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jueves, 8 de enero de 2015

Intento al Neverón: primera retirada del año

2 Enero 2015
Bene Santos
Intento al Neverón de Urriellu (2.559 m) Canal NE 250 m, III/2

Primera salida del año, y primera retirada. Empezamos bien.

Amanecer en Pandébano
Las referencias de condiciones eran inciertas: lo mismo las había de exitosas aperturas de nuevas vías por los gallos, que de imposibilidad de aproximar con los coches. Las fotos de la carretera de Sotres el día antes no auguraban nada bueno… Con este escenario decidimos tirar hacia el Central para ver si se podía hacer algo. Nuestro objetivo inicial era la canal Noreste del Neverón de Urriellu, una clásica invernal de Picos, en principio de las fáciles, y que ambos teníamos pendiente (y seguimos teniendo!).
La alternativa si la cosa estaba fastidiada ya en la carretera, era dejar el coche en la curva de Sotres e intentar el Cueto Tejao o el Jierro en el macizo Oriental.
Una vez llegamos a la curvona de Sotres, aún de noche cerrada, no vemos nieve por ninguna parte, así que decidimos apurar a por la pista de Pandébano para probar suerte. Bajamos a las cabañas y empezamos a remontar la pista: el entusiasmo y el optimismo nos invaden. Pronto se termina: apenas dos curvas recorridas cuando el coche empieza a patinar en una mínima capa helada. Se queda aquí. Toca patear.
Es muy extraño, apenas hay nieve por zonas más altas, pero la pista tiene lo justo para limitar los coches. A la luz de la frontal nos preparamos y salimos resignados a un desnivel y tiempo extra de porteo. Dejamos una de las cuerdas y algo de fierro para aligerar las mochilas que, aun así, como siempre en invierno, pesan lo suyo.
El amanecer nos confirma lo raro del manto de nieve: en general hay muy poca y está dispersa, no sabemos si por el viento. La luz del amanecer en Pandébano ilumina nuestro objetivo, lejano desde aquí.


Los Albos espectaculares
La subida hasta Collado Vallejo fue cómoda, como siempre, charlando. Desde aquí bajamos con cuidado (alguna chapa de hielo en mal sitio, ojito) y empezamos a remontar hacia Vega Urriellu. Al poco rato nos cruzamos a una pareja de franceses que han pasado la noche en el refugio, solos. Paramos ahora a poner los crampones pues a ratos está durísimo: esto nos hace imaginar un gran día por delante. Llegamos a la Vega bastante frescos, pero mirando el reloj veo que nos ha llevado tres horitas… La mañana avanza y conforme vamos subiendo, desde la misma vega, la nieve va perdiendo consistencia: empezamos a hundirnos hasta la rodilla en un polvo seco y suelto. Buscamos las zonas venteadas donde brilla el hielo para intentar cansar menos. Incluso estas están mal, muchas veces consisten en una chapa fina que restalla bajo nuestro peso, corriendo por ellas fisuras, y sonando desagradablemente a hueco.


No queremos ni comentarlo, pero la cosa va pintando bastos. Con bastante trabajo remontamos hasta un punto bajo la pared: en un temporal parche de sol nos paramos a comer, poner el arnés y ordenar los trastos de cara a la escalada. Miro la hora y veo que son las doce y media: cuatro horas y media hasta aquí…
Aún albergamos la esperanza de que por encima del cono de deyección de la canal la cosa cambie. Desde este punto vemos la primera banda de roca poco cubierta, aunque parece que se puede pasar sin grandes problemas.
Vuelvo a arrancar abriendo huella para este último empujón: hoy Bene me está dejando disfrutar a mí de esta tarea… Apenas cien metros pero me cuestan un montón: me sigo hundiendo en nieve polvo inconsistente. Ya bajo las rocas, cuando el ángulo se hace más serio, pincho algo más duro: aquí suena bien a hielo del que nos gusta. Derivo a la izquierda y bajo unos desplomes monto reunión con un par de clavos reguleros. Llega Bene y después de comentar la jugada y encordarnos, salgo delante a ver qué pinta tiene. Apenas avanzo diez metros cuando tiramos la toalla: la tónica se repite. Nieve polvo, chapas huecas, y previsión de seguir igual. El sentido común dice que nos retiremos.




Fastidia darse la vuelta después de pegarnos la paliza hasta aquí, y cuando además sabemos que la vía no se nos debería resistir demasiado. Pero a la vez, sería una pena hacer esta escalada en tan malas condiciones, sin disfrutarla. Eso ya sin pensar en que además puede resultar algo peligroso… El “equipo amarras” se retira por hoy.
Sin duda las condiciones han ido empeorando cuanto más arriba estábamos, pero la cosa promete, y si transforma se puede poner muy bien. Mientras tanto hay que tener paciencia.
El camino de vuelta, siendo igual de largo, se hace quizá menos pesado. No es lo mismo bajar que subir, claro. Nos paramos de cuando en cuando a disfrutar de las vistas, siempre presididas por la imponente tapia Oeste del Picu, que por algo se conoce internacionalmente. Comentamos que a pesar de la paliza y la retirada, ya nos compensa por el hecho de disfrutar estos paisajes grandiosos para nosotros solos (ahora vemos a lo lejos un par de figuras cerca del refugio).



De bajada cruzamos a otros dos chavales que suben hoy a dormir con la esperanza de hacer el Neverón al día siguiente: les informamos de nuestra experiencia, no muy positiva, pero a la vez de que tendrán la huella abierta… Nos preguntan también por la canal de las Balas a Tiros de la Torca: desde lejos nos parecía tener huella en la entrada, pero el estrechamiento lo vimos muy escaso, creemos que tampoco está formada.

Llegamos al coche a las cinco, flipando con lo muy abajo que está: bien por debajo de lo que creíamos. Han sido nueve horas sin apenas parar y con unos 1.500 metros de desnivel directo (seguramente sea más). Sin duda, un buen entrenamiento.
Una cerveza en el Cares en Arenas nos devuelve parte de los fluidos perdidos, y volvemos a casa contentos, ya pensando en la próxima salida.


20 km y 1.500 metros desnivel positivo aproximadamente

Al día siguiente hubo dos accidentes en los Picos, uno de ellos fatal. El monte en invierno es delicado, y si no está para la nieve, siempre nos queda la roca!


Gijón 6:00 h
Inicio 8:00 h
Vega Urriellu 11:00 h
Pie de Vía 12:30 h
Vega Urriellu 14:00 h
Pandébano 16:30 h

Coche 17:00 h