Viernes tarde 3 junio 2022
El Pienzu por la Biescona.
Tarde de paseo.
Previsión de tormenta por todas partes. Habíamos traído el material para trepar, que falta nos hace (ya llevamos varias tardes de viernes y parece que le vamos cogiendo el ritmo), pero estaba claro que hoy era mejor opción caminar.
Salimos hacia las tres y media del parking de Casa Julia dirección a la Biescona. Mucho calor y humedad, bochorno. Bosque mágico de paisajes en los que te imaginas un Trasgu o una Xana saliendo de detrás de un tronco en cualquier momento...
Al salir al Bustacu refresca y se vuelve agradable. Hace brisa que se agradece. Típica manada de caballos. Potros jovenzuelos. Mezclados algunos Asturcones.
Amagos de lluvia por momentos. Algún trueno se oye lejano.
Remontando la pista, a la derecha y entre unas cabras, se levanta un gamo, una gama mejor dicho, con sus motas blancas sobre el pelaje marrón claro. Nos observa desde lejos antes de arrancara hacia la espesura.
El cielo se va cerrando. A ratos gotea, a ratos truena. La cruz se va acercando.
El ritmo de Rubén es perfecto, él pudiendo ir mucho más fuerte, regula para no acabar conmigo. A cambio va hablando sin parar.
Por fin hacemos cumbre. Justo a la vez retumban alrededor truenos espectaculares. Lo tenemos encima. Un minuto y para abajo.
Seguimos charlando cuesta abajo. La Biescona está ahora empapada y hay que tener cuidado de no resbalar.
El tramo final se me hace algo duro para la cadera por momentos. La cosa empieza a ser seria ya.
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