Bene Santos
Sábado 27 Marzo 2010.
Directa Martínez, Sur Urriellu
Salimos caminando con la sensación de que las mochilas para “ataques ligeros” deberían pesar menos que las nuestras, pero como siempre, no hemos querido dejar más material en el coche. En realidad vamos bastante optimizados, con 8 cintas express, cuatro friends, dos pitones de roca y un juego de fisureros no parece que podamos prescindir de mucho… Bueno, pues esto ya pesa mucho, sobre todo si hace meses que no coges el material de escalada. Además, ir a escalar en invierno siempre te incrementa el peso con los crampones, el o los piolets, la ropa extra… Esto del alpinismo es de masoquistas, pero a esto venimos, y con qué ganas!
El refugio de La Terenosa está en reparaciones, recién retirada la nieve ya están preparando la temporada de verano. La charla es animada, hace varios meses que no coincidimos y nos vamos poniendo al día. El día está azul, aunque en altura se ven circular las nubes a gran velocidad, a nosotros no nos llega el viento, confiamos que siga así. La última vez que vinimos por aquí en Noviembre el viento nos tiraba piedras en la Canal de la Celada… No, hoy no, hoy nos dejará por fin escalar, y así vamos remontando la media ladera deleitándonos con los Albos, el Neverón, y las caídas hacia los hondos valles hasta la mar.
Después de Collado Vallejo la nieve empieza a hacerse más presente. Y está muy dura. Las pocas huellas que vemos no tienen marca de crampón, pero se va haciendo patente que tanto por seguridad como por velocidad nos conviene ponerlos. Así lo hacemos, y aprovechamos para echar un trago. La huella de invierno nos deja subir muy directos, y la atención a los pies nos distrae de la cuesta, así que antes de darnos cuenta estamos en los bloques de acceso a la Celada.
Me noto muy cansado, Bene parece más fresco, el día espectacular nos motiva a arrancar hacia la canal, que está helada como un espejo. Sacamos el piolet y, junto con el bastón, vamos remontando las cuestas. A ratos cruzamos alguna zona donde se acumula nieve polvo sequísima, pero en general vamos sobre nieve muy helada, o hielo directamente.
Con el corazón en la boca, enlazamos tramos contando los pasos, cincuenta, luego treinta, luego veinte, parece que estamos en el Himalaya. Joder, a ver si coronamos de una vez. La cara Este se va asomando, chorrea algo de agua, pero en general está escalable así al sol. Nuestra idea es la “Nani”, que ninguno hemos hecho.
Por fin alcanzamos la zona de bloques de los vivacs y vemos la Sur. Hay mucha nieve en al pared, bastante más que en la Este. Mientras nos ponemos los arneses y ordenamos el material, comemos un bocado y echamos un trago, decidimos ir a la “Sur Clásica”, que aunque se ve bastante mojada y nevada, por lo menos es conocida y además tiene las reuniones para rapelar.
De nuevo en marcha, cinco minutos de remontar el nevero y estamos debajo del primer largo. Apenas hay rimaya y la nieve se apoya bien en la roca hasta unos diez metros por encima de la entrada de verano. Me encuerdo y me subo a una terracilla a calzar los gatos. Todo listo: empieza la juerga.
Primer largo IV+, 50 metros, tiro yo: el ambiente es agradable pero a la vez severo. Hace sol y nada de frío, pero estamos solos, rodeados de nieve, la pared suelta agua a chorros y trozos de nieve desde arriba. No olvidamos lo aislados que estamos. Así, con precaución (y con bastante torpeza) comienzo a moverme en travesía ascendente a la derecha, esquivando el agua de los canalizos, evitando la nieve, buscando dónde poner algún seguro, que no tenemos montada reunión en el pie de vía… El ambiente es grandioso, pasos que en verano ni siquiera ves, ahora parecen complicados, la gracilidad del escalar desaparece por la mochila con las botas, los crampones y el piolet, que me desequilibran a cada paso. Por fin, después de bastante lucha, alcanzo la reunión. Todo el Picu para nosotros, esto el la ostia.
Bene sube rápido, nos entendemos muy bien y estamos coordinados, sabemos lo importante de ahorrar tiempo cuando se puede. Le paso el poco material que me queda y arranca el segundo largo, IV+, 60 metros: arranca por un resalte parcheado de nieve que resuelve a gran velocidad.
Más arriba los canalizos permiten disfrutar de la escalada en un ambiente increíble. Cuando voy de segundo por allí disfruto cantidad.
Tercer largo: apenas IV, pero tiene bastante mixto de nieve (30% roca, 70% nieve), estiro por obligación unos 75 metros. Tiro yo y ensamblamos: los canalizos tumbados al borde de la nieve hasta alcanzar una repisa, donde me cambio gatos por botas y comienzo de nuevo por campas de nieve y mixtos, de isla de roca en isla de roca. La reunión, sabiendo más o menos dónde está, está tapada por la nieve, así que coloco un friend y continúo. Localizo a lo lejos una chapa con mallón a la izquierda. Después de un momento de indecisión, consigo cruzar una pala de nieve posada sobre llambrias, con bastante tensión por el miedo a que deslizara. El último seguro queda lejos, y Bene ya había abandonado la reunión hace rato. Llego a la chapa, también hay un clavo; aseguro a Bene que me alcanza veloz.
Cuarto largo III/mixto nieve (60% roca, 40% nieve), 60 metros, tira Bene: arranca en roca por pasos fáciles, con botas, hasta alcanzar una nueva banda de nieve delicada, en poco tiempo alcanza la arista, monta reunión sobre un bloque.
Arista nevada pero sin problema, desencordados recorremos últimos 100 metros hasta la cumbre, donde la Virgen se recorta contra el cielo azul. Un placer disfrutar esta cumbre solos y en casi invierno.
Buena vista, nubes en la costa y envolviendo algunas cumbres menores. Ambiente alpino.
Volvemos a la arista. Tenemos incertidumbre con los rápeles para enlazar la chapa del mallón con la reunión de los rápeles oficiales: no llegan las cuerdas. Abandonamos una cinta cosida naranja mía (recuperada en Millstone, bajo la London Wall, en el Peak District hace 10 años, ¡qué recuerdos!). Rapela Bene delante. Llega a la chapa, bajo yo, recuperamos bien, vuelve a bajar Bene delante con problemas de líos entre las cuerdas, que empiezan a pesar bastante por toda el agua que arrolla. Estira los 60 metros sin encontrar seguros en las islas de roca (80% nieve), y se desplaza a la derecha hacia los canalizos que destrepamos en verano. Se suelta y rapelo yo, sin éxito tampoco en la búsqueda de posibles emplazamientos para seguros. Nos obligamos a destrepar en botas de invierno los 15 metros de canalizos que nos separan de la reunión. Con tensión (no hay margen para los errores), primero Bene y luego yo que tiro de las cuerdas para recuperarlas, alcanzamos la reunión. Todo correcto.
Dos nuevos rápeles, el primero 60 metros y el segundo 50 hasta la nieve, y tocamos suelo a las 16:30 h. Hemos bajado la pared en condiciones alpinas sin mayores problemas a pesar de improvisar reuniones, destrepar sueltos y desliar cuerdas.
Comemos en la entrada del Jou, cinco minutos, recogemos las cuerdas, el material, nos ponemos los crampones.
La Celada sigue totalmente helada, ahora en sombra, bajamos con atención este tobogán de cientos de metros.
Rápidamente salimos de nuevo al sol y continuamos ladera abajo. No hemos visto a nadie en todo el día, a pesar de la excelente climatología, hasta la bajada a medio camino de Vallejo, donde Eric subía con 2 clientes, nadie más.
- 7:00 h Salimos de Gijón.
- 9:00 h Pandébano, comenzamos a caminar.
- 11:45 h Jou Tras el Picu
- 12:15 h Rimaya Directa Martínez
- 15:00 h Arista
- 15:15 h Cumbre
- 15:30 h Arista Inicio Rápeles
- 16:25 h Rimaya
- 18:45 h Coche
- 21:00 h Gijón
Las fotos buenas, como no podría ser de otra forma, son de Bene, Caborian de Pro.