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miércoles, 16 de marzo de 2022

Hasta siempre Checha

Ayer por la tarde coincidí en la sala con Chusón. Hacía mucho que no entrenábamos juntos. Juntos en el espacio y en el tiempo, aunque él estaba a su nivel, y yo en el mío,  en el subsuelo... 


Viéndolo montar su trave de 40 movimientos, para darle unas cuantas series, la cabeza se me iba a años atrás, y claro, llegué a Checha. 

Hoy día apenas voy a entrenar, pero hubo una época de gran intensidad y entusiasmo. 


En aquella época, lejana ya, conseguía levantarme con cierta dignidad en escalada deportiva por los 7bs, 7cs, algún 7c+, y hasta tocando por una vez la mágica cifra del 8a. Por aquella época escalaba mucho, muchos días me refiero, y entrenaba más aún. Y todo eso daba resultados.


Como siempre, además de entrenar fuerte e ir a dar pegues, muchos, también cuenta la gente de la que te rodeas. El que sea gente positiva, que anime y empuje, facilita los éxitos.


En la sala éramos una buena banda, unos más ordenados que otros, con más o menos planificación para entrenar. Lo pasábamos fenomenal. Recuerdo entrenar muchos días con Santi, Dani, Chus, Virgi, Chusín, el otro Chus, Kike, Pitu, Bene, tanta gente... Y claro, recuerdo entrenar muchos días con Checha. Traves largas y cortas, pasos de bloque, resistencia, fuerza pura, juegos varios... Recuerdo bien a Checha haciendo tracciones de un solo brazo.


Si alguien me mostró que las ganas y el centrarse en un objetivo siendo concienzudo trae resultados, ese fue Checha. Consiguió transformarse físicamente, y lograr grandes encadenamientos.


Recuerdo estar con Checha en Teverga, en Planeta X, apretando por allí. Y lo recuerdo muy bien en Cueva Boyu, yo estaba probando Burricada o Supergen, o las dos. Él ya las tenía hechas ambas, y me aseguraba dándome ánimos y consejos, empujándome a por la cadena…


Recuerdo coincidir con Checha en el Picu, un día muy especial en el que yo iba con mi amigo Chusín, y por allí andaba Boza con María, Marto currando, Luisón por la norte… tantos amigos. Me encantó verlo a él por el monte. Un buen día aquel.






Dani ha contribuido a su memoria de la mejor manera: un pepino de vía en Olvena, Huesca, 40 metros de 7C que lleva su nombre para siempre.  Grande Dani!


En los últimos tiempos nos veíamos menos. La vida te enreda con el trabajo y los niños. Yo apenas escalo y él había aflojado mucho también. Solíamos coincidir en el Grupo, en esas breves visitas que hago un rato al gimnasio o a recoger niños. En estas ocasiones Checha, como él siempre fue, tenía en la cara una sonrisa de oreja a oreja, y una palabra amable. Solíamos acompañar estos momentos de breve charla con algún recuerdo de los buenos tiempos y una esperanza de volver a ponerse fuertes.




A ver si siguiendo su ejemplo, me pongo a entrenar. 

Grande Checha. Se te echará de menos.

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