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martes, 27 de diciembre de 2022

Mañanas roqueras leonesas

Peñas del Prado 5 noviembre 2022, "La Negra" (200 m, 6c+/A0), Rubenín
Repetimos destino mañanero. Hoy el día está claro y con el avance del otoño hace que refresque, y el termómetro llega a marcar dos grados bajo cero subiendo hacia la collada Aralla. Sabemos que al sol la cosa cambiará, además entre que subimos a las paredes habrá calentado seguro.
Al aparcar solo hay una furgoneta. Salimos caminando por las praderas, buscando el paso entre los varios cierres de alambre. Venimos con idea de repetir una vía que yo hice hace unas temporadas con Mon, y que le tengo buen recuerdo: “La cuenta atrás”. La cosa es que conforme nos vamos acercando al pie de vía nos da la sensación de que hay dos tíos justo donde empieza…
Paramos, miramos, dudamos, pero sí, parece que están justo en la zona donde entra la que queremos hacer. Manda huevos. Nadie más en toda la tapia, mira que hay vías aquí, no sé, treinta? Cuarenta? Y tiene que coincidir la única cordada con la vía de nuestro objetivo! Nada, vamos pensando alternativas. Rubén ha tachado ya unas cuantas por aquí, pero coindide que la clásica “La Negra” la tiene pendiente. Pues para allá que nos vamos.
Dejamos todo en el pie de vía y sale Rubén a por la primera tirada, fácil y de roca un poco regulera. Después el segundo lo vuelvo a mandar delante: ya que viene a vista, que distrute. Arranca por la izquierda, donde un escayo maldito pincha cantidad, y se nos agarra a las manos, a las mangas de la chaqueta, hasta a las cuerdas!
El resto del largo es muy guapo, con una roca estupenda. Se estira hasta acercarse a la base de un pilar tieso por donde pasa el largo duro de la vía. Según los croquis le dan 6c+. Yo ya lo hice hace tiempo, acerando. Empieza vertical con canto, para luego convertirse en unos pasos bloqueros e intensos. Tiene cantidad de clavos y de spits. Acerando no tiene misterio. Hago los primeros metros, guapos, y cuando se pone apretón, agarro y salgo rápido hacia la salida a la izquierda. Desde aquí se continúa por una fisura ancha, buena. Todavía se escalan unos cuantos metros divertidos que te hacen olvidar los aceros…
El cuarto largo es sencillo pero guapo, por lomos, por adherencias, alguna pequeña panza. Muy variado.
El quinto y último tiene otro paso curioso: es una panza en la que te tienes que levantar bien de pies para coger unos cantos salvadores y desde ahí ya afloja para terminar.
Un único rápel hacia la izquierda nos posa en terrazas de caminar. Desde aquí a la base es rápido, y de la base al coche igual.
La cordada de la mañana que nos hizo cambiar de planes, están haciendo otra vía después de “la cuenta atrás”, aprovechando bien la jornada. No hay nadie más: es tan sorprendente tener este paraíso de vías largas, a apenas veinte minutos del coche, a apenas una hora de casa, y que la gente no venga. No lo entendemos. A la vez pensamos, mejor para nosotros. Otra agradable salida mañanera.

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