Viernes tarde de octubre.
Escapar a intentar aprovechar las horas de luz que quedan.
Trayecto conocido.
Vía repetida, pero no por eso menos disfrutada.
Salida a cumbre con la roca empezando a empapar
Hasta el coche a palpo. La bajada del puerto en primera.
Volver a casa encantados.
Si es que, cuando te gusta el barro...
Con Rubenín.
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