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miércoles, 3 de febrero de 2021

Esquiando por las líneas del mapa

26 Diciembre 2020

Nando, Manolo, Pablo, Chusa

Vallinas del Torres y Valmartín 

Apurar los límites es algo que nos gusta. Podríamos decir que es algo intrínseco del montañero, llegar un poco más lejos, ver qué hay tras el recodo, al otro lado de la loma, asomarnos al borde a contemplar nuevos horizontes...

Subiendo al puerto yo insistía en intentar algo distinto, primero el Retriñón desde Felechosa o desde Cuevas, luego hacia Vegarada desde el Fielato... no conseguí convencer al personal. La sombra reinante en la vertiente norte, sumado a los coches ya aparcados en la zona, nos llevaron hasta el alto del Puerto buscando sol.

En la Raya, nada más aparcar coincidimos con Pablo, Inés, Brojos, Cristina, todos ellos han decidido ir a Fuentes a la estación, seguro que la nieve está mejor para esquiar. Pero nosotros queremos salirnos de ese entorno, buscar alguna cumbre, aunque sea repetida ya de muchas veces, aunque esquiemos menos... Mientras nos preparamos llega Juanín Piñera, que sí que se nos une.

La nieve arranca desde la misma carretera, aunque las lomas más bajas no van a dejar esquiar del todo por las cotollas aún no apisonadas de blanco. Arrancamos con esfuerzo los primeros desniveles, uniéndonos en una serpiente de esquiadores y raquetistas que remonta de forma casi continua. Nos dirigimos a las Vallinas del Torres. Estamos apurando la limitación provincial al máximo: vamos justo por la frontera.

Alcanzamos más conocidos, Velasco y compañía. Las zetas están muy bien trazadas, y llegamos a la arista con muy buenas sensaciones. Primero Nando, Juan y yo, por detrás Manolo, Pablo y más amigos. Ahora llega Chusa, que también se ha unido al grupo.




Caminamos unos metros por la cresta hasta encontrar una buena salida hacia la pala: a mí me impresiona el ángulo, aunque ya la he esquiado muchas veces (a mi manera, sin estilo, modo supervivencia on...). Sale Juan, luego Nando, luego salgo yo, mal que bien llego abajo junto a Juan. Nando viene cayéndose de forma reiterada: al llegar donde nosotros se da cuenta de que lleva las botas sin cerrar...

La nieve ha estado muy pesada, difícil de mover. Nadie baja con demasiado estilo. Nos juntamos todos y decidimos tirar ahora al Valmartín, de nuevo subiendo sobre la línea de límite provincial. De nuevo las zetas están muy bien trazadas, de nuevo llegamos arriba Juan, Nando y yo por delante del resto, y con muy buenas sensaciones en el esfuerzo...




Esperamos un poco por los colegas, y decidimos bajar de nuevo por la misma vertiente, ante la incertidumbre del otro lado, a pesar de que hay bastantes huellas hacia allí. La bajada, esta vez, está muy buena, hasta yo encadeno giros alegre. Pablo nos da una exhibición de técnica...




Una vez abajo en el jou, Chusa y Juan aún deciden subir otra vez a disfrutar de esta buenísima nieve. Los demás arrancamos de vuelta hacia el puerto. El tramo final, tal y como anticipábamos, es un poco más rollo por la falta de nieve, y sobre todo de desnivel para deslizar. 


Una cerveza en el bar, con distancias, mascarillas y restricciones. De vuelta a casa con la cara sonriente después de un buen día de monte.

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