El cielo de las últimas semanas nos tiene en el dique
seco.
Tiene bemoles la expresión de estar en el dique seco con
la que está cayendo de agua. Las alternativas de actividad con el tiempo libre
restringido a los fines de semana se reducen bastante: si bien ha habido sol algunos
días sueltos, casi todos los he visto desde la ventana de la oficina.
En este tiempo (que espero ya vaya concluyendo) he
aprovechado para entrenar un poco y para las únicas opciones de aire libre que me
parecían merecer la pena: el búlder en la playa los pocos días secos y la bicicleta de montaña por los alrededores de casa.
Secuencia de magnesios en la travesía clásica del Piles |
Con la bicicleta ni siquiera me he aventurado más lejos, porque aunque la btt se deja hacer
aunque te llueva algo encima, la cota de nieve en torno a los mil metros que
hemos tenido muchos días, no invitaba a acercarse a la cordillera.
Las salidas han sido variadas en destinos, en horarios y en
compañía. Así el Picu Sol acompañado y solo (con pérdida boscoso-exploratoria
incluida), las pistas de la zona de La Ñora, el Fario por Caldones o por
Rioseco y Cuatrojueces, también acompañado y solo. Entre una hora y media unos
días y casi cuatro otros. Unos veces volví a casa pingando, otras pocas seco, y
la mayoría con un tapizado de barro de los que generan gritos al entrar en
casa, y no de júbilo precisamente…
Fue una de estas ocasiones, el pasado domingo, cuando nos
juntamos Nando, Brojos y yo. No nos vemos muy a menudo, pero el conocerse desde
hace bastantes años hace que la confianza de trato sea inmediata. Nos miramos
de arriba abajo y nos felicitamos de seguir tan bien como siempre.
El recorrido planteado, un clásico: hasta Deva por la
senda Peñafrancia, subida a la Olla por el camping, a Monte Deva por el
cementerio, valle de Rioseco hasta el fondo, subida a la peña Cuatrojueces y de
ahí al Fario, para bajar luego por el bosque de pinos, la Llomba, Santurio,
Vega y vuelta a Viesques por la senda junto al río.
La Peña de los Cuatro Jueces |
En total unos 37 km aproximadamente, más del 90% sobre
tierra, con un desnivel positivo cercano a
los 700 metros y el acumulado ligeramente superior. Tres horas y media.
El cielo aguantó azul la mañana, la luz aún mantiene esa
nitidez invernal a pesar de lo entrado de la estación, y nos encontramos menos
barro de lo que esperaba.
Saboreamos el espectacular paisaje con los cinco sentidos
(a veces de forma explícita, con el barro en la boca…): todo un lujo junto a
casa.
Sin ser ciclistas dedicados ni mucho menos, disfrutamos
igualmente de las sensaciones.
Lo mejor del día las conversaciones variadas (cuando la
cuesta lo permitía), las pullas intercambiadas (estas se sueltan incluso con el
hígado escapando por la boca), el cachondeo y buen ambiente compartido. Pero sobre
todo, la conclusión recordada por Brojos y con la que comulgábamos los tres: la
importancia de la actitud con la que nos enfrentamos cada día a las cosas.
Cuánto cambia todo (para mejor) si nos aproximamos desde
el lado positivo. Conviene recordarlo para no ahogarnos en un vaso de agua, o
para que al menos, la lucha sea más llevadera.
En la vida, casi siempre cuenta más la Actitud con C que
la Aptitud con P.
Alto, rápido y ligero es una actitud con C para aptos con P. Vaya este juego de palabras en homenaje a los chicos del CODEMA...Como siempre: prestó un montón. Nos vemos
ResponderEliminarAmigo, lo primero es declaración de intenciones, y de la C que no falte porque lo de la P ya está más complicado... lo mismo, un placer!
ResponderEliminar...vaya par...de filosofomontañerobikers...jaja...
Eliminarpasamoslo bien , como siempre..ye fácil y natural...en buena compañia y con buenos objetivos..
Nos volveremos a ver!!
Nando.
Gran ruta q me trae muy buenos recuerdos y gran frase para cerrar el post. No puedo estar más deacuerdo. Un placer volver por tu blog a leerte y enhorabuena a la family!!! Un abrazo
ResponderEliminarGracias Olay, yo también te leo en tus escapadas por Grand Montets o Courmayer, pasada de sitios pa esquiar!
ResponderEliminarUn abrazo