El pasado día 1 de noviembre fue el 50 aniversario de la primera excursión del grupo de montaña de mi colegio, el Corazón de María de Gijón: el grupo se llamaba Codema Aire Libre.
Este grupo fue fundado por dos curas apasionados de la montaña, el padre Bernardo y el padre Valdivielso, que junto con un grupo de alumnos del colegio comenzó a salir al monte de forma continua cada sábado durante los meses de curso escolar.
El grupo estuvo operativo desde finales de 1975 hasta 1998.
Valdi en su medio |
Durante estos casi veinticinco años Bernardo y Valdi organizaron excursiones por toda la Cordillera Cantábrica, pastoreando a grupos de decenas de alumnos del colegio, desde los 6 o 7 años los más pequeños, hasta los 16 o 17 los mayores. Con los años se sumaron a las excursiones padres que participaban en las mismas.
Se editaron un montón de revistas y publicaciones varias. Se subía a las estaciones de esquí en temporada. Se participó en cursos de alpinismo. Se hacían celebraciones anuales como el Magüestu o la Paella de fin de temporada. Se participaba en marchas reguladas junto con otros clubes, etc.
El grupo fue el impulsor de la Semana de Montaña de Gijón, que va a por la edición 45.
Belenes de cumbre. Misas de campaña. Juegos en las camperas.
Todo esto sucedía inicialmente en una época muy distinta a la actual, en la que los medios disponibles, los recursos, los materiales, etcétera, eran mucho menores que hoy día. No había teléfonos móviles, ni GPSs, ni previsiones meteorológicas detalladas, ni goretex... El empuje de Bernardo y Valdi podía con todo esto. Y la ilusión de los alumnos les seguía.
Yo empecé a ir con el grupo a la montaña cuando tenía 8 o 9 años, incitado por alguno de mis amigos compañeros de clase que ya iba. A partir de esas primeras excursiones, cada vez me fui enganchando más a la montaña, poco a poco. Y desde entonces hasta hoy.
El jersey del grupo, que llevábamos todos. Tejido por nuestras madres o abuelas. En aquella época más apretada, cuando los forros polares aún no existían.
Mi recuerdo es el de ir a la secretaría del colegio, donde Valdi trabajaba, el martes a medio día para apuntarme a la excursión del sábado. A veces ya estabas en reserva en la lista porque ya estaba completo el autobús... Luego, si tenías plaza, el jueves volvías a pasar y te entregaban la hoja de la excursión, donde con un texto descriptivo y un mapa esquemático te hacías una idea de lo que te esperaba.
Hubo algunos cursos en los que fui a más excursiones que en otros, también practicaba otro deporte que me condicionaba la agenda, pero lo que es claro es que gracias al grupo del colegio me había enganchado a la montaña...
Decenas de excursiones, de cumbres, de juegos, de mojaduras, días de frío, de calor, de ratos de sed o de hambre, de risas, de montaña. Un aprendizaje lento, progresivo, de los valores y del respeto al medio, en todos los sentidos. Ese proceso nos transformó a muchos.
Viendo ahora las hojas de las excursiones, me sorprende lo audaces y auténticas que eran muchas de ellas. Verdaderos recorridos de montaña ascendiendo a cumbres en ocasiones complicadas. Y todo esto, recordemos, con un grupo de chavales de rango de edad muy grande. El cierre del grupo por Bernardo, acompañando a los más lentos. Las emisoras entre algunos de delante coordinando en los desvíos. Buscando alternativas cuando el tiempo no acompañaba...
De la gente con la que a día de hoy voy al monte a caminar, a escalar, a esquiar, salgo en bici, etc, un porcentaje alto de ellos viene del grupo Codema AL. Algunos más jóvenes que yo y otros más veteranos, empezamos a ir al monte en el grupo del colegio, y seguimos yendo décadas después. Y seguiremos.
1994 con el jersey del Club en el Solvay, Cervino |
Con motivo de este aniversario, hace unos meses un grupo de los más veteranos del grupo organizó un grupo de Whatsapp, convocó una excursión conmemorativa, y organizó una espicha de celebración.
En las semanas previas al aniversario, en el grupo de whatsapp se sucedieron los comentarios, se compartieron multitud de recuerdos, de fotos y vídeos históricos de la trayectoria del grupo.
Lo que se destilaba de todos los comentarios y la información compartida por todos era un cariño enorme hacia la labor de aquellos dos curas, que nos inculcaron, generación tras generación, el amor por la montaña.
La excursión del pasado día 1 fue un éxito, el día estuvo estupendo y la cumbre elegida, el Pienzu en el Sueve, hizo su parte para lograrlo: espectacular escenario (por problemas de agenda yo no pude ir a la excursión).
La espicha posterior completó la celebración. Encuentros emotivos intergeneracionales, comida y bebida típicas. Recuerdos varios y por supuesto bastante cachondeo (esta no me la perdí).
El padre Bernardo ya murió hace unos años. Recuerdo su funeral con la iglesia llena hasta los topes, cosa llamativa para una persona tan mayor. Valdi sigue con nosotros y nos compartió un emotivo vídeo en el que nos agradecía la iniciativa. Somos nosotros los que le debemos dar las gracias a él.
(las fotos son de gente variada del grupo, pero muchas de ellas de Isidoro Luque)
No creo que ni Bernardo ni Valdi llegaran a ser conscientes de cuánto nos influyeron a muchos de nosotros.
Grandes Bernardo y Valdi. Os debemos mucho. Gracias. Muchas gracias.
Salud y Montaña