Sábado 10 Diciembre 2016
Pablo Luque, Nando del Pozo
Paseo por el Cornión
Las referencias que teníamos eran
difusas: la nieve aún no había transformado y las condiciones podían ser muy
variables, algo a lo que por otra parte estamos acostumbrados en los Picos. Así
las cosas, decidimos tirar para allá con la mente abierta y la mochila cargada.
Hay muchas ganas de monte y de nieve.
Hay muchas ganas de monte y de nieve.
Mi plan inicial era intentar alguna
vía de roca fácil, y por tanto llevar pies de gato y un solo piolet. Al final
cargamos con el segundo piolet por si acaso estaba más para corredores.
De camino para allá, la inversión
térmica marcaba hasta siete grados menos en los valles que arriba en los Lagos:
de uno abajo a ocho arriba. Como nunca se sabe y somos gente ilusionada,
salimos para arriba sin preocupaciones.
La falta de forma y de costumbre se
nota, especialmente en lo que pesa la mochila, y es que el alpinismo invernal
es duro... Con todo, subimos hablando sin parar (excepto en los repechos más
duros).
Llegando a la altura del Porru Bolu,
al poco de parar a poner los pinchos (porque la huella prensada resbala), nos
cruzamos con cuatro chavales madrugadores que ya vienen de vuelta. Dos vienen
de uno de los corredores de los Argaos, y los otros de la Torrezuela y del
Requexón. Todos hablan de condiciones similares: nieve a medio transformar,
zonas duras y otras en polvo…
Con este escenario tiramos como tantas veces a por el segundo corredor de los Argaos, para desde allí decidir qué hacer luego. Está bastante feo con una huella muy marcada que lo asemeja a una escalera. Al llegar arriba, en el collado entre cumbres de los Argaos, el frío hace que mis compañeros no consideren mi propuesta de continuar por la cresta. La verdad es que apetece poco quitarse los guantes para agarrar caliza.
Nos echamos hacia la media ladera sur, con cuidado con la nieve. En cuanto destrepamos la parte más empinada empezamos a flanquear dirección a la Peña Santa de Enol: el Marqués parece en condiciones desde aquí. Paramos a comer y beber, y decidir qué hacer.
Son las once y media y queda bastante día por delante, pero tras breves deliberaciones me queda claro que no quieren ir a por el Marqués y prefieren completar la jornada de forma tranquila saliendo hacia la derecha por un collado soleado que separa la cuerda de las Cebolledas de la de los Argaos. Ninguno de los tres hemos cruzado antes por ahí y nos resulta una opción atractiva: se ve un paso de nieve continua, pero bastante colgado por zonas. Vamos pasando con cuidado, sin problema, pero Pablo, que va flojo, me pide sacar la cuerda en un punto. No pasa nada, para eso la estamos porteando…
Unos minutos más tarde estamos al sol en la arista. Desde aquí yo lo feo factible destrepar, tendiendo hacia la arista de la salida de la Llampa Cimera, pero terminamos montando un rápel para librar la parte más aérea.
Desde los cabos salimos andando por la pala helada, con cuidado hasta cortar el camino de Fuente Prieta, y una vez en este, nos vamos a la Mazada.
Con este escenario tiramos como tantas veces a por el segundo corredor de los Argaos, para desde allí decidir qué hacer luego. Está bastante feo con una huella muy marcada que lo asemeja a una escalera. Al llegar arriba, en el collado entre cumbres de los Argaos, el frío hace que mis compañeros no consideren mi propuesta de continuar por la cresta. La verdad es que apetece poco quitarse los guantes para agarrar caliza.
Nos echamos hacia la media ladera sur, con cuidado con la nieve. En cuanto destrepamos la parte más empinada empezamos a flanquear dirección a la Peña Santa de Enol: el Marqués parece en condiciones desde aquí. Paramos a comer y beber, y decidir qué hacer.
Son las once y media y queda bastante día por delante, pero tras breves deliberaciones me queda claro que no quieren ir a por el Marqués y prefieren completar la jornada de forma tranquila saliendo hacia la derecha por un collado soleado que separa la cuerda de las Cebolledas de la de los Argaos. Ninguno de los tres hemos cruzado antes por ahí y nos resulta una opción atractiva: se ve un paso de nieve continua, pero bastante colgado por zonas. Vamos pasando con cuidado, sin problema, pero Pablo, que va flojo, me pide sacar la cuerda en un punto. No pasa nada, para eso la estamos porteando…
Unos minutos más tarde estamos al sol en la arista. Desde aquí yo lo feo factible destrepar, tendiendo hacia la arista de la salida de la Llampa Cimera, pero terminamos montando un rápel para librar la parte más aérea.
Desde los cabos salimos andando por la pala helada, con cuidado hasta cortar el camino de Fuente Prieta, y una vez en este, nos vamos a la Mazada.
Ha estado interesante este cruce,
pero yo me voy a quedar con ganas de más, así que mientras Pablo y Nando se
quedan al sol comiendo y disfrutando las vistas, yo tiro hacia el Requexón.
El Requexón es una cumbre de altura
modesta, pero bastante alpina en todas sus vertientes. Incluso su normal obliga
a trepar y puede ser delicada si tiene nieve sin garantías. Hoy está limpia y
no presenta problemas. En la arista, cuando la nieve empieza a escasear, me
quito los pinchos y dejo la mochila (que pesa lo suyo). Salgo para arriba con
un piolet por si acaso. La trepada es
entretenida.
Llego a la cumbre y me entretengo unos minutos disfrutando las
vistas y cruzando mensajes con Paula. Es todo un lujo estar aquí y más aún
poder compartirlo. La panorámica de cumbres en todas direcciones es una pasada.
Al cabo de unos minutos arranco de nuevo para abajo, prestando atención a los
destrepes, que un tropezón…
Bajo siguiendo las huellas de los
chavales que vimos esta mañana y que enfocan directas hacia el PorruLlagu.
Debajo del Porru Bolu me encuentro con Nando que me ha estado esperando en
varios puntos. Bajamos charlando hasta el refugio, donde nos tomamos una birra
con Javi y Marta. De aquí abajo disfrutando de la luz del final de la tarde
hasta el coche. A las cinco y media estamos quitándonos las botas.
Nueve horas paseando los trastos (la mitad con los pinchos puestos), que siempre viene bien, aunque sea como entreno. Además hemos pasado por sitios nuevos, nos hemos reído bastante y en conjunto ha sido un buen día de montaña.
Nueve horas paseando los trastos (la mitad con los pinchos puestos), que siempre viene bien, aunque sea como entreno. Además hemos pasado por sitios nuevos, nos hemos reído bastante y en conjunto ha sido un buen día de montaña.
Por ahora toca esperar a que las condiciones mejoren.
Ahora he podido ver bien tu blog!! Muchas ideas, sí. Me gustan mucho tus viajes relámpago a Alpes!! Felices Fiestas. Pedro (el del Espolón de Esparret)
ResponderEliminarGracias Pedro. Lo mío casi siempre es a la carrera, y no porque lo busqué yo... El caso es aprovechar el tiempo y pasarlo bien. Felices fiestas para ti también y mucha montaña para el próximo año!
EliminarBueno, para el elevado nivel de entrenamiento que tenemos, la excursión porteamaterial por el Cornión, me ha sabido muy bien...habrá que plantearse un poco mas de continuidad y algo de entrenamiento, para que no tengas que esperar mucho el próximo día!!
ResponderEliminarUn abrazo!
Nando
P.D.: pa la próxima yo me pido llevar una cuerda....
Chulo, no tuve que esperar nada por ti (aunque fuera porque no quisisteis tirar pa donde yo quería!), físicamente me das caña, así que creo que te volverá a tocar subir el fierro!
EliminarSaludos