1 mayo 2025
Pico Aneto (3.404 m) en esquíes. Con Rafa Belde
El plan inicial era venir con Nando, pero la previsión meteorológica empeoraba hacia el fin de semana, y un encuentro casual con Rafa días antes hizo que adelantáramos el viaje al día 30. Nando no podía por agenda de trabajo.
Estábamos arriesgando bastante porque las probabilidades de que se torciera el cielo eran muy altas.
Aunque el plan era vivaquear en la Besurta, por el camino, mientras recorremos España, buscamos alojamiento en Benasque, con la gran suerte de una oferta en el hotel de Llanos del Hospital. Llegamos a las 12 de la noche.
Desayunamos a las 7 y salimos con el coche hacia la Besurta, pero no llegamos; está completa de coches. Nos quedamos a 1 km aproximadamente. Estamos preparándonos junto con otra gente bajo un cielo amenazador, cuando empieza primero a llover y luego a granizar. Son solo unos minutos, pero la sensación de que se puede ir todo al garete está muy presente...
Salimos caminando desde el coche de botas de esquí por la pista hacia la Besurta. Una vez allí ya arranca la nieve. Estupendo. El cielo ha aclarado algo cuando salimos foqueando hacia la Renclusa. Hay bastante gente pero sin agobios.
Una vez llegamos a la altura del refugio Rafa me comenta la opción de tirar hacia las Maladetas, pero consigo mantener el plan inicial.
La gran remontada hasta el Portillón Superior la hacemos tranquilos. Rafa me lleva a un ritmo que nos permite ir hablando. Se lo agradezco. El sol se abre paso entre las nubes, casi domina, aunque a ratos todavía nos envuelven. El paisaje es precioso.
Cuando llegamos al collado, a casi 2900 metros, llevamos ya remontados 1000 desde el coche. Para la bajada del collado me pongo los esquíes en la mochila y salgo piolet en mano. Voy delante yo. Hay más gente alrededor, en esquíes o caminando.
Aquí tenemos un episodio extraño; estamos juntos en el collado, ojo.
Yo tiro delante desde el collado, bajo la parte más empinada, es un momento apenas. Salgo del paso y ya me pongo las tablas y me voy foqueando muy tranquilo. Estiro hasta un collado romo a unos cientos de metros donde hay roca seca y me siento a esperarlo. Como algo y echo un trago. No llega. No lo veo. Pasan los minutos. Más minutos. No lo entiendo. Lo llamo. No hay red. Raro, no hay forma de despistarse aquí... Preocupado decido volver atrás a ver dónde anda. Aquí no hay donde esconderse... pues nada, llego de vuelta hasta el Portillón sin encontrarlo... le llamo como 30 veces al móvil sin respuesta. No doy crédito. Tras muchas dudas y bastante tiempo decido seguir hacia cumbre a ver si nos reencontramos. Manda huevos. Habré estado más de 40 minutos entre lo parado, volver al Portillón, y volver de nuevo al punto de espera...
Salgo ahora rápido sin apenas gente alrededor. Cojo ritmo y al final voy adelantando personal y cruzando algunos que ya vienen de bajada.
Ya estoy llegando al tramo final bajo la antecima cuando aparece Rafa de bajada.
Después de comentar el insólito episodio, con una explicación que sinceramente no entiendo, algo mosqueado le digo que yo sigo a cumbre. Él se pone de nuevo las pieles. Llego justo hasta la antecumbre en esquíes. Hay un buen grupo de gente celebrando la ascensión.
Muchos con esquíes, otros han subido caminando. Me llama la atención una niña de unos 7 años; ole por ella.
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Me estoy terminando de poner los pinchos para salir hacia el paso de Mahoma cuando llega Rafa. El ambiente es muy alpino, muy guapo, y esto relaja mi cabreo. Hay bastante gente pero la mayoría no salen a cumbre. Hacemos cima solos. Un abrazo. Fotos. Un lujo.
El día sigue con cielo variable, la nube entra y sale, pero ahora ya hemos podido cumplir el objetivo.
De vuelta a las tablas decido bajar caminando el primer tramo. Está buena la nieve pero por si acaso prefiero ir andando hasta donde lo vea más abierto. Ya puestos los esquíes bajo con cuidado. Hay mucho desnivel por delante y la nieve está regular (para mí al menos).
Rafa va delante y me va esperando cada pocos giros. Si siguiera a su aire me metería más de media hora...
Me tengo que parar a descansar cada poco. Las piernas no quieren retener. Lástima porque las palas son espectaculares.
Finalmente, tras la gran bajada y enlazar con el camino de Barrancs, todo sobre esquíes, apurando la nieve entre piedas el último tramo, llegamos al último colladito para bajar ya a los Llanos de Aigualluts.
Aquí Rafa decide exprimir un poco más el día subiendo al vecino Turón de Barrancs. Yo tiro para abajo ya contento con lo remontado hoy...
En los Llanos me tiro a comer y disfrutar de las vistas. Precioso ambiente.
Tablas a la mochila y a caminar el último tramo. Aún quedan casi 500 metros que perder... llego al coche y me relajo al sol, secando los pies y dando buena cuenta de más comida.
Casi veinte kilómetros. Unos 1.600 metros positivos y otros tantos negativos claro. Ocho horas y media.
Poco después aparece Rafa. Ha llegado cerca de la cumbre pretendida pero un último tramo de roca se lo impidió. Nos cambiamos, recogemos los trastos y bajamos a Benasque. Decidimos tirar a dormir a Vielsa para intentar al día siguiente otro monte por la zona de Piau Engaly o por el Neouvielle. Si el tiempo aguanta.
Cena estupenda en la plaza del ayuntamiento y a dormir como lirones.
Gran jornada de montaña. Con Rafa muy bien. Con episodios extraños. Como otras veces...