Algunos están hechos de otra pasta.
No hay duda.
En el último número de la Alpinist,
el 43, que me llegó hace unos días, hay una extensa entrevista a un tipo de
esos que rompió el molde: Wojciech Kurtyka.
Este polaco flaco de mirada directa
es de los que abruma con su historial, tanto por lo extenso como por lo
impresionante de las realizaciones, no hay más que ver el resumen de su
trayectoria en la Wikipedia.
Como siempre, los gallos terminan
juntándose entre sí (porque si no a ver quién les sigue el ritmo) y por eso ha
tenido como compañeros a gente del tipo Jerzy Kukuczka, Doug Scott, Alex McIntyre,
Reinhold Messner, Erhard Loretan y otros mancos del estilo.
El tío fue precursor en los años setenta
y ochenta de estilos ligeros y de compromiso (medio en pelotas) en montañas muy
grandes, en las que la moda hasta entonces era aprovisionar media docena de
campamentos, colocar unos kilómetros de cuerdas fijas, y equipos de alpinistas
estilo pelotón militar. Trasladó la forma de escalar en Alpes, con un colega y
con lo puesto, a montañas y paredes mucho más grandes. Y lo hizo con éxito.
Siguió haciéndolo hasta entrados los noventa cuando se alejó de las grandes
cordilleras.
Una de sus más reconocidas ascensiones
es la cara Oeste del Gasherbrum IV en estilo alpino junto con el austriaco
Robert Schauer en 1985. Considerada entre las mejores escaladas del siglo 20, algo de lo que Kurtyka reniega: "nadie la ha repetido para poder confirmar si es tan buena como nos pareció a nosotros, y por otro lado, es como clasificar un poema como el mejor del siglo 20, no tiene sentido".
A veces uno se imagina a esta gente
de las montañas grandes como un ochomilista de caminar y poco más (bueno, eso
ya es la leche), pero nada de eso. Como tantos otros de estos máquinas de las
alturas, es un escalador de roca fuera de serie (como fueron Tomo Cesen, Tomaz Humar, Lafaille, Loretan, etc.). Baste decir que a los 46 tacos, ya retirado de
la primera línea, se hizo en su Polonia natal un 7c+ en solo integral. Una
diferencia con muchos de estos otros es que él sigue vivo: a pesar de hacer e
intentar líneas extremas, ha sabido darse la vuelta cuando tocaba: su lista de
intentos frustrados y retiradas es larguísima.
Kurtyka desde hace años no suele
conceder entrevistas: se considera a sí mismo de la generación de los
Dinosaurios, y cree que es mejor mirar al presente y a sus protagonistas, y al
futuro, en lugar de seguir hablando de sus históricas escaladas.
Lo que más me ha gustado de la
entrevista es que, a pesar de sus diez páginas de revista, no habla en ningún
momento de grados de dificultad, ni de ángulos de pared o de metros de vías.
Habla con pasión de cosas como la importancia de la verdad, la amistad, la calidad en las
cosas, el perfeccionismo, el peligro del ego, el conocimiento interior y hasta
de la no-existencia de dios. Todo esto desde un punto de vista actualizado,
frente a la sociedad de hoy día, y con un punto de ironía, acidez, y de
permanente autocrítica.
La última pregunta de la entrevista es si alguna vez ha pensado en dejar de escalar: Kurtyka responde que no, nunca, argumenta unas cuantas cosas y termina la explicación diciendo:
“The Mountains are my breath”
Pues eso.
... verdad de la buena... pues eso.
ResponderEliminarDan ganas de leer ese artículo. Supongo que ya te habrás leido éste de Jordi Corominas: http://www.jordicorominas.es/actualidad/diccionario-alpinismo/158-diccionario-alpinismo-k
ResponderEliminarGracias Circo Marco! No lo había leído, es realmente excelente!
EliminarUn saludo
YA LO SABIA..... PERO NO VALEMOS NI PA TOMAR POL CULO JAJAJA ES QUE YE VERDA. UN SALUDO
ResponderEliminarA ver Ueli, yo ya firmaba por tus actividades, pero es verdad que al lado de este elemento, cotones totales...
EliminarUn saludo y a seguir con esos vídeos!