Me llega un nuevo número de Alpinist, y como siempre me
encuentro con artículos interesantes. De nuevo y como siempre, me gusta
especialmente la forma de contar las cosas, la gran ausencia de esa marea de
cifras, grados de dificultad, número de pegues, etcétera, a la que otros medios
me tienen tan acostumbrado. En general se centran mucho más en relatar la
experiencia (la alegría o el miedo), las sensaciones (el cansancio o los
dolores), las motivaciones…
Si en el número anterior, el 45, Invierno 2014, fue con
la odisea de Steck en la Sur del Annapurna y con la escalada por parte de los
canadienses al K6, en este nuevo número que aún tengo a medias, hay ya varias
cosas que me han cautivado: la historia del inglés Nick Bullock peleando con el
miedo en una vía de Stevie Haston en UK, un repaso del estilo alpino de los
Koreanos en su propio país, la historia de una escaladora que lucha con dolores
varios de lesiones degenerativas, o un extenso artículo sobre la cordillera
Darran en Nueva Zelanda.
Es precisamente en ese artículo sobre las montañas
Darran, donde encuentro unos párrafos que me encantan:
In “Native
Stones” (1996), the Scotish climber David Craig wrote that mountains and crags
“act on us as the moon does on the seas, inert mineral masses exerting their
force”. I like this analogy. It suggests an intangible, dreamlike essence to my
need to climb. I am drawn forward –upward – first by a gentle curve of frozen
snow, then by the sharpening edge of a buttress that rises for hundreds of
meters. I seek the elusive, yearning for precious moments of flow, for that
sense of weightlessness that sometimes comes as I search for a nick in the rock
that might –just might – take protection, fingertips, anything. There are times
when these moments pulse a kind of white light into my mind, a brightness
reinforced by the distant, beckoning summit.
En “Native Stones” (1996), el escalador escocés David
Craig escribió que las montañas y las paredes “actúan sobre nosotros como la
luna lo hace sobre los mares, son masas minerales inertes que ejercen su
fuerza”. Me gusta esta analogía. Sugiere una esencia intangible, de ensueño,
para mi necesidad de escalar. Primero me siento atraído hacia delante – hacia
arriba – por una suave pendiente de nieve helada, para después pasar al borde
afilado de un espolón que se levanta por cientos de metros. Busco lo huidizo,
deseando esos preciosos momentos de deriva, esa sensación de ingravidez que a
veces llega mientras busco un corte en la roca que puede que sirva –
simplemente puede – para colocar un seguro, o una presa, cualquier cosa. Hay
veces en las que estos momentos encienden una especie de luz blanca en mi
mente, una luminosidad reforzada por la cumbre, lejana y atrayente.
But other
times, the reasons I return aren´t so endearing. Maybe this is because a
particular range, mountain or feature has beaten me, either mentally before I
try to climb it or physically when I´ve found that I´m not capable enough. In
these instances, I am driven by the edginess of proving myself to myself. The
mountains become an obstacle that I must be determined against. I don´t really
understand this contradiction between a search for harmony and a drive toward
conquest, between a desire to be one with the elements and to fight them –
although I´ve seen the same dichotomy reflected in so many climber´s stories
around the world.
Pero otras veces, las razones de que vuelva no son tan loables.
Quizá sea porque una cordillera, una cumbre o una vía concreta me ha derrotado,
ya sea mentalmente antes de intentar la escalada, o físicamente cuando he
comprobado que no soy capaz. Las montañas se convierten entonces en un
obstáculo contra el que estoy determinado. No consigo entender esta
contradicción entre una búsqueda de equilibrio y un impulso hacia la conquista,
entre un deseo de ser uno con los elementos, y el de luchar contra ellos –
aunque he visto la misma dicotomía reflejada en muchas historias de escaladores
de todo el mundo.
The why to
our vertical explorations isn´t always important, or at least it shouldn´t be.
But that assumption never stops me from questioning my motivations or
decisions. And with the Darran Mountains, I´ve harbored a prolonged desire to
know more about the history of this landscape, a place that has taught me so
much about climbing and myself. By absorbing the stories of people who have
passed through these mountains for centuries, I´ve hoped to understand more
about my homeland, and my sense of place within it. This is a land still
resonating with an untarnished vitality, but there´s a loneliness, also. There
is history here, and a history yet to unfold.
El por qué de nuestras exploraciones verticales no es
siempre importante, o al menos no debiera. Pero esa suposición no impide que yo
me pregunte mis motivaciones o decisiones. Y con las montañas Darran, de
siempre he albergado un deseo de saber más sobre la historia de este paisaje,
un lugar que me ha enseñado tanto sobre escalada y sobre mí mismo. Empapándome
de las historias de la gente que ha pasado por estas montañas a lo largo del
tiempo, espero entender más sobre mi tierra, y mi lugar en ella. Esta es una
tierra aún resonando con una vitalidad impoluta, pero también tiene soledad.
Aquí hay historia, y también historia futura por delante.
A partir de aquí, el artículo se sumerge en esas remotas montañas,
de cotas modestas pero tremendamente atrayentes. Me identifico
con estos primeros párrafos, y eso me gusta mucho.
Claro, Diego... no me extraña que te guste.
ResponderEliminarLástima que la literatura en habla inglesa no se prodigue en español... tiene matices realmente buenos; pues nada... solo quedará animar a los que "necesitan" leer y no quede más remedio que aprender "english".
Un abrazo.
Carlos, en castellano también hay cosas que merecen mucho la pena, a la espera de tu próxima entrada!
EliminarUn saludo
Encontrado a través de Alpinist:
ResponderEliminarhttp://www.denverpost.com/sports/ci_25739108/legendary-mountain-climber-jeff-lowe-slowly-dying-als
Gracias Jandro, ya había leído que estaba chungo desde hace tiempo, pero con lo que me enlazas se puede ver que el tío lo está enfrentando con valor. Una pena siendo tan joven. Desde luego un tipo de leyenda de verdad.
EliminarUn saludo