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martes, 18 de abril de 2023

Scarpa

A lo largo de los años yo he sido bastante fiel a las marcas que me han convencido. Así mis cuerdas han solido ser Beal, o Edelweiss. En mi material duro han predominado las marcas inglesas (como WC o DMM) o americanas (como Black Diamond). Y la ropa Patagonia desde que la probé (cuando me la pude permitir). En cuanto al calzado de montaña, Scarpa ha estado presente desde muy pronto y lo sigue estando hoy.
Aquella gente de Coppy Sport, hablo de 1993, no sé si tenían muy claro lo que hacían. El caso es que ya habíamos visto varios casos de auténticos chollos en su tienda. En esfa ocasión, unas botas dobles marca Scarpa, modelo Vega, de color fucsia con cordones amarillos, por 11.000 pesetas... eso era menos de la mitad del precio normal para ese modelo. Yo nunca tenía dinero y aquello era realmente una oportunidad. Gracias que mi hermano era más ahorrador que yo, y que se avino a prestarme la pasta, con retorno incierto, al menos en cuanto a plazo... Así fue como me hice con mi primer par de botas de invierno. De plástico las llamábamos nosotros. De plástico eran. Botas dobles las llamaban los veteranos. Y ciertamente dobles eran. Tenían un buen botín ionterior, extraible para andar por los refugios, o para escalar en roca llegado el caso, como mostraba su suela de goma cocida. Así comenzó allá por 1993 mi relación con la marca italiana Scarpa.
Con las Vega, aquellas botas de plástico, hice mis primeras escaladas invernales en los Picos de Europa, mis primeras ascensiones en los Alpes, mis primeras cascadas de hielo. Siempre me parecieron muy cómodas, calientes y agradecidas. Vistas desde la distancia eran algo aparatosas, pero por entonces para mí eran simplemente el novamás. La última vez que me las puse, después de bastantes años en el trastero, fue para una ascensión invernal a Ubiña: el plástico ya viejo daba sensación de poder desintegrarse en cualquier momento. Pero llegaron de vuelta al coche enteras. En la foto una de mis primeras aventuras con las Vega, mi primera visita a los Alpes: el Cervino.
Después de aquellas tuve unas botas de cuero de invierno, marca Salomon, que me sirvieron estupendamente durante años. Pero cuando llegaron al final de su vida útil (estaban reventadas), volví a probar con Scarpa. Y de nuevo con éxito. Las Phantom Guide son unas botas increíbles. Son ligeras. Son calientes. Son precisas. Son cómodas. No les encuentro ni una sola falta. Con ellas he hecho y sigo haciendo multitud de ascensiones y escaladas. Ya tienen unas cuantas temporadas pero salvo por detalles menores, están como el primer día.
Mis dos últimos pares de pies de gato han sido también de la misma marca italiana. Las referencias eran buenas de parte de los amigos, me decicí a probar y no me han defraudado. Primero me compré unos Vapor de cordones. Súper precisos e ideales para apretar (cosa que hago poco últimamente). Como el calzar y descalzar es laborioso con ellos, me compré al cabo de un tiempo el mismo modelo pero de velcro. Van estupendos.
No solo en bota dura me he casado con Scarpa. Tengo desde hace unos cuantos años unas botas ligeras, cramponables en el talón, super ligeras y cómodas para escalar en roca. Al ser más ligeras y usarlas más en roca, la suela se ha venido comiendo en la puntera, pero aún siguen respondiendo estupendamente. Las puedo meter en la mochila sin que abulten demasiado, puedo trepar con ellas con cierta precisión, y con crampones mixtos van fenomenal. La última aventura con ellas: escalando en Ecrins en el Mont Pelvoux
Como estas últimas ya empiezan a estar bastante fundidas, e inspirado por mi amigo Rubén y su adquisición del verano pasado de las estupendas y naranjas Ribelle, acabo de comprarles a mis amigos de Oxígeno mis siguientes botas, que de nuevo, vuelven a ser Scarpa.
Ganas de estrenarla.

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