LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
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jueves, 7 de noviembre de 2013

“Training for the New Alpinism, a Manual for the climber as athlete”

Aún no está disponible.  Lo estará a partir de Febrero o Marzo. Estaré atento para encargar un ejemplar tan pronto se pueda.
El primer libro de Steve House, "Beyond the mountain", Más allá de la montaña, es un libro autobiográfico en el que narra en primera persona sus experiencias en la montaña a lo largo de la vida, desde sus primeros pasos hasta sus últimas expediciones. Momentos de triunfo y de alegría, otros de miedo e inquietud. Momentos de fracaso o de desorientación vital. Todo contado con un lenguaje directo y sin rodeos, pero detallista y preciso.
Sin duda es uno de los mejores libros de montaña que yo haya leído hasta la fecha. Lástima que no haya edición en castellano.
Ahora, junto con Scott Johnston, ha escrito un segundo libro:



Entrenamiento para el nuevo Alpinismo, un manual para el escalador como atleta. Tal y como su nombre indica, es un manual orientado al entrenamiento para el Alpinismo Moderno. Cuando Martín y yo tuvimos el privilegio de compartir unos días con él y su mujer Eva, Steve ya nos había comentado las muchas consultas que recibía relativas a entrenamiento (nosotros también le preguntamos a saco claro). De hecho, en su web antes tenía un link a un blog de entrenamiento, donde daba pautas de sus rutinas. Se ve que ahora lo ha plasmado en un libro.


Hoy día, “Alpinismo Extremo, cómo escalar Alto, Rápido y Ligero”, el libro de 1999 de Mark Twight es la biblia para muchos alpinistas, de todas partes y niveles. Sin haberlo siquiera ojeado, me da que este próximo libro de Steve House se va a convertir también en una biblia, o un Nuevo Testamento para los mismos.
Es el mismo Mark Twight, colega de Steve, quien escribe el prólogo de su nuevo libro, que dice (aproximadamente) así:

El borde del mapa
Me considero un miembro fundador de la primera generación de escaladores de alpinismo que entrenaron intencionadamente usando medios artificiales.
Para mí, el entrenamiento nació del fracaso. Cuando fracasaba (y eso me pasaba muchas veces) era porque la ambición superaba a la habilidad. Frecuentemente estreché esa falta de habilidad a motivos puramente físicos, así que decidí hacer algo al respecto. Persiguiendo la primera parte de la consigna de Brian Eno, me empujé a mí mismo hasta “los límites más extremos” y coseché recompensas, pero me llevó años completar la segunda parte la consigna, que es “retirarse a una posición más útil”.
Mi aproximación al entrenamiento recuerda mucho a mi forma de escalar. El romanticismo de la escalada no me interesaba. Yo no perseguía arpas ni alas. Allí arriba no escuchaba ópera. Muy al contrario, las montañas tienen dientes. Ese filo dentado que recorremos allí arriba  me agarró por la garganta, a mí y a mis amigos y compañeros. Cogí esa indiferencia de las montañas por la vida y por la agresión, e intenté pelear. Me hice una armadura contra esa indiferencia a base de entrenamiento, de análisis y de actitud. Entrené con amigos que compartían una estrategia similar. Nuestro mantra era oscuro, pero nos motivaba.
Cuando corríamos, respirábamos al ritmo (sin importar la velocidad), y ese ritmo tenía letra: “todos ellos murieron”. Inhalábamos y exhalábamos las grandes gestas alpinas, como la que sufrió la cordada de Walter Bonatti en el pilar Freney*, para empujarnos a nosotros mismos hasta un punto en el que nunca nos fuéramos a quedar cortos, físicamente.

*Otro buen libro, lectura obligada de una gran épica alpina: “Freney 1961”, de Marco. A. Ferrari

Me encanta la foto de Mark al lado del prólogo, saliendo del vivac del Col de la Fourche: creo que es por el simple hecho de haber pasado por ahí también.
Está claro que esta gente es la élite y se mueve en niveles muy altos, muy dedicados y profesionales. Sin embargo, de sus experiencias sé que puedo extraer aprendizajes para mis escaladas de andar por casa. Eso es lo que pretendo (además de flipar con sus maneras).

La cosa promete…

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