Jueves 5 de Diciembre 2013
Mampodre, Peña Mediodía (2.180 m), Intento a "La dama blanca", III/4 600 m
Fernando Calvo
Martín Moriyón
No sé si apuntarlo como la última retirada de 2013 (espero que sea la última), o la primera de la temporada invernal que acaba de empezar... De lo que estoy seguro es de que lo pasé fenomenal.
En mi presente espiral acelerada y sin remisión hacia la más grande decadencia de forma hasta la fecha, hay sin embargo otros aspectos que tengo muy pulidos. Casi rozo la perfección. De siempre me he rodeado de compañeros competentes. En una suerte de selección natural, he conseguido amarrarme a gente que andaba de bien a muy bien. El rizo lo empecé a rizar cuando un buen día me amarré a Javi, guía profesional, y repetí unas cuantas veces (estoy deseando repetir de nuevo!). Más tarde, de cuando en cuando, empecé a hacer lo mismo con Martín. Pero es que el pasado jueves, no contento con ese estatus de "clientequenopaga", ¡¡me conseguí amarrar a dos guías a la vez!!
Aquí tenía que haber gato encerrado. No parecía razonable que el mismo lunes día 2 me llegasen aviso por separado de dos colegas, Iñaky y Mon, que iban a ir el jueves (día laborable para mí) a probar suerte a la Peña del Mediodía, en el Mampodre. Cuando al día siguiente Martín me dice que piensa ir ese mismo día con Fer al mismo sitio, el mosqueo es total. Esta norte es de esas que se ponen en condiciones raras veces, y vaya, cuando de tres partes te invitan a ir, será que el tema está fetén...
Corte Alpino Cantábrico con mayúscula |
A tope de curro en estos días, lo tenía muy complicado y así se lo dije a los tres. Sin embargo, a fuerza de rucarme con perder las condiciones del año, apuré a tope el miércoles y a última hora conseguí pillarme el día siguiente de vacaciones.
Primeras goulottes desencordados |
Nos juntamos en Llovio: el sitio se me hace raro para ir al Mampodre. Coincidir con Fer después de años sin vernos, un tío encantador y además conduce hasta Maraña. Charla animada, miradas al termómetro: Pontón -1, Lario -3, Maraña -6...
Nos preparamos a la luz de la frontal y arrancamos sobre la nieve crujiente. Al poco de salir vemos unas frontales en el pueblo. Ahí va otro de los equipos, pero ya no nos cogen.
Martín en el primer largo encordados |
Ya durante la aproximación la nieve no auguraba las mejores condiciones. En
las laderas por encima de la laguna había que abrir huella, a ratos profunda.
Yo, en mi rol de “clientequenopaga”, no abrí huella ni un triste metro. O bien
iba el último, o bien entre los dos colegas. Disimulando, atechao. En realidad,
no es tanto que me quisiera escaquear, como que con el ritmo que llevaban estos
dos máquinas no fui capaz de ponerme delante. Así llegamos hasta debajo de la
entrada de la escalada propiamente dicha.
Por debajo veíamos a las otras tres figuras madrugadoras avanzando sin
prisa.
Mientras nos preparamos, comimos y bebimos algo. La temperatura está fresca. Al vestirnos para escalar nos damos cuenta que parece que nos hemos puesto de acuerdo: los tres llevamos chupa verde, pantalón negro y las mismas botas (casi de estreno ellos, de puro estreno yo).
Mientras nos preparamos, comimos y bebimos algo. La temperatura está fresca. Al vestirnos para escalar nos damos cuenta que parece que nos hemos puesto de acuerdo: los tres llevamos chupa verde, pantalón negro y las mismas botas (casi de estreno ellos, de puro estreno yo).
En el zócalo de entrada la nieve se deshacía inconsistente. Martín buscaba delante
el mejor recorrido mientras nos íbamos encajonando en los corredores, hasta que
todo parecía recomendar sacar las cuerdas y montar algo. El tema llevó su
tiempo porque la roca no ofrecía demasiado. Una vez amarrados, siguió trepando,
buscando gancheos, pinchando donde se dejaba, saneando bastante, hasta estirar
las cuerdas casi enteras. Los segundos íbamos hablando sin parar, comentando
mil cosas, y sobre todo pasándolo muy bien a pesar de las condiciones
claramente “mejorables”.
La segunda tirada era por un terreno sin apenas referencias, sin roca
aflorando, pero fácil en apariencia, casi tumbado. Motivado por ese ambiente de
alpinismo y por mis compañeros, saliéndome de mi papel de “clientequenopaga”,
propuse tirar yo: MEEEECCCCC!!! ERROR. A los pocos minutos estaba semienterrado en una cochambrosa
masa inconsistente, más tiesa de lo que me hubiera gustado, y sin opción a
colocar seguros… Pinchando tapines, golpeando roca por error, escarbando en
busca de algo firme. A ratos me veía escalando sobre una “nieve con cámara de
aire”, esto es, una capa fina que se rompía nada más tocarla, que dejaba debajo
un hueco enorme por el que veía una mezcla de roca rota, hierbajos y tierra. En
uno de esos huecos, cuando ya estaba a unos cuarenta metros de los chavales,
conseguí construir un dudoso emplazamiento para un friend a base de sacar
piedras, musgo y tierra de entre dos bloques. Mejor eso que nada. Al menos para
la cabeza. Por delante más de lo mismo: pinchar en tapines de hierba semi-helada
y abrir zanja en nieve a 60º. Seguí subiendo, cada vez con mayor incertidumbre,
hasta que de repente, en una roca descubierta unos cinco metros a mi derecha
descubrí un spit con un mosquetón. ¡Menos mal! Fer y Martín se partían de risa mientras
recorrían el largo viendo el surco que abrí. Cabrones.
Levitando en la inconsistencia |
La reunión del rápel/destrepe |
La continuación ahora era un flanqueo descendente a derechas, más aéreo de
lo deseable en esta nieve sin transformar. Fer salió hacia allá sin pasar por
la R, estiró otros buenos cincuenta metros y se encontró de nuevo con el
montaje de la reunión asomando por entre la nieve: Otra vez, ¡qué chorra! Marto
y yo rapelamos hasta él. La pared coge aquí patio: por debajo está tieso, pero
parece que de esta reunión podríamos bajarnos sin problemas, así que seguimos
para arriba. La vía está cogiendo un ambiente muy guapo.
Por encima se ve un largo muy estético, bastante tieso a ratos. Sigue
delante Fernando, reclamando que el largo anterior más o menos lo hizo con la
cuerda por arriba. Después de unos cuarenta metros sobre nieve chunguilla el
tema se pone fino: 80º y con pocas opciones de asegurar. El croquis marca dos
spits. Con elegancia, más aún dadas las condiciones, Fer resuelve la sección y
apura los 60 metros de cuerda hasta un nuevo relevo sobre dos clavos. La
escalada es muy disfrutona, lástima que no esté helada. Aún así lo estamos
pasando muy bien: vamos pinchando tapines, gancheando en roca, apoyándonos y
tirando con cariño de la nieve. De segundo voy sin problema, otra cosa sería
haber tirado esto delante…
Los pasos duros del largo de Fer: poca nieve y sin transformar |
Martín en los pasos de M-algo de su última tirada |
Chupas verdes, gafas pajareras (Fer también las llevaba), risas continuas |
Otro buen rato después consigue meter un par de clavos y empezar a rapelar.
No está aún ni a mitad del rápel cuando se para buscando alternativas… Nos
cuesta unas voces convencerle para que siga para abajo (no le gusta nada
retirarse).
A partir de aquí hacemos tres rápeles largos, estirados casi a tope, alguno
muy aéreo. Los guías estudian las maniobras, refuerzan los clavos, cambian los
cordinos, abandonan maillones o mosquetones. Yo sigo muy concienciado interpretando
mi papel de “clientequenopaga”: todo lo más, saco fotos…
El destrepe del zócalo de entrada lo hicimos con cuidado. Luego nos fuimos
debajo de la Noreste a buscar un llano donde sentarnos a comer algo. Las vías
de esta cara casi ni se reconocen: la pared está bastante espolvoreada, pero le
falta mucha carga de nieve y que esta transforme para estar en condiciones.
Abrigados comemos, bebemos y nos reímos. De haber completado ese largo
(creo que era el sexto) las opciones de salir por arriba eran bastante mayores.
Por encima, según el croquis, parece que suaviza aunque aún quedan más pasos. Luego
está la arista, que se me antoja larga... Quizá hubiéramos tenido problemas de
luz. Estamos en los días más cortos del año. Creo que ha sido la decisión
correcta. Tenemos que volver a la vía cuando esté en condiciones, que tiene un
ambiente buenísimo.
Comentamos que de hecho, a pesar de las condiciones cochambrosas, de haber
salido por arriba estaríamos encantados de la vida, y además lo habríamos
pasado fenomenal. En realidad, ya lo hemos pasado fenomenal incluso teniendo
que retirar. Está claro que nos gusta el barro…
En el camino de vuelta nos giramos cada pocos minutos a contemplar la
pared: su magnetismo nos hace volvernos para mirarla sin cansarnos. Comentar la
jugada una vez más.
La Peña del Mediodía es una montaña de cota modesta, pero recia. Su cara
norte tiene un gran ambiente. A nosotros, como a tantos otros antes, "La dama blanca” nos ha cautivado. Y como para muchos otros antes, el primer intento ha
terminado en retirada.
Volveremos: espero que estos dos me dejen seguir en mi rol. Me siento tan
cómodo...
Vamos a ver... vamos a ver, Diego... eso es una retirada triunfal... buenísima pinta la montaña y se ve - perfectamente - que habéis disfrutado de largo.
ResponderEliminarCon estos comienzos... seguro que el año que se avecina, os sonríe por ésas tierras.
Un abrazo.
Total Carlos, lo pasé como hacía tiempo. Ya se sabe que hay retiradas que saben bien. Lástima que te coja un poco a desmano con lo efímero de las condiciones por aquí... de seguro que te encantaría.
EliminarUn abrazo.
Buena Diego. Bienvenido al club de los "clientequenopaga"...Jaja, parece jeta y aprovechado pero si es que son ellos los que nos acosan. Por cierto, que no es tarea fácil estar en este selecto club...díselo a mi flato cada vez que voy en ese status..que son todos ellos como galgos!!
ResponderEliminarJaja y que decir si te ven rodeado de escuados UIAGM en algún teléfrico de Chamonix: Joer, que pila pelas debe tener ese tío que va rodeao de guías, piensan los guiris...jajaja
Y perfecta la actividad: que ha habido que bajarse casi arriba...más vale bajarse que ni siquiera intentar subir. Quien no lo intenta no se retira nunca!! Enhorabuena
Hola Joe, la verdad que estoy en la hermandad hace muchos años, pero lo he mantenido en secreto... y espero seguir disfrutándola aunque es verdad que también voy a rastras detrás!
EliminarLa vía buenísima, pero aún nos quedaba por encima más de la mitad. Lo dicho, intentaremos volver, y te la recomiendo,
gracias y un saludo
Hola Diego!!! esta canción me suena.... hubo un año que intentamos La dama blanca en condiciones parecidas a estas. Conseguimos pasar el largo en el que Martín se bajó y recuerdo pasarlas muuuuuy putas, ya que había un resalte que hacía una panza de hielo-corcho-nieve que se rompía a cada pioletazo... después de un buen rato viendole la cara al de la güadaña pasé.... El siguiente largo ,ás de lo mismo, todo muy precario y nos bajamos... Si nos hubiésemos bajado antes hubiera sido mucho mejor... Esos clavos y cordinos los instalamos nosotros y cuando conseguimos al año siguiente escalarla nos vinieron muy bien jejejeje
ResponderEliminarLa vía en buenas condiciones es una pasada, merece la pena esperar a que se forme y disfrutarla. Una pena que no suelan darse condiciones en esta pared, para mí de las más alpinas que hay por estos lares.
Un abrazo y a ver si coincidimos!!!
Manu! Máquina, ya sabía algo de tu historia por Martín: pues sí que retirasteis altos... pero más tarde pudiste completar la vía, y eres de los muy pocos repetidores que tiene. La verdad que es una pasada. Esperaremos a que se ponga bien.
EliminarUn saludo y sí, a ver si coincidimos (se echan de menos tus historias en la web!).
VOLVEREIS.... AL BARRO.. QUE MONTAÑA MAS BONITA
ResponderEliminarSeguro tío, y espero que pronto. No veas qué guapo.
EliminarUn saludo
Ese papel tuyo de "Clientequenopaga" no me acaba de convencer... A un cliente no le dejamos tirar de primero ni pagando, jejeje!!
ResponderEliminarPocos placeres hay en la vida tan grandes como encontrar a alguien que disfruta como uno mismo, aunque en apariencia, el terreno invite a todo menos a disfrutar. Tu compañía, tu amistad y tus relatos, bien merecen cualquier condición, ya sea perfecta o cochambrosa! Sin ninguna duda, volveremos!! Abrazotes!
Seguro tron, gracias, nos vemos pronto (ah, y enhorabuena!)
EliminarMuchas gracias!!
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