Ya había pasado demasiado tiempo. Sobre todo demasiado
para alguien como yo, que se las da de escalador…
Festivo en el curro para mí, pero escolar o laborable
para la familia, la opción era clara.
Inicialmente el plan era una buena ruta de bicicleta por
Somiedo con dos amigos muy fuertes. Sin embargo, la previsión de bajas temperaturas
y grandes precipitaciones, unido a la pertinaz nieve en los altos por los que
íbamos a ciclar, forzaron la suspensión (el aplazamiento en realidad).
Últimamente priorizo mis pocas salidas centrándolas en el
monte y he venido dejando de lado la deportiva hasta un punto de abandono
tremendo.
Llamada rápida a Martín, cambio de plan resuelto.
Tampoco es que el día fuera el mejor para retomar el
tema, pero es lo que hay. La temperatura
prevista para Teverga era inferior a los diez grados, la cota de nieve
por debajo de los mil metros, y el porcentaje de precipitación muy alto. Un 15
de mayo un tanto extremo, como el resto de meses que llevamos de 2013., aunque
luego no fuera para tanto.
En mi actual estado de forma, los desplomes y las
covachas no son opción, así que me quedaba un único sitio: el Muro Techo.
El Muro Techo es único porque en ningún otro sector en
Asturias tienes vías verticales largas, de hasta treinta metros, en grados y
estilos muy variados, y en donde puedes escalar mientras por detrás de ti está
cayendo la cortina de la lluvia sin molestarte. El voladizo del techo que da
nombre al sector, de unos ocho o diez metros, te protege. Pero este sitio no es
único solamente por esto: la calidad, el color y el tacto de la roca, el
entorno en el que estás, tan cerca del pueblo y tan aislado y tranquilo a la
vez, lo convierten en uno de mis favoritos.
Algunas de sus vías las vengo haciendo desde hace casi
veinte años, cuando empecé a frecuentar la zona. Por entonces fui testigo de
cómo gente generosa como Javier o Tito equipaban gran parte del sector. Otra gente generosa
(o quizá ellos mismos!) han reequipado gran parte de las vías, sustituyendo
aquellos parabolts y descuelgues de entonces por otros nuevos. Y además lo han
hecho sin alterar el carácter de las vías.
En la subida, el famoso barro de su aproximación no estuvo
tan abundante como esperábamos. Subimos en zapatillas sin problemas. Tampoco
nos llueve ni al subir ni al bajar.
Las vías aquí no regalan nada y obligan a escalar con
atención: en total hicimos ocho o nueve largos, de entre 6a y 6b+, de estilos
variados y con alguna alegría entre chapas. Lo ideal en mi caso para retomar el
asunto: aunque algunas me costaron bastante, salieron todas. Martín, mucho más
fuerte, como es un buen amigo se adecuó a mi nivel.
Mirando hacia líneas como Ambigut u Ojo Mágico, que a
base de años y esfuerzo fui encadenando, ahora las veo como imposibles. Como
dice mi amigo Pablo, “este año, a ponerse fuertes”.
El Muro Techo, un sitio único para mi reencuentro con el
parabolt.
tu yes fuerte por genética Diego....Llama que te pongo unos deberines....
ResponderEliminarBro, las rentas de años de escalar intensamente se me están acabando ya, ahora me toca currar otra vez... ando flojo como nunca.
EliminarLista de deberes tengo una buena ya, pero se agradecen recomendaciones de vías guapas
un saludo máquina!