2 Enero
2015
Bene
Santos
Intento al
Neverón de Urriellu (2.559 m) Canal NE 250 m, III/2
Primera salida del año, y primera retirada. Empezamos
bien.
Amanecer en Pandébano |
Las referencias de condiciones eran inciertas: lo mismo las
había de exitosas aperturas de nuevas vías por los gallos, que de imposibilidad
de aproximar con los coches. Las fotos de la carretera de Sotres el día antes
no auguraban nada bueno… Con este escenario decidimos tirar hacia el Central
para ver si se podía hacer algo. Nuestro objetivo inicial era la canal Noreste
del Neverón de Urriellu, una clásica invernal de Picos, en principio de las
fáciles, y que ambos teníamos pendiente (y seguimos teniendo!).
La alternativa si la cosa estaba fastidiada ya en la
carretera, era dejar el coche en la curva de Sotres e intentar el Cueto Tejao o
el Jierro en el macizo Oriental.
Una vez llegamos a la curvona de Sotres, aún de noche
cerrada, no vemos nieve por ninguna parte, así que decidimos apurar a por la
pista de Pandébano para probar suerte. Bajamos a las cabañas y empezamos a
remontar la pista: el entusiasmo y el optimismo nos invaden. Pronto se termina:
apenas dos curvas recorridas cuando el coche empieza a patinar en una mínima
capa helada. Se queda aquí. Toca patear.
Es muy extraño, apenas hay nieve por zonas más altas,
pero la pista tiene lo justo para limitar los coches. A la luz de la frontal
nos preparamos y salimos resignados a un desnivel y tiempo extra de porteo.
Dejamos una de las cuerdas y algo de fierro para aligerar las mochilas que, aun
así, como siempre en invierno, pesan lo suyo.
El amanecer nos confirma lo raro del manto de nieve: en
general hay muy poca y está dispersa, no sabemos si por el viento. La luz del
amanecer en Pandébano ilumina nuestro objetivo, lejano desde aquí.
Los Albos espectaculares |
La subida hasta Collado Vallejo fue cómoda, como siempre,
charlando. Desde aquí bajamos con cuidado (alguna chapa de hielo en mal sitio,
ojito) y empezamos a remontar hacia Vega Urriellu. Al poco rato nos cruzamos a
una pareja de franceses que han pasado la noche en el refugio, solos. Paramos ahora
a poner los crampones pues a ratos está durísimo: esto nos hace imaginar un
gran día por delante. Llegamos a la Vega bastante frescos, pero mirando el
reloj veo que nos ha llevado tres horitas… La mañana avanza y conforme vamos
subiendo, desde la misma vega, la nieve va perdiendo consistencia: empezamos a
hundirnos hasta la rodilla en un polvo seco y suelto. Buscamos las zonas
venteadas donde brilla el hielo para intentar cansar menos. Incluso estas están
mal, muchas veces consisten en una chapa fina que restalla bajo nuestro peso,
corriendo por ellas fisuras, y sonando desagradablemente a hueco.
No queremos ni comentarlo, pero la cosa va pintando
bastos. Con bastante trabajo remontamos hasta un punto bajo la pared: en un
temporal parche de sol nos paramos a comer, poner el arnés y ordenar los
trastos de cara a la escalada. Miro la hora y veo que son las doce y media:
cuatro horas y media hasta aquí…
Aún albergamos la esperanza de que por encima del cono de
deyección de la canal la cosa cambie. Desde este punto vemos la primera banda
de roca poco cubierta, aunque parece que se puede pasar sin grandes problemas.
Vuelvo a arrancar abriendo huella para este último
empujón: hoy Bene me está dejando disfrutar a mí de esta tarea… Apenas cien
metros pero me cuestan un montón: me sigo hundiendo en nieve polvo
inconsistente. Ya bajo las rocas, cuando el ángulo se hace más serio, pincho
algo más duro: aquí suena bien a hielo del que nos gusta. Derivo a la izquierda
y bajo unos desplomes monto reunión con un par de clavos reguleros. Llega Bene
y después de comentar la jugada y encordarnos, salgo delante a ver qué pinta
tiene. Apenas avanzo diez metros cuando tiramos la toalla: la tónica se repite.
Nieve polvo, chapas huecas, y previsión de seguir igual. El sentido común dice
que nos retiremos.
Fastidia darse la vuelta después de pegarnos la paliza
hasta aquí, y cuando además sabemos que la vía no se nos debería resistir
demasiado. Pero a la vez, sería una pena hacer esta escalada en tan malas
condiciones, sin disfrutarla. Eso ya sin pensar en que además puede resultar
algo peligroso… El “equipo amarras” se retira por hoy.
Sin duda las condiciones han ido empeorando cuanto más
arriba estábamos, pero la cosa promete, y si transforma se puede poner muy
bien. Mientras tanto hay que tener paciencia.
El camino de vuelta, siendo igual de largo, se hace quizá
menos pesado. No es lo mismo bajar que subir, claro. Nos paramos de cuando en
cuando a disfrutar de las vistas, siempre presididas por la imponente tapia
Oeste del Picu, que por algo se conoce internacionalmente. Comentamos que a
pesar de la paliza y la retirada, ya nos compensa por el hecho de disfrutar
estos paisajes grandiosos para nosotros solos (ahora vemos a lo lejos un par de
figuras cerca del refugio).
De bajada cruzamos a otros dos chavales que suben hoy a
dormir con la esperanza de hacer el Neverón al día siguiente: les informamos de
nuestra experiencia, no muy positiva, pero a la vez de que tendrán la huella
abierta… Nos preguntan también por la canal de las Balas a Tiros de la Torca:
desde lejos nos parecía tener huella en la entrada, pero el estrechamiento lo
vimos muy escaso, creemos que tampoco está formada.
Llegamos al coche a las cinco, flipando con lo muy abajo
que está: bien por debajo de lo que creíamos. Han sido nueve horas sin apenas
parar y con unos 1.500 metros de desnivel directo (seguramente sea más). Sin
duda, un buen entrenamiento.
Una cerveza en el Cares en Arenas nos devuelve parte de
los fluidos perdidos, y volvemos a casa contentos, ya pensando en la próxima salida.
20 km y 1.500 metros desnivel positivo aproximadamente
Al día siguiente hubo dos accidentes en los Picos, uno de ellos fatal. El monte en invierno es delicado, y si no está para la nieve, siempre nos queda la roca!
Gijón
6:00 h
Inicio
8:00 h
Vega Urriellu
11:00 h
Pie de
Vía 12:30 h
Vega
Urriellu 14:00 h
Pandébano
16:30 h
Coche
17:00 h
A SEGUIR FOCICANDO...QUE AL FINAL SALEN...EN CASA NO ...Y ECHAR UN DIA ASI NO DEJA DE SER ENTRENAR, MÁS QUE CUANDO ESTA EN PERFECT CONDITION SIN DUDA, UN SALUDO
ResponderEliminarClaro que sí Edu, no hay duda. Hay que salir a verlo.
EliminarUn saludo
Si si, el Edu es un tio optimista! entrenar es cojonudo pero si sales por riba MUXO MEJOR, ha ha, aunque las palizas para regresar con el rabo entre las piernas nos engrandecen y hay que asumirlas pq no queda otra... tocan los guevos!!! he he, Buena actividad, un saludo.
ResponderEliminarYa te digo Xosé, hay que verlo por el lado positivo porque no queda otra, pero fastidia lo suyo!
ResponderEliminarUn saludo