“Los Asquerosos”, Santiago Lorenzo, Blackie Books
Con un lenguaje elaborado (llega a ser intrincado en ocasiones), cargado de aguda ironía, el libro nos va llevando primero por las desventuras del protagonista, sus aventuras después, sus luchas, sus continuos y variados aprendizajes. Hasta que finalmente, no sin algunos tropezones, llega a una conclusión que le cambia el plan de vida para siempre.
Salvando las distancias, como en un “Walden” de nuestros días (Henry David Thoreau), Manuel, el protagonista, huyendo de todo, se adapta a un medio desconocido, haciendo de la necesidad virtud, aprovechando sus escasos conocimientos para sacar el máximo partido a lo poco disponible en un medio inicialmente hostil.
Salvando las distancias de nuevo, como en “The call of the wild” (Jack London), sus prioridades cambian, sus necesidades se rebajan a la supervivencia, los procesos se simplifican, las herramientas se adoran…
Salvando las distancias otra vez, como en “Into the Wild” (John Krakauer), Manuel aprende a valorar lo verdaderamente importante, despojándose de sus lastres y complejos, descubriendo que menos es más, y descubre la alegría de vivir en mínimos.
Salvando las distancias una vez más, como un Tom Sawyer maduro (Mark Twain), los aprendizajes de las cosas más simples, nunca antes practicadas en su vida urbana (la que llevamos la mayoría), una vez enfrentados a la necesidad, surgen de forma natural y traen enormes satisfacciones.
Enfrentando a los Asquerosos (con quienes antes o después todos nos identificamos, mal que nos pese) y a sus múltiples chorradas, poses y falsedades (que más o menos todos tenemos, mal que nos pese de nuevo), podando sus propias ramas innecesarias, crece personalmente en lo que realmente importa, puliéndose y brillando, especialmente para sí mismo.
Santiago Lorenzo consigue hacernos reflexionar sobre la enorme estupidez reinante, el narcisismo y la impostura, el sinsentido de la espiral absurda de las redes sociales, el exceso de todo lo innecesario y la falta de lo esencial. Y todo esto narrado con vocabulario, con ritmo y con sorna.
Las comparaciones son odiosas, y salvando las distancias… ¡Me ha encantado!
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