LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
DONDE ESCALAR, ESQUIAR, PEDALEAR, CORRER, CAMINAR...
DONDE LOS AMIGOS, EL ESTILO Y LAS FORMAS CUENTAN, Y MUCHO

lunes, 27 de mayo de 2024

"El chulo Mirinda", novedades en Lañora

Apenas a un cuarto de hora de casa, Lañora es una de las únicas zonas de escalada en el concejo.
Por un lado su roca tan especial la hacen complicada (seguramente el sitio mas difícil en el que yo haya escalado). Por otro lado su paisaje y ambiente le dan un encanto particular. Aquí se han iniciado en la escalada en roca bastantes generaciones de gijoneses. Testigos mudos son algunos clavos cementados, puestos por gentes pioneras como El Boti, que hoy ya no se utilizan como seguros, pero que sirven para pensar en otras épocas (quizá 50 años atrás) en las que ya picaba esto de la escalada. La de martillazos de burilador habrán dado aquí algunos de mis amigos (Juaco, Luque...) metiendo aquellos spits cuando los taladros no estaban aún ni en la imaginación del personal...
En la actualidad, con la disponibilidad de rocódromos, salas de escalada, y por supuesto también con la mayor posibilidad del personal para moverse en coche a otros sitios, la zona lleva ya bastantes años un poco en el olvido. Nosotros procuramos acercarnos de cuando en cuando. Como venimos mucho por aquí con las bicis, nos acordamos de sus escaladas y por eso quizá venimos más. La reciente tala de árboles ha liberado parcialmente las vistas, y ayudado a que la roca tenga más sol y con ello menos líquenes. Es gracias a gente como Juanjo Escudero, Nando y algunos otros que se han preocupado de limpiar los accesos (selváticos al menor descuido), colocar carteles con los nombres de los distintos sectores, sustituir algunos seguros, añadir cables a reuniones colgadas...
Recientemente a raíz de una visita con Javi y de constatar cómo, incluso las vías sencillas no lo son tanto para alguien que está empezando, con idea de equipar una zona para los que se inician, Nando se animó a limpiar un paño de roca vecina al clásico sector de la Enredadera. Escoba, cepillo de alambre, piqueta, taladro...
Después de unos días de duro trabajo por su parte junto con el incansable Juanjo, y la ayuda de Noelia y más gente, ha quedado listo un nuevo pequeño paño con una nueva vía equipada de IV+, bautizada "El chulo Mirinda", junto con otras dos variantes al enlazar con líneas vecinas. La idea es seguir limpiando hacia la izquierda para conseguir alguna línea más. Lo equipado es ideal para aquellos que se inician aquí sobre la roca.
Días después de limpiar, equipar y sanear la roca, volvimos con Javi para que la hiciera. La resolvió con soltura y hasta chulería, tal y como el nombre de la vía requería, bautizada por él mismo por otra parte. Importante tener en cuenta en Lañora en general y en las vías nuevas especialmente, es más que recomendable el uso del casco: el escalador pero también el asegurador. No es nada raro que se suelten piedras, a veces no pequeñas. Después de hacer la via nueva, probó la variante a la derecha, resolviendo también tranquilo (algo menos).
Después pasamos a la normal de la Enredadera, en este caso él ya en toprope. Javi ya me habla de volver, le han quedado temas pendientes de otras visitas en otros sectores también.
Escalada técnica tanto de manos como de pies. Vías apretonas y hasta explosivas. Qué guapa es Lañora. Seguiremos acudiendo a su llamada.

viernes, 10 de mayo de 2024

Back in business

Poco a poco parece que voy volviendo a coger la forma. Los últimos tiempos antes de la operación (quizá los últimos 4 o 5 años en realidad) simplemente no era capaz de apretar escalando: la lesión de cadera y lo que esa lesión causaba al conjunto del cuerpo no me permitía escalar de verdad. El dolor y la falta de movilidad general me limitaba totalmente. Mis escaladas en ese periodo fueron bajando progresivamente de dificultad conforme notaba que no podía forzar. Menos mal que tengo compañeros que se adaptaron a mis limitaciones.
Ya hace unos catorce meses desde la intervención. La primera fase de la recuperación fue realmente bien y ya a los cuatros meses de la operación estaba de vuelta escalando más o menos al nivel del año anterior a operarme, esto es, grados muy sencillos, sin apretar y sin arriesgar. Pero desde ese momento con la gran diferencia de la ausencia del dolor. De entonces hasta hoy poco a poco he podido aumentar el volumen y la intensidad de la actividad y de los entrenamientos. De todas las que hago: ya sea la bicicleta de montaña, caminar, esquiar o escalar. Concretamente es en escalada en roca, en deportiva, donde más estoy agradeciendo la progresión. En realidad me mantengo en niveles muy modestos, pero pensando en de dónde vengo estoy realmente satisfecho con mis sensaciones y además la previsión es positiva. La mayor diferencia es que ahora puedo volver a apretar, a forzar los pasos hasta la caída, sin tener por ello molestias ni dolores. Es decir, puedo acercarme a mi límite e intentar empujarlo, lo que viene siendo la esencia de la escalada deportiva.
Dedico muy pocas sesiones a la escalada deportiva: desde septiembre hasta hoy quizá han sido seis u ocho. Dada la poca frecuencia, cuando voy procuro acumular metros, escalar principalmente a vista, y suavemente intento ir subiendo el grado medio. Ya por septiembre empecé a hacer algún 6c a vista ("Poker de estrellas", Alimoches, Monsacro). Con el invierno triste de nieve que hemos tenido, en enero y febrero aprovechamos algunos días también de deportiva y volví a sentirme bien. De nuevo volví a mirar hacia los 6cs. Y alguno más salió a vista. Y la mirada se me iba hacia las íneas que ya empezaban por 7...
En las últimas dos salidas a roca, separadas entre sí casi un mes, he conseguido encadenar a vista vías de 6c+/7a ("Territorio minero", Otura) y de 7a ("Chapas por votos", Covarriella). Estos encadenes tienen para mí un significado realmente simbólico: volver a escalar en vías con un 7 en su grado me da una alegría difícil de explicar. Recuerdo bien mi primer 7a encadenado allá por 1992, "Brutus" en Quirós. Y también algunos de los primeros 7as a vista, como "El Hobbit" o "Asterix" (por entonces a esta le daban 6c+), también por aquellos años, y también en Quirós. A lo largo de los años seguí sumando vías con a, con b, algunas con c... en distintos sitios, de distintos estilos y en distintos tipos de roca. El grado en sí no es tan importante, pero esta sensación de poder forzar escalando, acercarme a mi límite, y ver que voy encadenando... me tiene encantado. La echaba mucho de menos.
Es la misma sensación que tengo ahora las veces que salgo a correr: aunque vaya pocas veces y muy suave de ritmo, estoy recuperando algo que me encanta hacer y que tuve prohibido durante demasiado tiempo...
Volviendo a la roca, ahora poco a poco intentaré mirar hacia otras vías en las que añada un +, o que cambie de letra... Soy consciente de que la modalidad a vista, por mucho que me guste, está ya casi agotada; tendré que elegir algunas vías que merezcan dedicarles más pegues, fracasar, intentar de nuevo... ¡Qué guapa es la escalada deportiva!