LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
DONDE ESCALAR, ESQUIAR, PEDALEAR, CORRER, CAMINAR...
DONDE LOS AMIGOS, EL ESTILO Y LAS FORMAS CUENTAN, Y MUCHO

martes, 14 de marzo de 2017

Entreno vespertino en Ubiña

Viernes 10 Marzo 2017
Peña Ubiña (2.417 m) por la arista Este, Solo


Una y media de la tarde, apago el ordenador y salgo de la oficina: una bofetada de calor me pega en la cara. Con casi dos semanas de invierno por delante, la sensación es de verano. Conduciendo, en Mieres el coche marca 28º. Increíble. Y yo con los crampones en la mochila…
A las dos y media ya me he cambiado en el aparcamiento de Tuiza. Aquí está más fresco, sólo hay 23º… Madre mía. Insisto en meter los pinchos, que nunca se sabe. En la mochila forro, chupa, guantes, polainas, piolet y crampones. Yo salgo en camiseta y pantalón arremangados. Menos mal que he traído las botas de verano.
Camino del  Meicín cruzo varias personas que vienen de bajada. Mucho más normal su horario que el mío, subiendo a estas horas. A las tres estoy en el refugio cogiendo agua. No hay mucha nieve, pero sí tiene más o menos continuidad desde pronto en la vertiente noreste. Salgo hacia el valle de Covarrubias con intención de intentar coger la sombra lo antes posible. Buscar sombra en marzo. Manda narices.
En la soledad propia de mi horario abro huella en nieve húmeda, aunque bastante portante. No obstante, me he puesto las polainas para no acabar empapado. Buscando la sombra, confiando que la nieve esté mejor, he ido derivando hacia la izquierda en las palas bajo el Cueto les Cabres. Aquí, bajo sus paredes, el blanco ya domina totalmente y llego a echar de menos los crampones en un buen tramo. Bien, pienso para mí mientras regulo la respiración, quizá tengamos suerte.


Al asomarme a la Norte, mientras descanso, echo un rato intentando identificar las líneas clásicas o las más nuevas (Fendas e Ferralla). Viendo cómo está la nieve, seguramente me podría subir por la norte clásica asturiana sin problemas. Me lo pienso, pero luego veo el sol asomando ya en la arista y recuerdo el pequeño resalte final. Mal sitio para cogerlo en condiciones precarias: a ver quién es el guapo que decide recular allí arriba sin darle un tiento…
Para evitar tentaciones derivo hacia la senda de les Merines, camino del pie de la arista Este.
Una vez llego a la comba de la arista Este, paro a ponerme los crampones y saco el piolet. Son las 4 y cuarto. Desde aquí tengo que trepar más y es mucho más entretenido. Enlazo pequeños corredores con resaltes de caliza de calidad, con pequeñas campas de nieve más tumbadas. Hay algo de huella vieja, desdibujada.


Poco a poco, la cosa va cogiendo más ambiente, siendo siempre muy fácil. En un momento dado, justo en un tramo más aéreo sobre roca, con buena caída hacia ambas vertientes, veo salir por el cielo un parapente que ha despegado de la cima. Seguramente la última persona que quedaba por encima de mí en todo el macizo: son casi las cinco de la tarde.


Como siempre en estas situaciones, me obligo a ser consciente de lo que hago, de la exposición de la situación (aunque sea fácil). Sigo disfrutando la trepada y al cabo de un rato, saliendo de una travesía bajo bloques, por fin veo la cumbre y el vértice geodésico.


Cuando llego son las cinco y cuarto. En la luz dorada de la tarde, tiro unas pocas fotos que, como siempre, no consiguen captar la belleza y grandeza del paisaje que me rodea.
Saco un bastón de la mochila y arranco por las huellas de la normal dirección al collado de Terreros. La nieve sigue estando sorprendentemente bien y apenas me hundo nada. En un rato alcanzo las combas que llevan al collado, y desde aquí, aprovechando los neveros, enfoco hacia el refugio.


En el Meicín paro a quitar las polainas y el forro. Me saludan Ur y unos cuantos perros más, con ganas de cariño. Dentro del refugio oigo rumores de voces.
Sigo para abajo y llego al coche a las seis y media pasadas.


El coche sigue marcando 22º. Como no enfríe y entre un temporal, se nos va la nieve mucho antes de tiempo.
Currar la mañana y aprovechar la tarde de crampones y piolet, escalando un rato en mixtos fáciles, haciendo una cumbre de 2400 m y disfrutando de la montaña entera para mí… Impagable.


Por otro lado, una buena sesión de entrenamiento: me duraron las agujetas hasta el lunes.

Tuiza 14:30 h
Pie de vía 16:20 h
Cumbre Ubiña 17:15 h
Tuiza 18:40 h

4 comentarios:

  1. Los viernes al monte...y bien aprovechaos!!

    Nando

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mañana igual voy a las Xanas con los guajes, que no tienen cole!

      Eliminar
  2. A veces es necesaerio salir con uno mismo!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es Xosé, sobre todo cuando no hay compañero disponible! Salud!

      Eliminar