LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
DONDE ESCALAR, ESQUIAR, PEDALEAR, CORRER, CAMINAR...
DONDE LOS AMIGOS, EL ESTILO Y LAS FORMAS CUENTAN, Y MUCHO

martes, 18 de febrero de 2025

Grasa de caballo

Los pequeños zapatos de Javi de la talla 23 tienen algo de moho, después de dos temporadas en el trastero. Una vez se lo he quitado con un trapo, veo que están más o menos en buen estado: sin duda Jimena va a poder usarlos, como ya viene haciendo con otros pares. Como a todo hermano pequeño, a ella le toca heredar. Decido hidratar un poco la piel para disimular algunas zonas más erosionadas y darles mejor aspecto.



El tacto mismo de la lata de grasa de caballo ya me trae muy buenos recuerdos. Una vez abierta, su penetrante olor me traslada sin remedio, directamente, a tiempos de infancia, a preparativos de excursión, a autobús de grupo de montaña, a jornadas por el monte con sol, mojaduras, fríos, buzones de cumbre. A esas cosas que me hicieron aficionarme a la montaña de forma irremediable.
Mientras aplico una capa de grasa a los zapatos, pienso en las veces que he hecho esto con mis distintos pares de botas a lo largo de los años, y me traslado hasta las que fueron sin duda las más importantes: las primeras.

Cleta Bestard, como estas pero en gris


Por entonces yo no era muy ahorrador. Nada que ver con mi hermano. Si a eso le unimos que recibíamos una paga semanal muy ajustada, el resultado habitual es que nunca tenía pasta.
En las excursiones de los sábados con el grupo de montaña del colegio, como es natural yo me fijaba en el equipo de los demás. Por aquella época todo era muy “de andar por casa”. Entonces no existían las tiendas tipo Decatlón que acercan a la gente con más limitaciones (o poca gana de gastar) la posibilidad de material barato y hasta vistoso. No, que va. Por entonces había pocas tiendas de material deportivo, y este era más o menos un artículo de lujo. Mucho más si cabe en el caso del material de montaña. Apenas había nada. En realidad, ni siquiera se planteaba la necesidad específica (no siendo posible, no tiene sentido planteártelo). Lo que se llevaba habitualmente al monte era ropa desechada de la vida diaria, de ciudad, ya fueran pantalones vaqueros, o de chándal, camisas y jerseys viejos.
Atendiendo al estilo, eran tiempos en que aún se llevaban los pantalones de pana, de corte bávaro para los más preparados. Estos se combinaban muy habitualmente con una camisa tipo franela, de esas de cuadros, y con una camiseta debajo, esta de algodón por supuesto. Cuando refrescaba, sacábamos de la mochila un jersey de lana gruesa, que en mi caso me hacía mi Abuela: me hizo muchos a lo largo de los años, junto con calcetines que picaban, gorros y hasta pasamontañas, que también picaban. Los forros polares estaban aún en gestación. Si llovía o hacía viento, aparecían los clásicos canguros rojos o las capas de agua (el Gore Tex también estaba en fase I+D). Las mochilas eran características de la época y parecidas entre sí, con colores clásicos rojo, verde o azul.
En los pies lo habitual eran las botas de cuero, algunas potentes y pesadas, estilo Galivier (salvando las distancias). Mucha gente llevaba otras llamadas “tipo Cleta”. Estas eran algo más ligeras que las anteriores, y aún teniendo buena capa de piel, suela Vibram y cierto grado de canteo, ya eran casi las precursoras de las botas de Trekking que llegarían casi una década más tarde.

Con mi hermano, primeras excursiones de chirucas 

El caso es que yo, que llevaba varias temporadas yendo de excursión, me veía equipado más o menos en línea con la media, excepto en el calzado. Yo aún llevaba chirucas, de las clásicas marrones de tela. Esto era también bastante habitual, pero a mí me fastidiaba bastante, tanto por la imagen (algo más cutre), como por lo rápido que llevabas los pies empapados en cuanto cruzabas un prado húmedo, cuando había barro, ni qué decir cuando llovía…
Ya tenía echado el ojo a las botas que quería. Eran unas Cletas marca Bestard que había visto en el escaparate de Deportes Covadonga. Ese escaparate, por cierto, con los años me haría soñar despierto y dormido con sus mosquetones, pies de gato, piolets… con sus pósters de Boreal con gente como John Bachard o Catherine Destivelle…
Viendo los Reyes muy lejos, me planteé ahorrar las 5.000 pesetas que había visto costaban. Durante meses estuve centrado en esta operación ahorro, y cuando finalmente y tras penurias varias tuve reunida la cantidad, me fui muy contento a la tienda, me las probé y solté mi dinero más contento que la leche.


Estas botas me acompañaron varias temporadas (se ve que las compré grandes y que el pie ya crecía más despacio). Con ellas hice muchas excursiones, con ellas pisé barro, nieve, hojas, piedras, prados… Fueron mi primer equipo específico para montaña, y además el primer propósito de ahorro importante en la vida.


La sensación de aplicar grasa de caballo, su olor, el ritual, siempre me trasladará a tiempos lejanos ya. A lugares y a amigos. A inocencia y felicidad por la vida futura por disfrutar.



Esto se me quedó escrito sin publicar hace unos años. En la actualidad mi hijo ya calza un 41 y la niña un 39. Ella ha seguido heredando zapatos del mayor hasta hace poco.... Y yo sigo reviviendo todas estas cosas cada vez que abro una lata de grasa de caballo... ahora ya incluidos los recuerdos asociados a mis niños cuando eran pequeños. Tempus fugit.

jueves, 6 de febrero de 2025

Trainning lap

Con Rubenín.

Otra salida rápida en plan entrenamiento. Una más de tantas. Como siempre pasándolo muy bien.

Llegar al parking y solo está nuestro coche junto con otro y una furgo de gente durmiendo. El Meicín cerrado. El Macizo vacío. Todo para nosotros. 

En lo alto de Covarrubias nos encontramos con Juaco que viene con dos clientes (los del otro coche del parking?). Charlamos un rato poniéndonos al día y comentando las condiciones del invierno. Muy prestoso. 

Hay poca nieve asi que vamos a asegurar la actividad en la norte clásica. Juaco y compañía van para allá también. 

Hoy, a sugerencia de Rubén, decidimos meternos por una pequeña variante de entrada que yo no había hecho nunca: se trata de una pequeña cinta de nieve, estrecha y a ratos encajada, a ratos más abierta y colgada. Para cogerla hay que bajar un poco por la senda de las Merinas dirección Este, pero apenas te desvías cinco minutos. Tiene alguna zona mixta y alguna con la nieve algo delicada. Nada grave tampoco. No coge mucho ángulo y le da ambiente. Es una opción chula y para repetir otras veces, la verdad.


Después de esta pequeña variante de entrada, que puede medir unos cientocincuenta o doscientos metros, nos unimos ya a la clásica asturiana en la primera campa. Aquí entramos por la izquierda mixteando un poco.

Para arriba la combinación clásica de dosificar esfuerzo, analizar la nieve y regular la exposición. Jugamos con el poco hielo que nos encontramos.




Hacemos cumbre encantados. Otro pegue de entrenamiento en este terreno de juego tan guapo que tenemos al lado de casa.

La Fana de bajada está perfecta. 



Probando a jugar un poco con la GoPro de mi hijo Javi (a Rubén no le gusta nada...).



Y otra vez más, solos en cumbre en un día soleado y con buenas condiciones. 
Cerveza de rehidratación en Espinedo. Muy guapa jornada de monte.




domingo, 26 de enero de 2025

Peña Gorbea en bicicleta de montaña

30 Noviembre 2024
Miguel Vallina, Nando del Pozo
Circular con ascensión a Peña Gorbea (1.482 m), 25.9 km, 910 metros positivos.


Venir en el día desde casa en Asturias para dar una vuelta en bicicleta hasta la cumbre más alta de Álava parece un poco raro, pero la realidad es que se hace estupendamente.

Quedamos a las siete con intención de estar de regreso no muy tarde. Vamos tres: Miguel, Nando y yo. El viaje es cómodo. Cafetito en  el área de descanso de Altube a esperar a que levante un poco el sol, que las temperaturas están aún muy bajas para montarse en la bici.
Desde Murguía, bien abrigados, salimos por carretera unos pocos kilómetros hasta Zárate. Hace sol pero bastante frío. Cruzamos multitud de ciclistas, de carretera en su mayoría. 
Una vez en Zárate abandonamos el asfalto y tomamos una pista señalizada que nos empieza a meter en un precioso bosque de robles. La cuesta es llevadera y vamos remontando la ladera hacia el Este. Cruzamos gente caminando, algunos de subida y otros ya de bajada (aunque estos no vienen de Gorbea).


El terreno es ideal para la bicicleta de montaña, con algunos repechos más exigentes pero en general suave. Eso sí, subida continua. Hacemos alguna parada a comer algo y a disfrutar de las vistas: árboles centenarios, grupos de caballos potentes pastando las praderías.




Una vez superada la línea de bosque, que ha cambiado de los robles dominantes primero, a hayas y más tarde a pinos (se ven claramente las cotas de altura que marcan las distintas especies) salimos a terreno abierto y amable: lomas suaves con camperas y vistas panorámicas. 



Ganado el collado que separa el Gorbea de la cumbre secundaria del Araza, ganamos vista al norte y a nuestra cumbre objetivo: se ve la cumbre casi al alcance de la mano, aunque a la vez sabemos que nos queda un buen repecho aún.


El tramo final requiere salirse del leve camino marcado y bacheado de piedras (perfecto para caminar pero no para las bicicletas) por la campera a la derecha para, remontando fuerte aquí, ganar la cumbrera y seguir remontando ya sí hasta la misa cruz. 


Llegamos muy contentos. Hay bastante gente, en su mayoría caminantes pero también vemos alguna otra bicicleta. Sigue estando bien fresco. Mirando alrededor Nando nos muestra algunas otras cumbres vecinas bien famosas para los vascos: el Amboto se ve cercano. La reserva de Urkiola se extiende espectacular. 




Es un paisaje suave en general, amable comparado con los cordales típicos en Asturias. Asoma la caliza por muchos sitios, y la vista es panorámica en todas direcciones: al norte a la costa y al sur ya más mesetario. Nos sacamos unas cuantas fotos de recuerdo.


Salimos ahora hacia abajo dirección Oeste por la enorme loma del Gorbea: prados infinitos de perfil redondeado que nos permiten circular bastante rápido. Mis amigos se distancian de mí rápidamente. Me esperan de cuando en cuando para reagruparnos y no confundir algún cruce. 


No tiene mucha pérdida en la parte alta, y se ve el valle hacia el que nos dirigimos y que nos sumergirá de nuevo en los bosques.
Hay varios tramos un poco más trialeros en los que se viven amagos de caída, alguno de ellos librado de pura casualidad por mi parte. No es tanto que sean demasiado técnicos como el hecho de llevar ya bastante rato en este tipo de terreno: ganas confianza, aumentas la velocidad, y entonces es cuando aparece la piedra en la que rebotas de manera descontrolada... Finalmente no hubo que lamentar ningún impacto indeseado...
Una vez de nuevo en el bosque el terrreno se hace de subebaja por zonas, predominando la bajada en todo caso. De nuevo zonas de bosque espectaculares con abetos, pinos, robles, etcétera. En esta pista encontramos más gente de paseo, a caballo, con niños... El sitio es realmente precioso.
Vamos paralelos al río Larrea con sus puentes, remansos y pozas, una chulada.


Llegamos al pueblo de Sarria y de este a Murguía, donde dejamos el coche esta mañana. Son las dos y media de la tarde. Mientras nos cambiamos de ropa nos comemos un bocata. Después nos vamos hasta una de las numerosas terrazas de los bares del pueblo: nos tomamos una cerveza y picamos algo más. Comentamos lo mucho que nos ha gustado la excursión. Nando es la tercera vez que la hace, pero Miguel y yo somos nuevos en la zona y nos ha encantado.
De camino de vuelta paramos a tomar un café en Unquera: una caja de corbatas para casa, que siempre ayuda llevar algo dulce de vuelta. 
Tres horas y cuarenta minutos de ruta para unos 26 km y 900 metros positivos en un paisaje precioso para la bicicleta de montaña.


Ruta totalmente recomendable, realmente bonita. Gran día con muchas risas con estos dos elementos.



Gijón 7:00 h
Murguía 10:30 h
Peña Gorbea 13:00 h
Murguía 14:15 h 

miércoles, 15 de enero de 2025

"Maripaz de la suerte"

29 diciembre 2024
José Antonio Estévez, Rubén Díaz 
Peña Ubiña (2.417 m), Combinación corredor "Maripaz" y "Elixir de la suerte"

Vamos cerrando el año y con las buenas referencias del mismo sábado por parte de Rubén en la vertiente norte asturiana de Ubiña, decidimos probar suerte en la otra vertiente norte, la leonesa. 

Me contacta Estivi el mismo sábado para preguntarme por las condiciones, para subir él a dar un pateo, así que nos juntamos los tres. Salir de monte con Estivi es en sí mismo un acontecimiento; ¡no somos capaces de cuadrar agendas! 

El hecho de salir juntos ya pone en segundo plano lo que finalmente hagamos. No importa. Lo importante es pasar el día juntos por el monte como antaño, como tantísimas veces.

Salimos de Gijón a las siete de la mañana y vamos charlando sin parar.

Al salir del Negrón el termómetro baja a 5 bajo cero. En Torrebarrio, mientras ponemos botas y repartimos zarrios, son 9 los grados negativos... Las manos se quedan como de madera rápidamente.

El cielo está despejado y hay pocos coches, algo raro por aquí. Arrancamos calentando poco a poco por la pista, con el barro duro como el hormigón. El andar es cómodo. El panorama nos muestra la vertiente Oeste de Ubiña muy seca, bastante triste, pero confiamos en que una vez superado el espolón y girados al Norte aparezca más blanca. Al rato adelantamos a una pareja que parece que van a caminar (1 piolet).

Pisando la primera nieve vemos que está totalmente helada. Bien. Mientras remontamos el lomo hacia la Aguja buscamos el seco, que lo blanco resbala... ya en el collado aprovechamos para poner arnés, crampones y casco, y picar algo. Hace frío. 

Mientras comemos observamos el aspecto de las vías; nos decidimos a probar suerte en la "Maripaz"; no la hemos hecho ninguno de los tres. Así pues salimos en travesía hasta el cono de deyección que da entrada al corredor de la vía. Hay que cruzar casi hasta la entrada de la "Hielo dulce".

De acuerdo a los croquis la vía tiene un primer largo encajado que puede llegar a los 70° o tener algún paso en roca.

Cuando vamos entrando hacia el corredor, la nieve cada vez más empinada nos calienta los gemelos. Está perfecta para escalar; apenas entra la punta de las botas y las hojas de los piolets transmiten esa sensación de seguridad (tacto, sonido) que tanto nos gusta. 


La duda es los resaltes secos. Montamos una reunión y sale para arriba Rubén disparado estirando el largo a tope hasta debajo del bloque empotrado que mencionan las reseñas. Estivi y yo subimos hablando sin parar. Trepamos el paso de roca desnuda hasta el collado y allí nos cambiamos cabos.

El segundo largo se ve más feo, seco. Tiro yo y voy buscando el mejor paso por entre los resaltes rocosos, tapín tracción y algo de nieve. Al consumir las cuerdas monto reunión con dos friends y un fisurero. Aseguro a los colegas a los piolets (unidos a la R), que han entrado muy duros en la nieve.

La tercera tirada de nuevo blanca y sencilla para Rubén.  De transición y sin nada reseñable más allá de la buena calidad de la nieve.

Tiro después delante de nuevo yo y ahora surge la duda de si podremos completar la salida por "Maripaz" o tendremos  que buscar alternativas. A los veinte metros corto unas huellas que vienen de la derecha y siguen por la travesía de "Elixir de la suerte", esta es la más clásica de esta vertiente porque conjuga poca dificultad y las mejores condiciones habitualmente. Por encima se ven las salidas secas. Remonto unos quince metros a la derecha para ver si quizá "Gligli" nos dejará pasar; nada, misma pinta, tramos largos secos.


Decido continuar hacia la "Elixir" y esperar a los colegas para ver qué hacer. Estiro cuerdas y monto reunión con friend y dos fisureros. 

Una vez agrupados no hay mucha duda; decidimos seguir por "Elixir". La vía "Maripaz" hasta aquí es guapa. La parte de arriba quedará para otra ocasión. 

Tras cuatro largos de cuerda apurados a tope, ahora nos desencordamos y seguimos cada uno a nuestro aire. Hay que ir con atención pues el terreno es sencillo pero la nieve está dura y el tobogán por debajo es definitivo...

Estivi completando la travesía 
 

La falta de actividad se nota; Estivi viene cansado, así que vamos regulando. Rubén se entretiene con los pocos resaltes helados que encontramos. 

Nos sentamos a comer algo unos metros antes de salir a la cresta. Estirando la vía un poco más. 


Una vez salimos al sol y ganamos vista a la normal, nos sorprendemos al comprobar que estamos solos.  

Todo un lujo en esta cumbre tan transitada, con un buen día de fin de semana y con buenas condiciones. Realmente una suerte.

Cumbre. Fotos. Comer. Charlar.

Con mis grandes amigos Estivi y Rubenín

La bajada hasta Torrebarrio, con sus 1200 metros de desnivel, se hace valer. Llegamos al coche muy contentos. Nos cambiamos y recogemos las cosas al sol. Cerveza en San Emiliano.

Un placer compartir esta jornada de montaña con estos dos amigos, especialmente Estivi, que no se prodiga nada... A ver si de esta lo reenganchamos.

Buena manera de cerrar el año de monte.




domingo, 5 de enero de 2025

Cuitu Negru por tres

20 diciembre 2024

Valgrande Pajares. Solo.

Un año más parece que se repite el patrón. Nieva tarde y poco, y luego las subidas de temperatura quitan lo poco que hay.

Antes de que limpie del todo aproveché para dar otra sesión de entreno, en este caso en Pajares estación, aunque haciendo las subidas por el Vallón apenas lo notas; estas pistas están cerradas, no hay nadie y además no das vista a las otras pistas hasta la parte alta. No tienes apenas sensación de estar en una estación. 

La primera

En esa zona de enlace me salgo a la ladera izquierda y está más helado. Me pongo cuchillas para ese tramo. Después ya queda solo coronar el Cuitu y bajar por las pistas.

La segunda 

Tres subidas. Tres bajadas. Casi 1300 metros positivos. Muy buenas sensaciones hacia arriba. Bastante buenas hacia abajo. 

La tercera bajada ya con la estación cerrada y nadie más por allí...

La tercera

Al llegar al coche coincido con Cristina que estaba también foqueando con su hija pequeña.


Muy prestoso tanto el entreno como el encuentro con Cris.

sábado, 28 de diciembre de 2024

45 Semana Internacional de Montaña de Gijón

Se acerca una nueva edición de la Semana Internacional de Montaña de Gijón. La 45. 

La organización de la misma corre un año más a cargo de un equipo de gente del club Torrecerredo de Gijón, entre los que por segunda vez me encuentro.  Este año diría que he tenido una participación principal en la selección de los ponentes. Por supuesto coordinado con el resto del equipo.

Vídeo 45 SIMG

Al cerrar el programa me entraron dudas de si habrá quedado demasiado igual, demasiado cercana a mis gustos, demasiado mismo estilo; esto es alpinismo de estilo ligero, y dejando de lado otras cosas... Es probable que sea así. Solo espero que guste al máximo de gente posible.

La realidad es que todo lo seleccionado, siendo variado en destinos por el mundo y en estilos de escalada, tiene características comunes importantes. El nexo más claro entre todas las propuestas seleccionadas para mí es la importancia que todos los ponentes transmiten respecto a los compañeros de cordada.

Las montañas son muy grandes. Remotas. Intimidantes. Peligrosas en muchos momentos. Lejos de todo. Pueden dar miedo. Más allá de las fotos bonitas y los vídeos de celebración que se enseñan, hay multitud de situaciones tensas, duras, complicadas. Es en esos momentos cuando la cordada como ente se convierte en algo fundamental. Tu compañero/a, el/la que te apoya, a quien animas, quien te ayuda... Ser una cordada integrada tiene una importancia enorme para afrontar la multitud de retos que aparecerán, cuando casi siempre no hay nadie más alrededor.

Todos los ponentes seleccionados hablan de esto. Por supuesto se presentarán realizaciones punteras en el aspecto técnico, escaladas en roca, en hielo o mixtas. Destacables a nivel internacional en varios casos.

El programa es el siguiente:

La Semana arrancará el lunes 13 de enero con la escalada en libre de la vía "Eternal flame" en el Trango, Pakistán, por parte del escalador profesional Edu Marín. La realización alpinístista es muy importante y tiene pocos precedentes; una vía deseada y perseguida desde su apertura en 1989 por un potente equipo alemán entre los que estaban los míticos Sikora, Güllich y Albert, sentando un punto de partida para este estilo de escaladas en altura. Edu realizó la escalada teniendo como compañeros de cordada a su padre (quien lo acompañará en la presentación) y su hermano, persistiendo en el esfuerzo durante semanas.  Edu Marín nos tiene acostumbrados a realizaciones impresionantes; ganas de ver su presentación. 

Seguiremos el martes 14 con los potentes guías de montaña catalanes Bru Busom y Marc Toralles presentándonos su escalada en Alaska,  a su cumbre más elevada, el Denali. En este caso la vía elegida es la mítica Directa Eslovaca. Y digo mítica porque ese es el aura que tiene después de décadas de su primera ascensión. Pocas repeticiones han seguido por la enorme envergadura de la misma, sus dificultades técnicas en hielo, en mixto, la altura, etc. Bru y Marc llevan juntos muchas escaladas de alto nivel, por todo el mundo, recibiendo premios por sus realizaciones. De nuevo en este caso, destaca para mí, al mismo nivel que su dificultad el espíritu de cordada entre los dos amigos. Seguro que nos lo transmitirán. 

El miércoles 15 nos iba a acompañar Javier Campos, alpinista y aventurero con mayúsculas. Con una trayectoria dilatadísima recorriendo el mundo. Por un contratiempo serio de última hora no podrá asistir. Confiamos contar con él en el futuro. 

La presentación de ese día será finalmente dos películas de la mano de Mendi Film:  

El jueves 16 serán Lucía Guichot y Nieves Gil las que nos transmitirán la enorme importancia de la cordada. Estas dos jóvenes y potentes alpinistas llevan una progresión sobresaliente desde sus comienzos en Pirineos. En los Alpes, entre otras cosas realizan la primera escalada invernal femenina española a la ruta clásica de la Norte del Eiger. Avanzando después a cordilleras más grandes con escaladas en Sudamérica y después en Nepal y el Karakorum. Destilando pasión por lo que hacen y cómo lo hacen. Son definición de cordada.

El cierre de la Semana será el viernes 17 a cargo del belga Nico Favresse. Nico es un escalador de fama internacional que lleva décadas elevando el listón. En este caso, nos presentará su escalada en libre (la primera) a la vía "Riders on the storm" en el Paine, Patagonia Chilena. La vía también es muy famosa y perseguida desde su primera ascensión en 1991 de nuevo también por Güllich, Albert y compañía.  En el caso de Nico esta vía ha sido muy importante en su carrera como escalador de grandes paredes. Con su famoso estilo musical, festivo y su inigualable forma de disfrutar de la escalada y la vida en general, nos contará el proceso para llegar a liberar esta vía. Nico y compañía también tienen muy claro la importancia del cómo y del con quién. Para Nico los compañeros de cordada son muy importantes. 

Antes de la semana oficial podremos disfrutar de cuatro presentaciones en la Previa;

El 26 de diciembre, mi amigo Juan Piñera ya nos ha mostrado las delicias del BTT en la Cordillera Cantábrica. Estupenda proyección.

El 27 la jovencísima cántabra Carla Astuy nos ha mostrado su apasionada visión de la montaña. Estupenda su presentación.

Ya en enero, el día 8 de enero será Eduardo Astudillo quien nos muestre sus vivencias esquiando en las montañas de Georgia la pasada temporada. 

Para cerrar la Previa el día 9 tendremos una mesa redonda donde analizar los cambios en el acercamiento a la montaña desde el fin del Covid. Ponentes con experiencia dilatada que plantearán puntos de vista ante los retos presentes y futuros.


Esta Previa ya tiene un empaque muy respetable en sí misma. La entrada a la Previa es gratuita. 

La venta de entradas online comenzará en breve a través de la web de la semana: simgijon

Así mismo y como siempre, en las taquillas del teatro en los días de las proyecciones. 

Diseño de imagen y cartelería a cargo de mi amigo y veterano socio del club Pelayo Pastor: tallerpastor. Creo que muy logrado.

Me parece que tenemos un programa estupendo y confío tenga aceptación. Por el momento hemos empezado bien con la Previa. Se verá.




lunes, 23 de diciembre de 2024

Entrenamiento matutino en el Cellón

Sábado 14 diciembre 2024

Solo, Cellón desde Pajares.

No contaba con ello, pero surgió la oportunidad y la aproveché.

Dejo a la niña a las nueve y media en su colegio para ayudar en la Operación Kilo de Navidad; tengo hasta las dos libre cuando he de pasar a recogerla, así que subo a casa cojo los aperos y tiro hacia Pajares.

Por el camino hablo con Carlos y Cris que suben también, aunque finalmente tiran al Tresconcejos.  Ruben está por San Isidro hoy. No me gusta mucho ir solo con esquíes, pero imagino que al Cellón tendré compañía. 

Aparco en el puerto y sin demora me calzo, cojo las tablas y me salgo a la nieve. 

Son las once menos cuarto cuando empiezo a deslizar las tablas. Me marco como objetivo estar de vuelta en el coche a la una máximo.  Tengo dos horas y cuarto para subir y bajar, a ver hasta dónde llego...


El cielo está raro. Hay una capa de nube negra pero a lo lejos y por debajo de ella se ve sol... En mi montaña la nube envuelve la parte alta. No hay problema, subiendo por la llomba cumbrera y pegado a la alambrada no tiene pérdida. 

Hay bastante gente por la zona. Con esquíes, con raquetas y también a pie sin añadidos. Voy buscando mi ritmo, adelantando a algunos, y recortando distancia a otros. 

La nieve para subir va bien, ya veremos luego bajando. En una pala algo más empinada paro y coloco las cuchillas. En cuanto libro de ángulo las quito de nuevo. La subida es irregular y alterna lomas con algunos llanos y hasta pequeñas bajadas. Sigo pasando gente. 

Todos comentamos que a ver si abre el cielo porque el sol se intuye a través de la nube, pero hay momentos en que apenas se ve más allá de unos cincuenta metros...

Voy controlando el reloj.  Viendo el estado de la nieve y con los comentarios de algunos esquiadores que ya vienen de bajada creo que me va a llevar tiempo, así que me he marcado hora límite las doce para dar la vuelta. 

Sigo apretando pero con esfuerzo controlado, me encuentro bien. Adelanto ahora a un grupo de cuatro con equipación algo racing... como los coja uno que corra de verdad les arranca las pegatinas. 

Poco después de esto, en mitad de la nube y sin ver a más de diez metros, decido llegar hasta un punto que parece un poste con nieve adherida por el norte y ahí mirar la hora: cuando lo alcanzo veo que es el vértice geodésico!  Miro la hora: las doce en punto. Perfecto.


Cierro botas, quito pieles y arranco para abajo con cuidado.

Nieve venteada, con muchos relieves que te hacen rebotar. En tramos más lisos te acanala y me resulta hasta peor... Nada, está claro que hoy no va a ser para mí una esquiada fácil ni disfrutona (de bajada, porque de subida sí lo ha sido). Lástima porque la tarde anterior lo gozamos en Celleros...

El cielo ha abierto un poco y por momentos tenemos vistas.

A ratos tengo que remontar lomas, hasta me quito las tablas y también llego a poner de vuelta las pieles... bueno, todo es práctica. 

Comento las condiciones con la gente que me voy cruzando. Hay que tener cuidado porque la verdad es que, como ya me habían dicho antes a mí, así las cosas es fácil hacerse daño. Por otra parte hay que intentar disfrutar de la nieve, cada año más efímera por estas latitudes.

Las palas finales sí me dejan hacer algunos giros más relajados, pero poca cosa. 

En la zona más baja cerca ya del parking hay un montón de gente jugando con los críos. Llego al coche. La una. Perfecto. Me cambio y arranco para casa. Llego a tiempo y con las piernas más suaves...

Objetivo cumplido. Buen entrenamiento. Unos 5 km para cada lado y 650 metros positivos y negativos. Lástima la bajada.

Para casa encantado. 

Gijon 9:40 h

Puerto Pajares 10: 40 h

Inicio foqueo (1.385 m) 10:45 h

Cumbre Cellón (2.029 m) 12:00 h

Puerto Pajares (1.385 m) 13:00 h

Gijón 14:00 h