LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
DONDE ESCALAR, ESQUIAR, PEDALEAR, CORRER, CAMINAR...
DONDE LOS AMIGOS, EL ESTILO Y LAS FORMAS CUENTAN, Y MUCHO

viernes, 30 de agosto de 2024

Tour Ronde por la Arista Sureste

30 Julio 2024, Rubén Díaz

Tour Ronde (3.792 m). Arista Sureste (200 m, SE, AD, II, P4).

Seguimos acampados en el collado Flambeaux, casi a tiro de piedra. Desde aquí se ve perfectamente la huella que cruza el glaciar hacia la Combe Maudit, primero en descenso y luego casi en horizontal. Desde el campamento nos tapa la vista a nuestro objetivo los contrafuertes de Entrevés. La tarde previa, de vuelta de Rochefort, adecuamos un par de emplazamientos para vivaquear Rubén y yo en la zona de roca. No hace viento y la noche es perfecta.


A las cinco y media pita el despertador y nos vamos poniendo en movimiento. No hace frío y después de desayunar pongo al día el cuerpo en la rimaya del glaciar. Hoy la idea es que Nando nos acompañe, aunque no las tiene todas consigo. A las seis y media, con luz plena de día, arrancamos los tres encordados con calma.

Optamos por la vía normal de hoy día, esto es, la Arista Sureste. La clásica y atractiva cara Norte está seca ya, se corta la nieve hacia la mitad y aquello puede ser una bolera con estas temperaturas. El couloir Gervasutti lo descartamos por lejano (y porque estamos casi en agosto): si llegamos allí y no está en condiciones puede que hayamos perdido el día… La ruta normal de antaño no es transitable por falta de nieve y exceso de riesgo de caída de piedras.

A la luz del amanecer las vistas son inmejorables hacia el Capucin y sus vecinos, la Kuffner al Maudit, a la Midi-Plan. Después de un tramo de llaneo cogemos vista a la Tour Ronde y empezamos a remontar hasta el collado de Entrevés. Hay más gente en la zona pero parece que no van a nuestra montaña. Llegamos al collado Entrevés, arrimados a la derecha y nos preparamos sacando los trastos. Mi referencia de la guía es que la cresta se hace por la vertiente contraria, no le he prestado demasiada atención a la descripción: perdemos un rato mirando desde el mismo collado. 

La buena referencia de CamptoCamp que no miré bien

El aspecto de la otra vertiente desde aquí es sumamente desagradable y peligroso: una sucesión de bloques solapados entre sí, sin consistencia y con ángulo suficiente como para que decidan arrancar su carrera hacia el glaciar de la Brenva en cualquier momento. Estos momentos de incertidumbre (mea culpa) deciden a Nando de nuevo, como ayer, dejarnos a nuestro aire… Una pena.

Después de descartar las opciones inmediatas del lado italiano, revisamos de nuevo la vertiente Este. El glaciar parece tener algo de huella y vamos a explorar: efectivamente cruza una rimaya por un puente de nieve con buena pinta. 

Nos acercamos y tras revisar la zona, a eso de las 8: 45 h de la mañana cruzamos la rimaya y nos empezamos a remontar por la ladera. Desde aquí, varias campas de nieve cortadas por bandas de roca.

Encontramos alguna reunión de parabolts que nos indican que estamos en la vía. La nieve está pesada y la cantidad de roca nos invita a quitar crampones. Hacemos algún tramo mixto e incluso algún paso de artificial para superar un resalte tieso de roca. A partir de aquí aceleramos en terreno más favorable, pero aún en vertiente francesa. A nuestra derecha, en la vertical de la cumbre los derrumbes son permanentes: bajan rocas sin parar y hay hasta una pequeña cascada de agua… En el glaciar Nando nos tira fotos de lejos.  


Ganada la cresta nos pasamos a la vertiente italiana. El terreno es sencillo, pero poco agradable. Hay que buscar continuamente el mejor paso por entre el caos de bloques, a veces subiendo, a veces bajando. 



Hay algún hito de vez en cuando, pero otros tramos simplemente pruebas suerte. Cruzamos numerosos campos de nieve, pequeños y de consistencia pobre. No hay huella. Paramos a comer algo y reponer fuerzas. 


Se me está haciendo larga la cosa ya cuando por fin llegamos al hombro, creemos que es el collado Freshfield, y volvemos a coger vistas hacia Francia. Aquí enlaza con la antigua vía normal del lado francés: apenas se usa por la falta de nieve y el elevado riesgo de derrumbes de rocas (los que venimos observando). 


Las vistas a nuestra izquierda son espectaculares: toda la Brenva, pilar del Angle, integral del Peuterey...

Desde aquí, el tramo final es más de nieve así que ponemos crampones de nuevo (sin mucha falta la verdad). Vamos remontando la pala, cruzando alguna zona más aérea y con roca, y en el último esfuerzo ya solo el nevero final. Este se estrella contra la banda de roca somital: vemos la Virgen de la cumbre ya a tiro de piedra. 

Unos pasos de trepada en roca (muy buena en esta zona), y estamos en la cima. Son las 11 y media pasadas. 


Casi tres horas desde la rimaya. Hoy no hace ni viento ni frío. Estamos en forro fino y sin guantes. Sacamos fotos y grabamos vídeos a 360 grados: la ubicación de esta cumbre es simplemente sensacional. Mientras comemos algo, comentamos la ascensión, con la bajada también en la cabeza: pensamos que nos va a llevar más o menos lo mismo que la subida.


De vuelta vamos más ligeros de lo que pensábamos: conocido el terreno parece que la cosa fluye mejor. No fallamos y damos directamente con las reuniones de rápel que vimos en la mañana. 


Hacemos dos de algo menos de 30 metros desde relevos de parabolts, el segundo nos posa en el glaciar librando la grieta de la rimaya: perfecto. A las dos y veinte estamos reunidos con Nando que nos ha traído agua, cosa que agradecemos. Un par de horas desde la cumbre.


Hoy hemos estado solos todo el día en una cumbre emblemática del macizo. Siendo esta además una ascensión clásica de las fáciles. Me parece raro. Pero vistas las condiciones generales, quizá no lo sea tanto. Sí que hay gente cerca en la cresta de Entrevés (que tiene que ser muy guapa, pero sinceramente yo no la cambio por esta ascensión, por fea que sea en algunos tramos). Tenía ganas de subir aquí hace muchos años: viendo fotos de amigos, o cuando hicimos la Kuffner y la veía tan cerca. Estoy muy contento.



Volvemos por el glaciar del Gigante desatados hasta nuestro campamento, con la calma, charlando. Nando ha aprovechado el día subiendo al Grand Flambeau (3.569 m), con excelentes vistas. La nieve está buena y está muy cerrado. De vuelta en las tiendas comemos, bebemos, fundimos nieve para beber más y hasta nos echamos una buena siesta tirados al sol. Se acuerda por unanimidad del equipo lo muy adecuado de acercarse a Torino a tomar una cerveza por la tarde: una vez allí sopesamos pasar la noche en el refugio: preguntamos si hay plazas, y una vez confirmado volvemos a por los sacos. Cena sabrosa y noche calurosa: dormimos bastante peor que el día anterior vivaqueando… Por otro lado, el desayuno estupendo.



La previsión de la meteo nos dice que hoy miércoles la cosa se tuerce a medio día. Y para el día siguiente jueves lo dan realmente malo toda la jornada. Toca volver a la civilización. Desmontamos nuestro campamento en este sitio tan guapo, y rehacemos las mochilas para volver hasta Midi. Llevamos aquí desde el domingo y han sido unos días estupendos. Estoy encantado. El pateo de vuelta es un equilibrio entre el sufrir con la mochila y la cuesta, y deleitarse por los espectaculares paisajes que nos rodean… Me recuerdo grabar en la retina lo que nos rodea, hay que disfrutar el momento, nunca sabes cuánto tardaremos en volver… Al día siguiente dejamos Chamonix y ponemos rumbo a Ecrins buscando mejor tiempo para rematar la semana con una escalada en roca cómoda. 


Actividad clásica, para mí recomendable a pesar de lo dicho. Nosotros la cogimos con muy poca nieve y sin huella: es fácil, pero exige orientarse entre los bloques y elegir bien de qué te coges. Sería mejor con más nieve compacta que “amarre” el material. Como vimos el día anterior en la Rochefort, con la tendencia a menos nieve cada año, y las temperaturas cada vez más altas, llegará el momento en que estos terrenos sean realmente peligrosos. Estamos viviendo en directo los efectos del calentamiento global, más acusados en sitios extremos como puede ser este macizo.  

Referencias:  

“El Macizo del Montblanc, las 100 mejores ascensiones” G. Rebuffat – Actividad 11.

“Alpinismo fácil en el macizo del Montblanc” J.L. Laroche – F. Lelong – Actividad 11.





No hay comentarios:

Publicar un comentario