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viernes, 7 de enero de 2022

Hablar con propiedad

“Yo está vía la voy a probar en trotter, porque ya empiezo a estar cansado, tengo los popeyes de madera.” Así me decía mi buen colega Elías en uno de nuestros primeros escalando en roca. Por aquella no sabíamos casi nada, apenas teníamos material ni mucho menos estilo, pero sí mucho empuje e ilusión. Se refería entonces a escalar en “Top Rope”, es decir, con la cuerda por arriba. Seguramente habríamos escuchado la expresión a alguno de nuestros mentores, en las travesías donde hacíamos búlder en la playa, pero no nos habíamos quedado bien con el término. Absorbíamos como esponjas, unas veces con más éxito que otras. 

1991. Ya llovió. Cuando empiezas en algo tan increíble como la escalada, lo normal es apasionarse totalmente. Eso fue lo que nos pasó a unos cuantos chavales de 15 años por aquel entonces. Ibamos a la playa a hacer búlder, sin saber qué significaba exactamente. Ibamos casi a diario, a medio día, después de comer y antes de volver a clase, a donde llegábamos con las manos sucias, con una buena sudada, y con los antebrazos como Popeye... En las traves de la playa coincidíamos con gente mayor que escalaba muy bien. Hacían todos esos pasos que a nosotros nos costaban horrores, o simplemente no nos salían... Esa gente nos iba educando en esto de la escalada, en los conceptos básicos. Esa misma gente nos acompañó las primeras (y muchas más) a escuelas de escalada donde, en mitad de la anarquía necesaria, nos seguían enseñando cómo, qué, y por qué. 

Gracias a Luque, Juaco, Juan, Luis, Miguel, Manu y tantos otros.
“Voy a abrir vía yo, y si eso ya la haces tú luego a vista y quitas las chapas”. Frase escuchable cualquier día en cualquier zona de deportiva, donde las vías están completamente equipadas y por tanto no se abren, las chapas no se ponen ni se quitan, y donde el asegurador atento al milímetro a pasos y movimientos de su colega, nunca podrá hacer esa vía a vista, sino como mucho, al flash. 

“Después de meter un birdbeak, un rp, y dos gancheos malos, conseguí llegar a un punto donde maceé una v falcada con un taco, que junto con un bong y una flor de pitonisas chungalís, todo triangulado me dejó anclarme, meter la placa y asegurar al colega.” 
Cuando te alejas de la deportiva, donde los conceptos y los materiales al final son cuatro cosas, las probabilidades de no entender nada para alguien ajeno al mundillo se multiplican. Eso del artificial o de la “Alpina” (como gustan de llamar a la escalada en el monte las nuevas generaciones) es ya puro sánscrito. 
Simplemente otro idioma. 
Cada disciplina u oficio desarrolla su propio lenguaje, y la escalada es un buen ejemplo. 

Me parece que el Diccionario escrito por Tino Núñez, editado por mi amigo Alberto, y prologado por mi también amigo Mon, puede servir para varias cosas importantes: aclarar dudas a muchos que empiezan y que no tienen por qué saber, recordar o corregir cosas a algunos que llevan tiempo escalando y que parecen mezclar conceptos, y además, por el modo en que está escrito, hacerles sonreír a todos ellos. 
Hablar con propiedad es importante.
 
Encadenar es lo que es. 
Escalar a vista es escalar a vista, y eso es algo muy concreto y bien definido, aunque mucha gente parece no entenderlo (o no quieren entenderlo). 
El Pinkpoint, que está muy poco de moda, es un matiz que marca una diferencia que puede ser abismal en un encadenamiento en tu límite. 
 Los excéntricos son lo que son, si bien dentro del mundo de la escalada también hay muchos otros a los que se les puede aplicar el término por distintos motivos. 

Hay muchos términos que quizá hoy día estén en desuso, pero que formaron parte integral de la escalada durante mucho tiempo: por ejemplo el ocho.   

Yo me lo he comprado por las tres razones mencionadas y alguna más: seguro que hay cosas que no sé y siempre hay que estar dispuesto a aprender, otras cosas igual las tengo liadas y las puedo aclarar, y por último ya me he reído bastante con varias definiciones. 

El saber no ocupa lugar, y el leer entretiene. Muy recomendable. 

(para la segunda edición, echo en falta algunos términos más viejunos (talabarte), o importaciones exteriores (baudrier), pero es verdad que nunca han sido de mucho uso).

7 comentarios:

  1. ¡Gracias Diego por tus amables comentarios!

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  2. Buena.Nos vemos en alguna ocurrencia tuya. Un saludo

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  3. Discrepo con baudrier...lo usabamos muuucho!!

    Saludos
    Nando

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    1. A ver ho, que tú ya escalabas en el pleistoceno... yo también usé la palabra en cuestión, y alguna otra que se me va olvidando, de ahí en parte lo bueno de este diccionario.
      Salud

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