LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
DONDE ESCALAR, ESQUIAR, PEDALEAR, CORRER, CAMINAR...
DONDE LOS AMIGOS, EL ESTILO Y LAS FORMAS CUENTAN, Y MUCHO

jueves, 23 de diciembre de 2010

Detrás de casa

Domingo 19 Diciembre 2010

Los alrededores de Gijón son propicios para la bicicleta de montaña, justo detrás de mi casa empieza el parque fluvial, una alargada mancha verde con caminos de tierra pisada que llegan hasta La Camocha, y también la ruta del Peñafrancia, hacia Deva. La mañana del domingo aproveché para uno de mis recorridos favoritos: la subida al Fario. Dentro de las muchas opciones posibles, escojo la más rápida, ya que tengo poco más de dos horas disponibles: iré por Caldones y por el Bosque de Pinos, son casi setecientos metros de desnivel pasando por paisajes variados, con menos de un 10% de asfalto. No sé los kilómetros, nunca lo he medido y tampoco me preocupa.
Salgo de casa a las 10:40, con muy poca gente aún por el parque pedaleo abrigado siguiendo el curso del río hasta el cruce con la carretera de la Pola, aquí abandono el camino del parque para coger un carreteruca estrecha a la izquierda, que pronto se convierte en caleya, y que sube serpenteando hacia La Bombilla, Caldones, con algún tramo de plato pequeño sobre graba suelta. Las primeras rampas me hacen sufrir, pero poco a poco voy calentando y el chubasquero con el que salí de casa ya me sobra: aprovecho para quitarlo al parar a coger agua en el lavaderu habitual. Los meses sin coger la bici parece que se notan menos que con el correr o el escalar, aguanto mejor la forma: esto lo compruebo con las clásicas “cuestas test” en las que tengo controlados los desarrollos con los que me mido desde hace años y veo que, aunque sufra, consigo superarlas.

Voy dejando atrás las últimas caserías, donde los perros me ladran sin piedad,  llegando a los ocalitales del Monte Deva, en los que apenas entro para abandonarlos con dirección al Bosque de Pinos: Este es un cordal muy guapo que culmina en la cumbre del Fario y continúa en forma de herradura por Cuatro Jueces, rodeando el valle de Rioseco y separando a éste del vecino valle de Peón.

Para llegar a la cumbre aún hay que superar unos cuantos repechos fuertes, que tapizados de agujas, olor a resina y con la luz invernal, ofrecen un escenario muy guapo en el que sufrir apretando los pedales. Es importante mantener la concentración si se quieren “encadenar” estos tramos, a veces es igual de importante que tener la fuerza o la resistencia, el hecho de escoger bien el trazado entre los baches o las piedras, y ajustar la postura del cuerpo para que la rueda delantera no se levante y mantener el peso en la trasera asegurando tracción. Todo esto te mantiene entretenido para no escuchar los latidos del corazón saliendo por la boca, o el ardor de las piernas protestando.
Llego a la cima y miro la hora, son las 12:15: me ha llevado algo más de hora y media, está bien. Como siempre, me subo al vértice geodésico y tiro alguna foto.



Me abrigo de nuevo y arranco hacia abajo. Enlazo con dos chavales que empiezan a bajar ahora también: en toda la subida sólo encontré algún solitario caminando, pero ahora sí nos cruzamos con bastante gente subiendo en bicicleta (o empujándola en algunos casos). Saludos cordiales de ánimo. Me quedo solo de nuevo, estos tíos bajan demasiado fuerte para mí… A la 1:10, después de unos 45 minutos de bajada, estoy en el portal de casa, a tiempo para los siguientes compromisos, cansado pero contento.

2 comentarios:

  1. Buen relato del Fario BTT...(mira que había dicho que no iba a entrar....pero no te preocupes que me estoy quitando...). Yo he tenido la oportunidad de explorarlo en un par de ocasiones con mi amigo Nando. Que también casi siempre ha hecho de partener por las sidrerías de Deba y aledaños.
    Feliz noche amigo!!!

    ResponderEliminar
  2. Nando es un buen guía de la zona (de esta y de otras muchas), seguro que con él lo pasaste bien. Feliz noche también para ti y los tuyos y moderación con la ingesta!

    ResponderEliminar