Sábado 7 noviembre 2015
Juan y Juaco Piñera
Picu Urriellu (2.519 m), Cara Este,
Cepeda (350 m, V+/6a)
Ya estamos en noviembre, pero el
tiempo aún parece de finales de verano. La previsión para el fin de semana hablaba
de temperaturas altas, cielos despejados y sin viento. Para escalar en roca en
los Picos no se puede pedir más en esta época del año.
Este año no había subido al Picu. Y
no estoy seguro, pero quizá el pasado tampoco. Para allá nos fuimos.
Unos años antes en estas mismas
fechas, Martín y yo habíamos escalado la cara Este del
Picu con Steve House y con su mujer Eva. Cuando aquel día hicimos “Amistad con
el Diablo”, las condiciones eran más propias del mes: nieve en la aproximación,
nieve en las repisas, en las fisuras y en la arista somital. Fue sin duda un
día mágico, tanto por la compañía (¡cómo no!) como por las condiciones que
cogimos.
Hoy habíamos quedado para cerrar la
temporada de roca en el monte escalando alguna vía clásica de la cara Este:
traíamos en mente la Nani o la Cepeda, ambas muy clásicas y fáciles.
Salimos de Pandébano a las ocho de
la mañana en camiseta. Increíble. Íbamos a la vez que varios grupos que, por
sus mochilas, parecía que iban a caminar. Charlando fuimos remontando ese
camino tantas veces recorrido. En dos horas estábamos coronando la Celada.
El día estaba realmente tremendo:
una visibilidad espectacular, atmósfera en calma y apenas nadie.
En los últimos pasos de llambrias antes
del hombro di alcance a la pareja que teníamos delante hace rato: era Erik
Pérez con un cliente. Comentamos lo buenísimo del día que estábamos
disfrutando. Ellos iban para la Sur: en ese momento fue cuando me decidí a
tirar a por la Cepeda.
Conozco a Erik hace muchos años: me
preguntaba cuántas veces habrá escalado el Picu él, guía profesional desde hace
décadas.
La Cepeda es la vía más transitada
de la cara Este del Picu. Fue su primer trazado allá por el año 1955, veinte
años antes de que yo naciera, por unos audaces Aldecoa, Cepeda y Udaondo. Es
una vía de grado moderado, lógica en general, que busca los puntos flacos de la
pared.
Normalmente, en los fines de semana
de los meses de temporada alta suele haber siempre varias cordadas metidas desde
primera hora. Hoy no había nadie en toda la cara Este excepto una pareja ya en
el tercer largo de la “Amistad con el Diablo”. Está claro que debíamos
aprovechar esta oportunidad de escalar esta clásica, hoy entera para nosotros.
La vía no es nueva para ninguno de
los tres, pero a la vez, habían pasado muchos años desde que la habíamos
escalado. En mi caso quizá más de quince.
Empezamos a escalar a las diez y
media de la mañana y en camiseta, yo de manga corta (ojito).
La escalada en sus tres primeros largos
es de corte clásico:estos van asociados a la característica Y griega,
referencia clara de la pared.
En el cuarto largo, que navega por
muros más abiertos y tiene pasos menos clásicos, llego a dudar si me habré
salido de la vía cuando ya a bastantes metros de mis amigos, en un evidente
nicho, no veía los dos clavos que hacen reunión... Ya estaba montando el relevo
con Friends cuando vi los pitones que tenía delante de la jeta. Noto la falta
de forma en detalles como este (además de la flojera).
Después de este punto la vía vuelve
a la lógica de diedros y viras, derivando hacia la izquierda. Ya estamos a la
sombra y sin embargo seguimos los tres en camiseta.
Escalada cantábrica, con vistas al mar |
Llegamos a la última tirada para
salir hacia el Anfiteatro. Nos queda el famoso paso del “rompetobillos”. El
paso en sí, donde ha habido bastantes accidentes a lo largo de los años, tiene
un spit que lo protege razonablemente. La roca aquí está algo pulida.
Después de unas buenas risas en el
paso del agujero, que a los tres nos parece más estrecho de lo que
recordábamos, nos desencordamos y dejamos las cuerdas y el fierro en la terraza
del primer rápel.
Son las dos y media. Hemos tardado
cuatro horas en la vía, vamos cumpliendo los horarios parciales que yo me había
marcado mentalmente para no tener problemas de luz.
Hemos disfrutado la escalada: la
vía muy elegante, de equipamiento escueto pero que se deja proteger muy bien.
Traíamos además la referencia más actualizada posible: la guía “Escalada libre
en el Picu Urriellu” de mi amigo Alberto Boza, con buenas fotos y concisas
descripciones que te detallan largo a largo.
Son pocos los trastos necesarios para nuestro disfrute |
A las tres nos juntamos en la
cumbre con la pareja de la “Amistad”, que han hecho los largos de arista desde
el agujero. Muy majos. Él, de Bilbao, es guía del Valle de Tena: se llama Fede
San Sebastián. Charlando llegamos a clientes suyos de Gijón que son amigos
nuestros. También conoce a Fer, a Nano, a Martín… El mundo es un pañuelo. La
visibilidad hoy es tremenda a los 360 grados: se ve desde Santander hasta Cabo
Peñas. Después de unas fotos y comer y beber, nos despedimos camino de los
rápeles.
Bajamos de forma muy rápida y
eficiente. Antes de las cuatro de la tarde estoy en el suelo. Mientras rapelan
los hermanos me acerco a nuestro pie de vía a recoger la mochila que habíamos
dejado.
Aún en camiseta empezamos a caminar
canal abajo, ya de vuelta a casa.
En la arista, infinitos perfiles se recortan |
Llegamos al coche hacia las seis y
cuarto, con las últimas luces. Noto los dedos de los pies un poco machacados:
hoy estreno botas ligeras (Scarpa Rebel Lite GTX, alucinantes) y no sé si me
habré quedado algo corto en media talla, o será la falta de costumbre… espero
sea lo segundo.
Una cerveza en Arenas para
rehidratar.
Gran día de montaña.
Llego a casa a tiempo para dar de
cenar a los jabatos. Perfecto.
Gijón 6:00 h
Pandébano 8:00 h
Inicio escalada 10:30 h
Fin escalada 14:30 h
Cumbre 15:00 h
Pie rápeles 16:00 h
Pandébano 18:15 h
Gijón 21:00 h
No hay comentarios:
Publicar un comentario