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viernes, 25 de abril de 2014

Alpinorrada en el Cornión

Viernes 18 Abril 2014
Bene Santos
Segunda Torre Cebolleda (2.400 m) “Directa de los franceses”, 190 m, V+
Tercera Torre Cebolleda (2.429 m), chimenea arista Oeste, 60 m, IV+
Aguja GUA (2.386 m), arista Oeste, 50 m, III
Torre Santa María (2.478 m), “Espolón Oeste”, 90 m, IV+

Segunda y Tercera Cebolledas, abajo Aguja GUA, nosotros en Santa María
Las agujetas se mantienen tres días después. No muchas, pero sí punzantes, intensas y en sitios poco habituales. Se ve que la combinación de pateo, porteo, cramponaje y escalada ha sido buena. Desde luego yo estoy muy contento con la actividad. Lo necesitaba.

El invierno estacional estaba lejos ya, pero la nieve se mantenía en los Picos. Las referencias de la gente aún hablaban de posibilidades en corredores o nortes clásicas, pero la roca ya me estaba llamando poderosamente. Como tenía ganas de escalar arriba, busqué objetivos que combinaran bien dentro de las condiciones reinantes. Inspirado por Fer, por Fernando, y también por Alberto, me planteé una actividad de esas para las que cuesta encontrar compañero: paliza de pateo, porteo de trastos varios, algo de incertidumbre respecto al terreno y a sus condiciones… Alpinismo al fin y al cabo.
La idea era intentar hacer varias cumbres, escalando en roca principalmente, aunque sin descartar el tener que poner crampones en un momento dado.

La vía principal del día sería la “Directa de los franceses” a la Segunda Torre de Cebolleda: aparece reseñada en las guías como muy guapa y tranquila de tráfico (lo remoto de su localización casi lo garantiza). Cerca de doscientos metros en roca de calidad, con pocos seguros fijos, algo de terreno de navegar, y grados que permiten escalar con peso en la chepa, como iba a ser el caso.
Después, si el horario y las condiciones lo permitían, la intención sería continuar a la Tercera Torre de Cebolleda: un largo de IV+ en chimenea apurando los 60 metros de cuerda. Desde aquí, hay que crestear hasta una reunión y rapelar 60 metros al collado con la siguiente aguja, la de GUA.
A la aguja de GUA se accede en teoría con una trepada sencilla, pero quién sabe si habría nieve, hielo o estaría mojada… A continuación, había que destrepar o rapelar hasta el collado con la Torre de Santa María.
Finalmente quería subir a la Torre de Santa María por el “Espolón Oeste”, este  también celebrado por su gran ambiente y calidad de roca.
De entre los candidatos varios la cosa se quedó en Bene, con quien hacía un año que no salía. Bene y yo nos movemos de forma muy parecida en este tipo de terreno: esto quiere decir que íbamos a perder poco tiempo en maniobras.
Saliendo al monte una vez al mes no me importa madrugar. Es más, casi lo estoy deseando. A las seis salimos de Gijón dirección Covadonga. Cuando se levantó la niebla, vimos el cielo despejado y la temperatura alta: había siete u ocho grados cuando aparcamos en Pandecarmen. Teníamos miedo de que la nieve fuera a estar demasiado blanda…
Al ritmo de Bene fuimos subiendo sin parar de hablar hasta Vegarredonda. De ahí para arriba la nieve empezaba a aparecer cada vez más, hasta que bajo el Porru Bolu, cuando alcanzamos a unos esquiadores, ya era continua y sorprendentemente dura: casi todo el tiempo íbamos sin hundirnos apenas, y a ratos yo incluso echaba de menos los crampones. Atentos a esta circunstancia seguimos ganando altura y disfrutando las vistas, hasta alcanzar el Collado de la Mazada. Cuando llegamos eran casi las diez de la mañana, nos habíamos pegado ya dos horas y media de pateo… En la parada aprovechamos para comer, beber, poner arnés y crampones. Lo duro de la subida ya estaba hecho, pero para llegar al pie de vía aún teníamos casi otra hora: prácticamente hay que alcanzar la Horcada de Santa María.


La vista de la pared, al sol la Segunda, en sombra la Tercera
La media ladera hacia Fuente Prieta estaba dura, a ratos helada de verdad. Poco a poco nos elevamos hasta alcanzar la roca del pie de vía. El tramo final de nieve, a unos 40º, junto con lo tieso de la pared, nos hizo anclarnos cada uno a un puente de roca nada más llegar.
Aquí, sin perder tiempo centramos el recorrido, sacamos el material y las cuerdas, cambiamos botas y pinchos por pies de gato, y a las once de la mañana, tres horas y media después de empezar, Bene arrancó a por la primera tirada.

Bene empezando el primer largo de la "Directa de los Franceses"
Me despedí sin mucha pena del Camalot del 0.5 que de pronto se le cayó a Bene: rodó y deslizó por la nieve hasta terminar colándose en una grieta unos sesenta metros por debajo: llevaba más de 15 años en mi arnés y ya estaba amortizado... Gajes del oficio.


Canalizos y vistas perfectas
A pesar de la nieve helada, la temperatura era alta, ideal para escalar en roca. En pocos minutos salí yo detrás y una vez juntos nos pasamos el material y salí para arriba. La roca era excelente, el terreno de navegar, canalizos a escoger. Primero a la derecha y luego arriba hasta apurar la cuerda y montar reunión en un buen puente de roca. Continué delante a por el siguiente largo, mismo estilo aunque más tieso, tendente a la izquierda, hacia la base de una chimenea característica que sería el siguiente.
V marca el croquis (o incluso V- en la guía de Miguel y Cholo) y canto es verdad que tiene, pero es tieso bastante: atlético que se dice. Con casi diez kilos de mochila no veas si se pone atlético: las botas de invierno, crampones, un piolet, los bastones, agua, comida y algo de ropa… Pero bueno, lo resolví disfrutando y estiré las cuerdas hasta un nicho donde el croquis marca la reunión. No había nada pero la roca ofrece de sobra, monté reunión con dos pequeños puentes de roca, un fisurero y un alien. Aquí los canalizos drenaban agua recién fundida del nevero superior. El ambiente era perfecto.


Bene llegó rápido y volví a salir a por el último largo, en este caso más corto. Un V+ que el croquis marca expuesto y que de hecho lo es: pasos plaqueros para cruzar oblicuo a por una fisura. Muy guapo. Hay que ver cómo escalaba esta gente, hace ya tantos años.
Estábamos ya en el collado de la Segunda con la Tercera Torre: habíamos evitado la cumbre de la Segunda para ir recortando hacia nuestro objetivo. La chimenea que nos tocaba ahora era guapa de escalar, y seguía siendo muy buena roca. En la arista, apoyado en un bloque lazado, aseguro a Bene.


El ambiente era una pasada: estábamos solos, rodeados de nieve aunque no hacía viento ni frío, con la Peña Santa presidiendo junto con la Torre de la Horcada, más cerca nuestros objetivos, por debajo ya la Torrezuela, y a lo lejos los otros macizos que había ido visitando esta temporada: el Mampodre, Ubiña, etcétera. Lejos aún, una cordada en el Marqués, y mucho más lejos todavía, unos puntitos moviéndose en la arista de Peña Santa (luego sabremos que era Martín con un cliente).

Preparando el rápel de la Tercera, al fondo la Aguja GUA
Bene en el collado entre la Tercera y el GUA
Disfrutamos todo esto mientras nos poníamos las botas para crestear hasta la reunión montada para rapelar hacia la collada con la Aguja del GUA. Sesenta metros más abajo, entre nieve, nos anclamos a una reunión sobre la citada aguja. Recuperamos las cuerdas y continuamos de nuevo delante y aún en botas sobre roca compacta, pero amable. En un momento estoy en los bloques de la cumbre, y seguí destrepando hasta apurar las cuerdas: parecía que podríamos bajar bien hasta el collado con la Torre de Santa María.
Llegó el colega y completó el destrepe, más aéreo ahora. Luego nos movimos esquivando la nieve hasta la base del espolón Oeste y nos pusimos de nuevo los gatos. El cielo tenía ahora algunas nubes, pero seguía estando muy agradable. En tres largos habríamos acabado. Son realmente buenos los tres, en roca excelente y con mucho ambiente, sobre todo el segundo.

Bene en el primer largo del espolón Oeste a Santa María



Ambientazo, alpinismo

Una vez en la cumbre de la torre de Santa María miré la hora: las cuatro. Habíamos tardado cinco horas en la escalada. Íbamos bien, pero aún quedaba.



Comer, beber, cambiar gatos por botas, recoger el material, enrollar las cuerdas para los rápeles hacia el norte, nos volvemos a poner los crampones. En cinco minutos escasos estábamos en movimiento por la arista hasta el descuelgue. Tiré yo delante estirando los 60 metros hasta pegar en el Marqués. Ya en la vertiente norte todo se transforma: sombra, nieve, hielo que gotea, crampones, guantes y chupa por primera vez en el día.



El resto de bajada del corredor fue sin problemas. Al posarnos en Cemba Vieya recogemos cuerdas y salimos para abajo buscando el sol: mucho calor otra vez, seguimos en camiseta hasta la Fragua y de allí a Vegarredonda. Un Acuarius en casa de Javi y Marta, que es importante hidratar y más aún saludar a los amigos.


Llegamos al coche a las ocho de la tarde, doce horas y media de actividad casi sin parar, yo algo reventado (la cadera protesta un poco, pero bien), Bene como nuevo.
Habíamos escalado alto, más menos rápido, y todo lo ligero que pudimos.
Jornada completa, actividad guapa. Estábamos contentos.

El resumen del día:
Tres cumbres (la Segunda Cebolleda no la pisamos)
Distancia aproximada total 22 km
Desnivel positivo 1.500 m
Metros Escalada aproximados 400 m
Metros Rápeles aproximados 300 m

Gijón 6:00 h
Pandecarmen 7:30 h
Collado Mazada 10:00 h
Pie de Vía 11:00 h
Cumbre Santa María 16:00 h
Pie de Vía Marqués 18:00 h
Pandecarmen 20:00 h
Gijón 21:20 h

14 comentarios:

  1. Preciosa actividad en un ambiente privilegiado. ¡Vaya chulada!. Ese largo de las Cebolledas tiene su gracia, cuando lo terminas con tus pies de gato del siglo XXI, tu magnesio, tus friends y demás, y piensas que fue abierto hace cuarenta años, ...te pone en tu sitio.
    ¡Muy buena Diego!

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    1. Gracias Boza, lo pasamos fenomenal. Totalmente de acuerdo con ese larguin de V+, en 1976 fue abierto! Es muy llamativo que se fueran a por el muro compacto en aquella época, yo metí un alien que para ellos faltaban 30 años para tenerlo disponible...
      Un saludo (ya con ganas de pillar esa guía!)

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  2. Un gran reportaje para una memorable actividad, que me ha sacado de mi actual estado de desmotivación en este periodo de transición del hielo a la roca.
    un saludo maquinas.

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    1. Gracias Fer, arriba ese ánimo, ha vuelto la hora de la roca! Si no se te ocurren cosas para hacer, tengo yo una lista...
      Un saludo

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  3. Vaya chulada de actividad!!!...visto lo visto creo que si llego a ir se hubiese alargado bastante mas el horario...jaja y yo aun estaría reventau.

    Hay que reconocer que yes un gallu buscando combinaciones de itinerarios y te salen unas actividades pa quitarse el sombrero.
    A ver si pa la próxima...

    Nando

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    1. Nada tío, si hubieras venido lo habríamos pasado todavía mejor. Está claro que lleva más tiempo, pero también te ríes más!
      Las actividades están ahí a la vista de todos y algunas me llaman a voces.
      La verdad es que siendo viernes santo, con muy buen tiempo, apenas había nadie por arriba: muy raro.
      Un saludo y a ver si a la próxima te apuntas

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  4. Felicidades por la actividad!!!!! Q ambientazo.... Da gusto ver y leer reportajes como este.

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    1. Gracias Castaño, ya sabes que la compañía hace mucho... Nos acordamos de ti, y del invierno pasado por Vegarada.
      Un saludo

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  5. Dieguín,

    12 horas de tute, respeto! está claro que sigues manteniendo alto el listón.
    Respecto a las fotos que decir, miro por la ventana de la oficina y me entra una depresión de caballo...
    Esperando ansioso el siguiente post, un abrazo desde el grís Teutón

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    1. Dave, esa estepa tuya! 12 horas en alpinismo son casi un mínimo... pero yo acabo fundido! Lo que pasa es que sarna con gusto...
      Un saludo tron

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  6. Bonita actividad y día apropiado. Un saludo.

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    1. Mon, uno no se cansa de patear los Picos. Un día buenísimo y por arriba cuatro gatos contados. Faltará afición? No me lo explico.
      Un saludo

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  7. PARRIBA.PABAJO PARRIBA PABAJO Y AL FINAL UNA PALIZA DEL CARAJO....SI YE QUE EL QUE NO ENCUENTRA FAENA EN PICOS YE PORQUE NO QUIER..... UN SALUDO.
    PD. TOY EN CASA PIES EN ALTO DE REPOSO FACIENDO CIBERALPINISMO UN POCO.

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  8. Hombre Gallo! Ya volvisteis? Me da que esa montaña vuestra de Nepal sí que debe de ser de paliza diaria... Espero que los pies en alto de reoso sean sólo para recuperar fuerzas y coger impulso pa la siguiente! A la espera de la crónica (y los vídeos por favor!)
    Un saludo máquina

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