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viernes, 16 de septiembre de 2011

Nani-Marisi al Picu y la primera vez de un amigo

8 Septiembre 2011
Jesús Rivas
Nani-Marisi 250 m V+, Sureste al Picu


Son las siete de la mañana y apenas vemos nada en el aparcamiento, mientras hacemos las mochilas a la luz del maletero. Salimos hacia arriba con temperatura fresca, aunque todo parece apuntar que el día será caluroso.

Los blandos prados de Pandébano dejan paso al camino hacia Vallejo, y el collado da paso a la aérea y pedregosa bajada que conduce a las primeras zetas del tramo final de subida a la Vega. Hemos pasado a varios grupos que, como nosotros, también han madrugado, y ahora vamos dando alcance a una pareja: cuando estamos a unos treinta metros, nos reconocemos mutuamente: es Alberto Boza con una chica que, al pasar a su lado, me suena y no sé de qué. Continuamos juntos ahora en este tramo final, y nos metemos en la Canal de la Celada, manteniendo una charla animada en las zonas en las que la cuesta y nuestro ritmo vivo nos lo permite. Hace años que no nos vemos, aunque estamos más o menos al día el uno del otro.

Alcanzamos los vivacs de la Este a las nueve y veinte. Cuando nos reagrupamos, ahora sí ¿cómo no? reconozco a María, compañera de estudios universitarios, de beca en Sheffield, y de muchos amigos y vivencias comunes. Han pasado unos cuantos años desde la última vez que nos vimos, y sigue igual de maja que siempre. Lo sorprendente es vernos aquí, en Picos, y en compañía de otro amigo, Alberto; el mundo es un pañuelo.
Preparamos el material, comemos y bebemos algo y comentamos nuestros objetivos: ellos se van a hacer una de las vías de la parte izquierda de la Sur, aún por decidir, donde yo no he escalado nada. Nosotros vamos a la Nani-Marisi, una vía clásica del espolón Sureste del Picu, que yo no he hecho y que es muy adecuada para la primera vez de Chus.
Salimos hacia el cercano pie de vía donde, tras repasar las cuerdas algo tiesas por el poco uso, arranco hacia el primer largo por un diedro evidente, compacto y con una roca excelente. El trazado es muy lógico en estas primeras tiradas: estiro ahora empalmando el segundo y tercer largo en unos sesenta metros, metiendo pocos seguros para evitar el roce y perder recorrido de cuerda con los giros. Chus viene detrás disfrutando de la adherente roca del Picu, y de la emocionante experiencia de la primera ascensión. De nuevo escalando, ahora supero una zona de bloques que hacen algo de terraza, y me levanto por un murito compacto hacia los nichos característicos. La escalada, aunque es fácil, aquí no da apenas opciones de aseguramiento, salvo algún agujero rebuscado para un friend. La reseña marca la reunión en el nicho de la izquierda, pero me decanto por el otro más pequeño de la derecha, que con un clavo y dos puentes de roca algo cutres, está más en línea con el trazado del siguiente largo, y así le evito a Chus una travesía compacta.
El siguiente largo tiene un elegante tramo de placa de V+, bien asegurado con un clavo, y que una vez superado me conduce hasta debajo del bloque naranja característico. Este se flanquea por la izquierda hasta  remontarlo y buscar la reunión hacia la derecha, donde la lógica la pide, y donde de hecho está.

Abajo, grupos de gente van llegando desde la Celada, algunos caminan hacia la Collada Bonita, que parece del todo inaccesible desde nuestra posición, otros tiran hacia la Este y algunos más hacia la Sur. Sus voces, aunque hablen en tono normal, resuenan por todas partes con la acústica del Jou tras el Picu y todas las cumbres circundantes.

El tramo final de la vía recorre ahora dos largos de roca perfecta, que tienden primero ligeramente a la derecha y luego hacia la izquierda, y que terminan en una reunión en el filo de la Sur con la Este, desde la que vemos por primera vez el Anfiteatro. 
Estoy aquí asegurando a Chus, viendo salir a Alberto y María de la parte más tiesa de su vía, “Me refugio en la bebida”. También veo a otras cordadas saliendo de la Sur Directa, y a otra más que ya está bajando de cumbre, que por las formas parecen guía y cliente. Cuando se van acercando, la voz de uno de ellos me resulta familiar: es Martín, le llamo y me responde sorprendido. Al momento de saludarnos, otra voz conocida me llama desde la última reunión de la Sur, es César con la novia. ¡Curioso instante en el que todas las cordadas en esta zona del Picu somos conocidos! Comentamos la casualidad y cada cual sigue a lo suyo. 

Después de un tramo corto por la arista llego al rápel que Martín me indicaba, unas cintas alrededor de un bloque, que en veinte metros nos posará en el Anfiteatro. Aseguro a Chus desde la última reunión de la Teógenes, y una vez aquí, dejamos las cuerdas y nos vamos hacia la cumbre.
En la arista nos cruzamos con César y su novia, que ya van de bajada; después de compartir muchas sesiones de roca y de tablón, hacía tiempo que no nos veíamos. Nos cuenta que también está Luis en la Pidal. 

En la cumbre, solos, Chus encantado con su primera vez en el Picu, seguro que repetirá. Yo también estoy contento con la vía, aunque está claro que son emociones distintas.


Como siempre en una cumbre, recorro los perfiles con la mirada, de entre todas las cimas me fijo en la Peña Santa, más tarde sabré que por allí estaba en esos mismos momentos Pablo en la “Rescate Emocional”. 
Al poco rato llegan Alberto y María, compartimos un rato la cima e iniciamos el destrepe hacia los rápeles. 


Como en la Sur hay varias cordadas subiendo y bajando, me decido a ir por la Teógenes, aunque también allí coincidimos con una cordada de dos chavales vascos. Tres rápeles a dos cuerdas y uno final más corto nos posan justo en nuestro pie de vía.
Una cordada de vascos en la Teógenes

Otra vez en los vivacs recogemos las cosas, comemos y bebemos, y nos despedimos de los amigos. Me quedo con la copla de venir a repetir alguna de las vías de la Sur, varias de ellas de mucha calidad por lo que me confirma Boza. Salimos para abajo en medio del calor de la tarde.

En el camino mucha gente subiendo y algunos otros bajando. A ratos hablando y a ratos cada uno a nuestro aire, llegamos al coche contentos de la jornada: ha sido un día de primeras, para Chus la primera vez al Picu, para mí la primera vez de la Nani, ambos hemos disfrutado mucho.

Poderío local campeando por Pandébano
 A las siete y media de la tarde ya estaba en casa, para disfrutar con la familia: un día bien aprovechado. 

4:45 h despertador
5:30 h gasolinera Villaviciosa
7:10 h empezamos a caminar en Pandébano
9:20 h vivacs de la Este
9:30 h inicio escalada
13:00 h fin de vía, rápel al anfiteatro
13:30 h cumbre
15:30 h vivacs de la Este
15:15 h aparcamiento Pandébano
19:30 h Gijón

3 comentarios:

  1. Dieguín, disfrutando mucho de tus posts.
    Envidia de la buena de tu amigo, algún día espero y deseo poder hacer cumbre en el Picu.
    Saludos desde Germania

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  2. David, me alegra saber de ti, en este caso se trataba de un amigo con el que llevo años escalando por el monte y que quería hacer el Picu, pero tengo buenos amigos guías profesionales! Saludos para las tierras bárbaras!

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  3. Correcto Diego, esa es la idea. A ver si me hago con los servicios de Martín el próximo verano. Lo complicado será cuadrar agendas, es lo que tiene ser una leyenda urbana...
    Por cierto, la semana que viene estaré por el Paraíso Natural, a ver si coincidimos
    Saludos

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