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lunes, 11 de agosto de 2025

Jean Christophe Lafaille

La visita periódica a la web de Desnivel es para mí obligada. Mantener todo el tiempo noticias o artículos de interés es imposible, pero en ocasiones te trae cosas que son simplemente fantásticas. Como el relato de supervivencia de Jean Christophe Lafaille que publica en estos días. Y es este relato, de lectura apasionante, que me trae recuerdos personales que me transportan a Chamonix.


Chamonix es la Meca europea del alpinismo. Por múltiples motivos. Siendo así, y gracias a mis numerosas visitas, a lo largo de los años he tenido algunos encuentros con alpinistas míticos, a continuación recuerdo algunos:

Julio 2002. Encuentro por la calle.  

Paseo vespertino en jornada de descanso entre escaladas. De repente giras una esquina de una calle secundaria y te encuentras de frente con esa melena salvaje y esa mirada inconfundible. Durante años yo llevaba fotos suyas en la carpeta del colegio… Codazos entre nosotros, pardillos, ella se da cuenta y nos sonríe amable de vuelta: es la gran Catherine Destivelle…

Junio 2003. Encuentro en la gité.  

Estamos en la gité echando la tarde, preparando la cena y rematando mochilas para el día siguiente. Estamos contentos, hemos bajado de hacer el espolón Frendo y hacemos planes para intentar las Petites Jorases. Compartimos mesa con un grupo de vascos. Vienen de hacer la Bionnassay. Entre ellos, el veterano y tremendamente amable Pedro Udaondo. Le brillan los ojos hablando de su escalada. Nos pregunta por la nuestra con interés. Qué gran paisano, pura historia de nuestra montaña…

Julio 2004. Encuentro en un refugio.  

Estamos en el antiguo refugio Alberto I. El tiempo es inestable y la previsión dudosa, pero al día siguiente vamos a intentar el Espolón Migot. Estamos Javi y yo en el comedor que aún es a la antigua usanza, y puedes cocinar con tu hornillo. Allí a nuestro lado, al otro lado de la mesa, con dos clientes puretas que charlan con él, mientras manipula el cacharro de sopa caliente con unos guantes mil veces remendados, nos sonríe amable y campechano su eminencia el gran Patrick Gabarrou. Solo nos falta hacerle reverencias…

Año indeterminado. Encuentro en Snell.  

De aquella las tiendas de montaña en España no tenían todo el surtido. Era más fácil (aunque también más caro) encontrar lo que buscabas allí. Aquí hay varias tiendas buenas, pero Snell es la más grande. A veces vas a por algo olvidado en casa, o perdido en el monte. En este caso, allí estaba Javi probando un modelo de botas ligeras de LaSportiva sentado en el banco, y yo alrededor trasteando sin intención de comprar nada. Cuando nos fijamos en que a su lado, también sentado y probando botas estaba un tipo discreto, pequeño, rizoso, delgado, enjuto (todos estos adjetivos también valen para Javi), pero que para nosotros es totalmente inconfundible: se trata de alguien que de aquella ya era muy conocido, con un historial apabullante: el máquina de Jean Christophe Lafaille…

Lafaille. No he leído su libro, pero gracias a Desnivel, me lo apunto en la lista. Además también esta lectura me ha hecho acordarme de Javi y mandarle un saludo, que hace mucho que no nos vemos.


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