Sábado 25 y domingo 26 Julio 2020
Rubén Díaz
Integral del Cornión: Torres Argaos-Torres
Cebolledas-Aguja GUA-Torre Santa María-Torre Horcada-Torre En medio-Tres
Marías-Torre del Torco-Peña Santa de Castilla
Hay líneas tan evidentes que no
hace falta que nadie te las explique. Están ahí llamándote por sí mismas.
La Integral del Cornión es uno de
esos ejemplos.
El Cornión es el Macizo Occidental
de Picos de Europa, el más grande en superficie de los tres, cuya cumbre más
alta, Peña Santa de Castilla, es una de mis montañas favoritas.
La Integral del Cornión consiste de
una línea natural de cumbres que forma la espina dorsal del macizo de forma
continua, sin apenas collados ni interrupciones, para terminar en su cota más
alta y más imponente, la Peña Santa, la Perla de los Picos.
Recorrer esta línea de cumbres en el día está al alcance de pocos. Nosotros, conscientes de nuestras limitaciones, nos la planteamos con una noche de por medio. Esto hace que, aunque sigas teniendo que escalar (trepar en realidad; la mayor parte del terreno es sencillo) rápido y sin cuerda lo máximo posible, ahora vayas lastrado por el peso extra del material de vivac y la comida adicional. Pero esto es lo que venimos a buscar, nuestra aventura particular en los Picos. Y la encontraremos.
El recorrido empieza en el collado
de la Fragua, a unos 1.900 metros. Para
llegar aquí nosotros invertimos dos horas de aproximación desde el coche en
Pandecarmen (salimos a las 8:00 h, son unos 900 metros positivos), cargando
cada uno con una cuerda, algo de hierro (poco), arnés, gatos, saco, esterilla,
ropa, agua, comida, frontal… En total unos 13 kilos de mochila que se
convertirán en el principal obstáculo del día.
En la subida a Vegarredonda nos
partimos de risa con algunos de estos que nosotros llamamos “carrerinas”, tan
de moda hoy día, con sus mallas, sus gafas y sus zapatillas especializadas, muy
preparaos ellos, que intentan correr cuesta arriba y apenas consiguen
descolgarnos a nosotros dos, puretas, de botas, bastante cargados y además de
tranqui, dosificando para la larga jornada que tenemos por delante. Les falta
monte y les sobran pijadas. Me pillan en otro momento y les arranco las
pegatinas (yo de botas y de mochila).
Llegamos a collada de La Fragua
las 10:00 h. La collada separa la Porra la Altiquera del Primer Argao, puntode
inicio de la Integral. Podría considerarse la Altiquera la primera cumbre, pero
se suele descontar.
Parada a comer y beber algo, y a
poner el arnés y los fierros al mismo, que no hacen falta, pero todo sea por
aligerar un poco los hombros.
El día está claro y hace algo de
viento, esto nos refrescará y hará que deshidratemos menos. A ver si no aumenta
y empieza a ser un problema…
Tenemos por delante unas once horas
y media de luz, y un largo camino por recorrer. No sabemos aún hasta dónde
vamos a llegar. No hay problema, un
hueco para tirar el saco, malo será…
Argaos:
Aquí empieza nuestra escalada, que
recorre primero la dentada cresta de los Argaos: unas cinco o seis cumbres de entre 2.024 metros el primero y 2.238
metros el último, que suben y bajan, a veces sencillos, a veces afilados. Este
tramo lo hicimos entero desencordados, con cuidado en algún punto, pero sin
problema.En la cresta adelantamos a tres tíos, vascos creo.
Al terminar los Argaos hay un
collado verde, el Mosquil de Cebolledas, donde hacemos otra parada para comer y
beber. Este collado da paso al segundo grupo de Torres, más grandes estas ya,
las Cebolledas.
Torres Cebolledas:
Las Torres Cebolledas, las tres de
altura similar en torno a los 2400 metros, presentan dificultades variables en
función de por dónde las ataques. Las tres son muy alpinas y con paredes
vertiginosas al Norte y al Sur. La primera, la tomamos por el lado Norte,
aprovechando unas viras verdes y
escalando roca solo el tramo final. Casi se agradece los tramos de trepar donde
repartes esfuerzo entre brazos y piernas. A la segunda pasamos por el propio
filo calizo, siempre desencordados.
Cuando destrepamos al collado con
la tercera Torre, paso aéreo, alcanzamos en el mismo a una cordada en la base
del largo de IV grado que da paso a la cumbre de la Tercera. Tras vernos llegar
veloces, amablemente nos ceden el paso: nosotros sin dudarlo aprovechamos el
favor agradeciéndoselo. Por primera vez en el día nos encordamos. Rubén tira
delante en gatos, yo detrás en botas. Largo bonito de escalar, roca buenísima.
Cumbre (2.445 m). Recogemos la
cuerda, Rubén se pone de nuevo las botas, y cresteamos un tramo hasta montar un
rápel de 30 metros, el primero del día, que, con un destrepe añadido, nos deja
en la base de la siguiente cumbre: la aguja del GUA. Esta es una aguja
secundaria pero igualmente bonita, con
una caliza excepcional.
Aguja GUA:
Escalamos el GUA (2.386 m) de nuevo
sin cuerda y flanqueamos su cumbre para destrepar por el otro lado hasta llegar
a un nuevo rápel, el segundo del día, corto, aéreo, que nos ahorra un destrepe
delicado.
Peña Santa de Enol:
Estamos ya en el collado con Peña Santa de Enol. Esta la escalaremos por su espolón Oeste: estupenda vía de 3 largos en torno a IV grado, con roca excelente, con unas vistas espectaculares. El primero yo, el segundo Rubén, el tercero yo. Lo hicimos sacando aquí las dos cuerdas (para quitar peso a la espalda) y de gatos (los guides, que son muy finos ellos, se lo hacen de botas).
Cumbre de Peña Santa de Enol (2.478
m), son las dos y media de la tarde.
Nueva parada a comer y beber. Recogemos
las cuerdas y salimos hacia abajo por la Grieta Rubia, la vía normal: destrepe
aéreo, delicado de roca por zonas, donde no hay margen de error. Adelantamos a
un tipo en solitario que nos sigue como referencia, pasándolo mal en el último
tramo antes de la Horcada, algo que ya le habíamos advertido…
Hasta aquí, en línea recta, sin
contar rodeos ni subidas y bajadas, la cresta ya suma unos dos kilómetros.
Estamos en la Horcada de Santa María, son las tres de la tarde, vamos bien, pero el sol, la mochila y la xatada ya empiezan a pasar factura. Ya no vamos tan ligeros como antes. Con todo, hasta aquí hemos invertido una hora menos que el año pasado (solo hicimos este tramo entonces), a pesar del peso extra. Es decir, vamos bien.
Tras breve un reposo salimos hacia la collada entre la Torre de la Horcada y la de En medio. Cruzamos ahora neveros y remontamos pedreras. Intentamos coger agua en un desagüe de nieve. Observamos de pasada los abundantes fósiles marinos desperdigados, sin ánimo de coger ninguno, no está la cosa para añadir peso…
Torre de la Horcada:
En la collada tiramos las mochilas
y salimos a por la Torre de la Horcada: trepada aérea de chimenea, más difícil
de lo que recordábamos ambos, yo hace muchos años que no paso por aquí. Foto de
cumbre (2.447 metros) y para abajo, el destrepe me resulta difícil e
inquitante. Si hubiéramos subido una cuerda, yo sin duda habría rapelado…
De nuevo en el collado (2.401 m) comentamos que nos falta frescura ya… se notan las horas, los metros recorridos y el sol en la cabeza.
Torre de En medio:
Recogemos las mochilas y nos vamos
hacia la Torre de En medio (2.459 m). Después de hacer la cumbre, destrepamos
hacia el Sur hasta una terraza. Aquí se concentra ahora nuestra mayor
incertidumbre del día: tenemos por delante el tramo que no controlamos y que
por relatos leídos puede ser “entretenido”. Hay que hacer un vertiginoso
descenso de 150 metros, muy verticales, y sin escape fácil si tenemos un
problema en medio. Sabemos que si hacemos este tramo sin problemas, tenemos
muchas posibilidades de cumplir nuestro objetivo.
El primer montaje de rápel consiste en un trozo de cuerda rodeando un bloque enorme, tendrá unos ocho o diez metros de perímetro. Está descolorido y no tiene buena pinta, pero creemos que lo cambió Fernando en su repetición invernal del año pasado… Por si acaso, yo refuerzo con dos Friends sin carga para que baje delante Rubén.
El viendo azota las cuerdas hacia
el lado del JouSantu, y le lleva un buen rato bajar y encontrar la reunión.
Cuando me toca, desmonto el refuerzo de Friends y me confío al descolorido
trozo de cuerda. El rápel es largo, unos 50 metros, y muy aéreo, los muros
enormes, compactos, intimidantes. Ahora me alegro de venir con dos cuerdas y no
con una y un cordino de kevlar como nos planteamos, por aligerar…
Llego a la reunión con Rubén: muy colgada, tres clavos a cañón y un spit. Unidos por cordino reguleros, que ahora sí, reforzamos con alguno nuestro. Confiamos en que las cuerdas recuperen bien, y así es a pesar del viento.
Tiro yo delante ahora, muros
tiesos, lucha con las cuerdas para llevarlas al sitio. El nudo bloqueador se
hace necesario al menos tres veces para poder organizar el tema. 50 metros más
abajo llego a una repisa más cómoda con un relevo con tres clavos buenos, y
cordinos con buen color. El último rápel vuelve a ser largo y muy aéreo. Este
el que más: los últimos 15 o 20 metros vas separado de la pared, y para cuando
tocas suelo estás al menos a 6 metros de la misma. Tremendo. Con razón algunos
lo llamaron “la madre de todas las bajadas”. Con todo, cuando llega Rubén y
recuperamos cuerdas miro el reloj: nos ha llevado una hora. Muy bien.
En este punto, tras este tremendo
descenso, no podemos evitar pensar en relatos novelescos y fantasiosos que
circulan en el imaginario alpinístico asturiano hace décadas. En fin…
Tres Marías:
Estamos ahora más relajados de cabeza.
Tenemos por delante ahora el tramo de las
Marías. Primero por la vertiente del JouSantu, trepando roca compacta, buscando
el mejor recorrido, a ratos placas, a ratos filos. Avanzamos desencordados y de
botas.
La distancia engaña, el Torco que
vemos tan lejano, no lo está tanto. Cuando nos acercamos a la Tercera María
vemos de lejos una canal que la recorre y que termina aparentemente en un tramo
tieso: ese va a ser el largo que nos comentaba Fer, que hay que atarse y escalar con atención.
Así es, llegamos al sitio y tras montar una reunión, escalo un diedro chimenea
lavado, que me hace apretar más de lo previsto. Después simplemente estiro las
cuerdas hasta la arista, cincuenta metros más arriba.
De esta cumbre, después de crestear
un rato, hacemos cumbre en la segunda María, y después un rápel corto pero
agradecido, el destrepe alternativo habría sido muy aéreo para nuestras cabezas
cansadas.
Afrontamos la Primera María, pero
rápidamente vemos la lógica de flanquearla por el Oeste hasta el collado con el
Torco: canalizos demasiado compactos de frente.
En el collado tiramos las mochilas
y trepamos a pelo con sumo cuidado hasta su cumbre: tiene unos seis u ocho
metros delicados. Cumbre y destrepe al collado, de nuevo con sumo cuidado.
Torre del Torco:
La bajada del Torco la hacemos por
su normal, y esta no es nada a despreciar: es aérea y tiene unos neveros muy
serios, huecos por el interior, que los hacen peligrosos. Destrepamos por un
lateral, luego pasamos un túnel por debajo del nevero, al otro lado. Intentamos
cargar agua a las botellas en un drenaje. Luego hay que buscar el mejor camino
para llegar abajo. Este tramo nos lleva más de una hora.
En el declinar de la luz de la
tarde buscamos un sitio donde tirar los sacos, en las inmediaciones de la
fuente de las Balas. Después de posar las cosas nos vamos a ver si da agua,
nuestra última preocupación: afortunadamente mana bien, y podemos beber sin
preocupaciones.
Cenamos y nos tiramos en los sacos.
Estamos contentos por nuestra actividad, todo ha salido como esperábamos.
Tirado en el saco, en silencio,
recuerdo la primera vez que subí a Peña Santa. Fue en el año 1992. Iba con mi
amigo Iñaki, y queríamos controlar la Canal Estrecha, como vía normal y de
descenso, porque al día siguiente queríamos escalar la Sur Clásica (500 m, V).
Iba a ser nuestra primera vía larga. Esa tarde hicimos la Estrecha y la cumbre
a la Peña Santa, solos. Al día siguiente hicimos la Sur Clásica, solos en la
pared. Gracias a unos chavales que en Vega Huerta nos dejaron unos fisureros.
No teníamos casi nada de material. Teníamos 17 años.
Yo tengo 45 años y Rubén 46, o 47. Toda la gente que nos cruzamos en el recorrido eran más o menos como nosotros. ¿No hay relevo? ¿Dónde está la juventud? ¿Qué está haciendo la chavalería? Se están perdiendo algo realmente increíble. Con estas reflexiones me quedo roque.
Dormimos regular: el suelo del
vivac está inclinado y nosotros demasiado cansados para conciliar bien el
sueño.
Peña Santa de Castilla:
A las ocho de la mañana ya estamos desayunando. El día está claro. Salimos hacia Peña Santa con una cuerda, el arnés, los gatos y una botella de agua. Nuestra intención inicial es subir por la ruta original, que ninguno de los dos conocemos. Remontamos por el nevero hasta al lado de la Forcadona, aquí nos salimos a la izquierda por gradas fáciles buscando el paso más lógico. Hemos ganado bastante altura, hasta una cueva de la que hemos oído referencias, pero en este punto no vemos paso evidente para una cordada del siglo XIX. Decidimos destrepar a buscar otro paso más abajo a la izquierda. Los puntos que nos parecen más evidentes nos obligarían a trepar en llambrias finas. La otra alternativa que vemos es sobre roca dudosa. No lo vemos. Después de debatir la situación, decidimos bajar todo lo ganado y subir por la Canal Estrecha.
Todo este periplo nos ha ocupado más de hora y media, pero una vez en la Canal, nos ponemos los gatos y ganamos altura a gran velocidad.
En pocos minutos estamos en la
Brecha Norte, y poco después, tras sortear las trepadas y llambrias del lado
norte, llegamos a la cumbre. Son las diez de la mañana. Aquí hemos completado
nuestra versión de la Integral. Otras versiones, más estrictas, continúan
cresteando hacia el espolón Asturias. Estamos solos en la cumbre disfrutando de
las vistas en 360 grados. Muy contentos.
Al cabo de un rato iniciamos el
descenso. Cruzamos a varias parejas que vienen ascendiendo. En la Canal
rapelamos tranquilamente, sin gente por encima.
Una vez fuera de la canal, bajamos
destrepando ligeros hasta el nevero y nos dejamos deslizar felices en dirección
a nuestro vivac. Allí nos tiramos a descansar un rato, comer y beber, antes de
echarnos a la espalda las mochilas para el largo descenso.
La bajada se nos hace dura, muy
dura, por el calor y lo cansados que vamos.
Por citar a Amandi, rosca, llanta,
walkingdead, corpo-escombro, estoy Malhoy…
Tres horas más tarde estamos en
Pandecarmen.
El tramo final desde Vega La Piedra
se me ha hecho eterno.
Todo llega y todo pasa. En el coche
nos cambiamos de ropa, de calzado, repartimos los trastos de cada uno, nos
ponemos la puta mascarilla, y arrancamos pa casa.
Resumen:
Sábado 25 de Julio
Pandecarmen: inicio a las 8:00 h
Argaos Inicio a las 10:00 h Sin encordar
Cebolledas: 1 largo a la tercera, 1
rápel 30 m a la base GUA Tercera torre cumbre 12:55 h
GUA sin encordar, 1 rápel al
collado con Santa María, cumbre GUA 13:20 h
Santa María: 3 largos espolón Oeste
(IV), destrepe grieta Rubia, cumbre Santa María 14:30 h
Horcada Santa María: recoger 2
botellas de agua escondidas, 15:00 h
Torre de la Horcada: sin encordar,
ojito al destrepe, cumbre 15:55 h
Torre de Enmedio, caminando.Cumbre
16:15 h. Descenso en 3 rápeles de 50 m muy aéreos, especialmente el último,
volado, inicio rápel 16: 45h, suelo 17:45 h
Tercera María a pelo hasta un largo
de chimenea (IV), paso jodido con mochila pesada
Segunda María a pelo, fácil, rápel
corto
Primera María: flanqueo lado de las
Pozas, mochilas al collado, trepada fina a pelo y destrepe
Torco: subida andando, cumbre a las
20:15 h, bajada hacia JouSantudelicada por nevero grande e inestable, muy
hueco, túnel, destrepe lateral, carga agua en goteos
Vivac cerca de la Fuente de las Balas 22:00 h
Domingo 26 de Julio
Peña Santa: intento a la vía original,
trepada hasta casi la altura de la Brecha Norte, no lo vemos claro, destrepe y
Estrecha. De gatos. Cumbre 10:30 h.
Bajada 13:30 a 17:30 h. Bajada dura, sol, cansancio, peso
mochilas, 3.5 horas al coche.
Mochila
aproximada (cada uno):
Cuerda 3.5 kg
Hierro 2 kg
Gatos 0.5 kg
Arnés 0.5 kg
Comida 1.5 kg
Agua 2.5 kg
Saco 1.5 kg
Ropa 1.5 kg
Otros 0.5 kg
Nuestro
material (entre los dos):
2 cuerdas 8.1 mm
6 express
5 friends
1 juego fisureros
Cintas y cordinos
1 Maza y 4 clavos
Nuestros
largos encordados:
Tercera Cebolleda: 1 largo IV (40 m)
Torre Santa María: 3 largos IV (140 m)
Segunda María: 1 largo IV (50 m)
Nuestros
rápeles:
Tercera Cebolleda: 1 de 30 m
GUA: 1 de 20m
Torre de En medio: 3 de 50 m, aéreos. Convendría
cambiar el cordino del primero (10-12 m)
Segunda María: 1 de 20 m
Torco: 1 de 30 m (hay opción de hacer más)
Peña Santa 3 de 30 m
Resumen
aproximado:
Argaos (IV-, 1000 m)
Cebolledas (IV+, 1000 m)
GUA (III, 60 m)
Peña Santa Enol, Espolón Oeste (IV, 150 m)
Torre de la Horcada (III+, 60 m)
Torre de En medio (II)
Marías (IV+, 500 m)
Torre del Torco (II)
Peña Santa Castilla (III+, 200 m)
Conclusiones:
Una nueva aventura completada. Esta
largamente deseada. De la experiencia vivida destaca especialmente la
coordinación perfecta con mi compañero Rubén.
También destacar que se me caerá la
uña del dedo gordo del pie derecho.
La clave para tener éxito en esta
actividad es para mí doble:
Primero elegir bien el equipo que
llevas, aligerando todo lo posible para minimizar el peso de la mochila.
Segundo, la capacidad personal y elegir bien el compañero: por longitud,
conviene escalar lo máximo posible sin cuerda, pero a la vez, los dos tenemos
que estar muy alineados: cuando uno quiere encordarse, que el otro lo sugiera
por delante. Cuando uno cree mejor destrepar, que al otro le parezca lo
adecuado.
Rubén y yo estamos así: pensamos lo
mismo sin apenas hablar. Y él escala muy bien, rápido y seguro el terreno de
grado fácil sin encordar.
Gracias por el apoyo directo a Fernando, Kico y Martín por las referencias y datos. Gracias también a Alberto Boza. Indirectamente también a Augusto y la entrada en su blog.
Como ya han pasado unos cuantos
días y uno en casa es muy valiente, analizando los datos, ya tengo reto para el
año que viene (cadera funcional mediante): completar la
integral pero en un solo día. Nosotros salimos de la Fragua a las 10 de la
mañana, después de 2 horas de pateo porteando, y llegamos al Torco a las 20. Si
dormimos en la Fragua, empezamos dos horas antes (las 8), si no llevamos peso
extra de saco y comida, escalamos igual de bien y no tenemos contratiempos,
tenemos que llegar a Peña Santa…
Hay que ver qué bravo soy desde el
sofá…
Actividad nivel Gallo, estás más fuerte que el vinagre Diego!!!
ResponderEliminarBuenas Chulo, qué va, lo único que pasa es que estas cosas no le llaman la atención más que a unos pocos, un abrazo
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