Martes 29 Noviembre 2011
Steve House, Eva House y Martín Moriyón
Picu Urriellu (2519 m), Cara Este, "Amistad con el Diablo" 350 m, V+
Verano 2011. Cumbre del Mera Peak (6476 m), Nepal. Este fue el sitio escogido por Steve para pedirle a Eva que se casara con él. Sacó de la chaqueta el anillo, que había comprado de estrangis en el aeropuerto de Nueva Delhi, y se arrodilló como mandan las tradiciones americanas. "No tuve opción" nos dice Eva, "Toda la ascensión fue muy fácil, nada técnico, a excepción de una travesía final para llegar a la cumbre, muy aérea. Sólo llevaba un bastón de esquí y Steve me aseguraba. Si no le digo que sí quiero, ¡a ver cómo bajaba de allí!" "Todo había sido planeado en detalle para que no tuviera escapatoria" confirma Steve. Se partían de risa contándonoslo. Bajábamos camino de Pandébano, con las últimas luces del día, después de disfrutar de una estupenda jornada de montaña.
Cuando hace un par de meses recibí la llamada de Alejandro, fue una sorpresa. Por un lado me encantaba poder conocer y escalar con un tío como Steve House, en mi "topfive" desde hace años. Por otro lado, lo de traducir su proyección me daba respeto, no tanto por entenderle y traducir simultáneamente (que también, claro), como por el hecho de hacerlo delante de un teatro Jovellanos lleno, osea, delante de quinientas y pico personas. Una tarde en el curro, me suena el móvil, era Steve, me llamaba desde Austria por cuenta de Alejandro para convencerme. No hizo falta más, su inglés es muy claro, su pronunciación muy fácil de seguir.
El domingo los fuimos a recoger al aeropuerto, y desde el minuto uno nos parecieron muy majos, tanto él como ella, cercanos, sencillos. Esa tarde paseamos por Gijón, puerto deportivo, Cimadevilla, plaza Mayor... Tomando un café repasamos la proyección en el portátil y después yo me fui a casa. Alejandro los llevó a cenar al Playu, un sitio popular de comida excelente que les encantó.
El lunes yo trabajo, pero Martín los acompaña a escalar: acertadamente escoge Quirós, un sitio histórico a parte de muy guapo. Los sectores del Ventolín y la Candela les hicieron afinar los movimientos sobre las gotas de agua, siempre con vistas al valle, al Aramo, al embalse, a Peña Rueda.
La clásica danza de Quirós |
La hora y tres cuartos de proyección se me pasó volando. Salvo algún momento en el que tuve que improvisar un poco, la traducción creo que fue bien, y por las risas del público, conseguí transmitir las bromas, y las ironías de Steve. Seguro que también había mucha gente que lo entendía a él directamente.
En el tiempo de preguntas al final, no previsto inicialmente, Steve respondió al público dejando clara su opinión respecto a las expediciones comerciales o al oxígeno artificial en los ochomiles.
Cuando se desalojó el teatro, después de sacarse unas fotos, estrechar manos y firmar algún autógrafo, nos fuimos a cenar al barrio del Carmen. Los excelentes pescados de El Candil nos dejaron a todos el buen gusto de la comida tradicional: Alejandro ha escogido bien y se lo agradecemos: no dejamos ni las migas. No obstante, retiramos pronto, al día siguiente íbamos a madrugar bastante y ya eran casi las doce.
Seis de la mañana, café rápido, recojo a Martín y nos vamos hasta el hotel a por Steve y Eva, que se acomodan en el coche con pocas palabras, hay sueño. Arrancamos autopista alante.
El destino ya está escogido, pero tuvo su reflexión. Era importante que fuese un sitio bonito, que les dejase buena impresión de nuestras montañas. A la vez debería ser significativo, histórico. También quería que la vía escogida fuera de calidad. Por último, estaba el factor de las condiciones, las meteorológicas y las de nieve: a finales de noviembre en Picos todo suele estar blanco, mojado, y frío.
Este año apenas ha nevado aún, y para el martes daban buena previsión, así que podíamos plantearnos subir a escalar sin botas ni piolets, que es como Steve y Eva habían venido, y como Martín y yo nos habíamos equipado en solidaridad. Con todo esto en la cabeza, optamos por Urriellu, y dentro de Urriellu la Este, y dentro de la Este la "Amistad con el Diablo". La vía de 1980 de Iñiguez y Marín es una cinco estrellas por su trazado, su elegancia, su escueto equipamiento, la calidad de su roca y por su historia. Ni a Martín ni a mí se nos ocurrió mejor opción (y no nos defraudó).
Llegamos a Arenas con el termómetro por debajo de los diez grados. Eva prefiere dormir mientras nosotros vamos a desayunar. Pronto volvemos al coche y subimos hasta Pandébano, donde nuestro coche es el único junto con otro.
Estudiamos el material a subir y cogemos, para cada cordada, unas ocho o diez expres, largas en su mayoría, un juego de friends, uno de fisureros y unas cintas largas. Vamos con una cuerda de 9.2 mm simple: rapelaremos juntos. Les prestamos cascos, guantes y bastones de esquí. También una mochila pequeña.
A las nueve menos diez estamos empezando a remontar los prados helados hacia el collado. Steve y Eva llevan las mismas zapatillas con las que estaban ayer en la proyección, no han traído nada más. No quieren sudar demasiado ya que llevan camisetas de algodón, pero aún así subimos rápido. Vamos hablando sin parar: Martín y yo preguntando de todo, de distintos sitios, vías, estrategias, de todos. Steve responde en detalle. Los dos van comentando lo guapo del paisaje.
A las nueve menos diez estamos empezando a remontar los prados helados hacia el collado. Steve y Eva llevan las mismas zapatillas con las que estaban ayer en la proyección, no han traído nada más. No quieren sudar demasiado ya que llevan camisetas de algodón, pero aún así subimos rápido. Vamos hablando sin parar: Martín y yo preguntando de todo, de distintos sitios, vías, estrategias, de todos. Steve responde en detalle. Los dos van comentando lo guapo del paisaje.
De Vallejo para arriba el viento es fuerte y frío. La vista de la nieve nos hace dudar de si podremos conseguir nuestro objetivo.
Llevamos menos de dos horas cuando, a punto de coronar la canal de la Celada, paramos a abrigarnos y comer algo. Desde aquí para arriba, la nieve dura domina el paisaje: estamos claramente al límite de lo recomendable con nuestro calzado, sin piolets ni pinchos.
Llevamos menos de dos horas cuando, a punto de coronar la canal de la Celada, paramos a abrigarnos y comer algo. Desde aquí para arriba, la nieve dura domina el paisaje: estamos claramente al límite de lo recomendable con nuestro calzado, sin piolets ni pinchos.
En el pie de vía le paso la guía a Steve, que irá delante disfrutando el descubrimiento a vista. En el momento de empezar a escalar está frío, pero al sol y cuando amaina el viento, se está muy bien. Aún así, ellos van con el plumífero puesto, y nosotros con la chupa, y a ratos hasta con la capucha.
Largos 2 y 3: Steve los empalma. Detrás sale Eva, luego tiro yo y me sigue Martin. Sesenta y pico metros de calidad total.
Largos 4 y 5, Steve los vuelve a empalmar. Casi setenta metros buenísimos. Damos algo de margen a Eva y sale Martín. En las reuniones te quedas frío: se ven guantes puestos.
Largo 6, Steve lo estira más allá de la reunión oficial, que no ve por estar medio tapada entre la nieve, y la monta sobre friends unos ocho metros por encima. Yo me paro en la reunión, al saber dónde está, voy a tiro fijo. Empieza a haber bastante nieve y el sol ya nos abandona. El frío aumenta.
Una caliza difícil de mejorar |
Largo 6, Steve lo estira más allá de la reunión oficial, que no ve por estar medio tapada entre la nieve, y la monta sobre friends unos ocho metros por encima. Yo me paro en la reunión, al saber dónde está, voy a tiro fijo. Empieza a haber bastante nieve y el sol ya nos abandona. El frío aumenta.
Largo 7, hasta debajo del Rompetobillos. Nieve por todas partes, para evitarla hay que moverse bastante. Tapa las fisuras y el fondo de los diedros. El ambiente es muy alpino. Martín va lento esperando a que Eva lo complete. Cuando llego yo a la reunión estoy helado y le pido a Martín que tire delante.
Largo 8, el Rompetobillos. Tiene un montón de nieve justo encima del paso clave. Cuesta encontrar las presas y los emplazamientos de los seguros. Martín resuelve sin problemas.
Al poco rato estamos todos juntos al sol del Anfiteatro: protegidos del viento la cosa cambia. Dejamos las cuerdas y el material y salimos para la cumbre. El ambiente está espectacular, la arista y la cumbre nevadas. Sacamos las clásicas fotos de recuerdo.
Todos estamos contentos: la actividad ha sido preciosa. Sin los yankees yo ya estaría encantado, pero estando además con ellos, simplemente ha sido perfecto. Un poco más de nieve y no pasamos (o las habríamos pasado de a kilo).
Todos estamos contentos: la actividad ha sido preciosa. Sin los yankees yo ya estaría encantado, pero estando además con ellos, simplemente ha sido perfecto. Un poco más de nieve y no pasamos (o las habríamos pasado de a kilo).
Destrepe y rápeles sin problemas, y nos plantamos en la base rápidamente. Recogemos las pocas cosas que habían quedado en el pie de vía y salimos para abajo de vuelta a la civilización.
El ritmo vivo de Steve nos marca el paso. Vamos otra vez hablando sin parar de montañas, de vías, de países, pero también de estilos de vida, de las diferencias entre América y Europa, de mil cosas. Antes de la Terenosa sacamos una frontal para Eva, que nos ayuda a todos en esta parte final del camino. Al llegar al coche miro la hora: diez horas desde que empezamos esta mañana. Diez minutos más tarde empieza a llover: hemos tenido mucha suerte.
El Gallo currando como el que más |
Tomando una cerveza en Arenas, aprovecho para sacar el libro y que Steve me lo firme:
"The simpler you make things, the richer the experience becomes"
Esta frase es parte de la dedicatoria que me escribe. También está en las camisetas que traía para vender. Claramente es su filosofía de vida: cuanto más simples haces las cosas, mejor es la experiencia.
Los dejamos en el hotel y nos vamos a casa. Al día siguiente y el resto de la semana hasta el domingo (habían cambiado el billete de vuelta del miércoles al domingo), irán con Martín a escalar, a pesar del mal tiempo, el jueves a Poo junto con Fer, y el sábado a Muro Techo. El gallo se hace algún 7b a vista. Lo pasan fenomenal.
El viernes por la tarde quedamos para tomar una cerveza y conocen a Paula y a Javi. Nos preguntan por cosas como los horarios de nuestros trabajos, los de las guarderías, por cómo nos arreglamos... Desde que llegamos Steve juega con el niño sin parar. Nos despedimos con un abrazo.
Apretando en Poo |
Ha sido un verdadero placer conocerlos. Una vez más confirmo que la gente que llega a la excelencia, no importa en qué disciplina de la vida, tienen virtudes en muchas otras cosas a parte de aquellas que les dan la fama.
Espero que vuelvan por Picos y nos volvamos a ver.
Con Martín, como siempre, un placer. Muchas de las fotos son suyas.
Me viene ahora un recuerdo para Bus, que impulsó la Semana de Montaña de Gijón durante tantos años, y que ahora otros mantienen con tan alto nivel.
6:30 h salimos de Gijón
8:00 h desayuno Arenas
8:50 h empezamos a andar en Pandébano
11:15 h pie de vía
11:30 h empezamos a escalar
15:50 h cumbre Picu
16:45 h pie de vía
18:50 h en el coche en Pandébano
21:00 h Gijón
Grande, Diego.
ResponderEliminarUn día de los buenos.
Me alegra leer y participar en esta buena historia,
hablaremos para 2012...
Qué puedo decir después de una jornada como la del Picu y de una semana como la pasada! Una semana con el alpinista que más admiro desde hace unos años, alguien que me motiva y me inspira cada vez que me pongo la mochila!
ResponderEliminarComo bien dices Diego, las virtudes que posee en la montaña, trascienden a los demás aspectos de la vida. De ahí su matrimonio con Eva, alguien que refleja y se ajusta como anillo al dedo a esas virtudes descritas.
Nos llevamos un magnífico recuerdo y una buena amistad. Habrá que ir a Colorado!!
Como siempre, un gran relato y un compañero de cordada más afín cada día. Gracias!
En mi libro, acaba su dedicatoria con un,"Go simply, climb well"
Pues eso...
que sensación de disfrutar de la montaña y la compañía transmites...cuánto más sencillo mejor.
ResponderEliminarGracias amigos.
ResponderEliminarDesde luego fue un día de los que hacen afición en todos los sentidos. Difícil que se me olvide.
Curioso,
ResponderEliminara veces no nos vemos y contactamos por el blog. En esta ocasión primero escalamos el sábado y ahora Lunes te leo...un placer leerte y una identificación con lo que trasmietes al escribir.
Estamos en contacto
Tremendisimo privilegio...al de los House, me refiero, por supuesto.
ResponderEliminarGracias de nuevo por contarlo, y por la manera en que lo haces.
Brojos, el sábado en Entrecampos fue estupendo, cuánta calidad, hay que repetir. Un saludo
ResponderEliminarJorgín, los House fueron afortunados con el día espectacular que disfrutamos, y nosotros con ellos! Un abrazo
ResponderEliminarMuy bueno Diego. Sin duda una recompensa merecida.
ResponderEliminarGracias Mon, un saludo
ResponderEliminarDieguín,
ResponderEliminarSiempre a la espera de la siguiente entrada, y esta ha sido una de las buenas.
Habeis tenido que disfrutar como verderones de la experiencia, y estoy seguro que los Yankees se quedaron prendados con el Paraíso Natural.
Una vez más la envidia me corroe...
Un abrazo
David, efectivamente, toda una experiencia. Lo disfrutamos un montón. A ver si coincidimos ahora en fin de año, un abrazo para las Germanias
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