Hace unos años revisaba mi nueva forma de entrenar, obligada por las circunstancias personales, especialmente las familiares, y de cómo había ido recortando la duración de mis sesiones hasta límites que rozaban el absurdo. Más tarde empecé a escuchar eso de los llamados entrenamientos de intervalos, y no pude evitar reírme. Sigo con el mismo método y no hay queja: lo último que me han recomendado, los métodos de la Inquisición: en 15 minutos para el arrastre. Perfecto.
Hace ya bastante tiempo me vengo fijando en que, igual que las sesiones de entreno, las sesiones de salida al monte están sufriendo desde hace bastante tiempo el mismo proceso de reducción temporal (en algunos casos, realmente rozando el absurdo). Sin embargo, al igual que los beneficios del entreno de intervalos, me pasa lo mismo con las “micro salidas” al monte.
Estas salidas, gracias a mis ventajosas condiciones laborales, típicamente suceden los viernes, y funcionan más o menos de la siguiente manera: por la mañana trabajo en la oficina, normalmente hasta la una y media o dos, a esa hora salgo conduciendo al punto de quedada si es que voy con alguien, o al destino directamente si voy solo. Hago lo que tenía planeado o alguna variación dependiendo de las condiciones meteorológicas, de mis sensaciones, de la nieve, etc. Luego vuelvo al coche y conduzco de vuelta para recoger a los niños en casa de mis padres e ir a hacer la compra de la semana.
Unos pocos ejemplos de los últimos meses:
Viernes XXX Mando, Luque, Cuitu Negru, Pajares, Esquí de montaña
Viernes XXX Nando, Carlos, Cris, Cellón, Esquí de Montaña
Viernes XXX Mon, Lapuente, Morcín, escalada deportiva
Viernes XXX Solo: San Isidro Valmartín esquí de montaña.
Viernes XXX Brojos, Cristina: Figares Escalada Deportiva
Viernes XXX Boza: Pelúgano Escalada Deportiva
Viernes XXX Solo: Ubiña por la arista Este
En total la media no suele superar las 3 horas y media coche-coche, por lo tanto, son ventanas de actividad realmente cortas.
Sin embargo, tengo más que comprobado que incluso así, el efecto es altamente positivo para mi estado de ánimo.Hay quien me dice que para ir así, mejor no ir. Yo discrepo (y además pienso que los que opinan así, o bien tienen mucho más tiempo que yo, o bien no les gusta el monte tanto como a mí, seguramente el reparto sea al 50%).
Cuando no hay opción para más, esta es la mejor de las opciones, y a mí me sirve.
Por todo esto, la conclusión para mí es la misma que sacaba Robert Smith allá por 1992.
Totalmente de acuerdo...y ahora que llegan los días largos, si se puede complementar con algún día por semana con unos largucos en La Ñora...la bomba!!, jajaja.
ResponderEliminarNos vemos.
Nando
Bufff!! La Ñora, qué difícil!!
EliminarSaludos
Sabía reflexion, Diego, que todos aquellos que estrujamos los minutos (ya no digo ni si quiera las horas) compartimos. Me veo muy reflejado en esta entrada.
ResponderEliminarDanilo, a ver cuándo conseguimos una ventana de tres horas y damos un rule en bici. Saludos
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