. Muchos de sus amigos no llegaron siquiera a enterarse a tiempo de su enfermedad y su fallecimiento. Así de discreto fue hasta el final.

Un recuerdo especial también para Julia, con quien estuvimos charlando un rato Estivi y yo en esos momentos tan duros, recordándolo sin escatimar risas, que es lo mejor.

Por lo que ella nos confirmó Emilio irá a unirse a la montaña para siempre en un sitio especial para él: los puertos de Agüeria, en Quirós. Un sitio realmente mágico que en adelante tendrá para mí una nueva significación adicional.

El otro día, paseando al atardecer por la Lloca, viendo a varios chavales haciendo traves en el Muro, recordé viejos tiempos y amigos...

Con su discreción y su bajo impacto, se le echará de menos.