LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
DONDE ESCALAR, ESQUIAR, PEDALEAR, CORRER, CAMINAR...
DONDE LOS AMIGOS, EL ESTILO Y LAS FORMAS CUENTAN, Y MUCHO

sábado, 28 de septiembre de 2024

La conjura de los fatos. Fresnidiello

14 Septiembre 2024
Rubén Díaz
Fresnidiello, "La conjura de los fatos" (260 m, 6a+)


Madrugón. A las 6 de la mañana estamos circulando veloces en mitad de la oscuridad hacia los Picos. La intención es ir a Urriellu a escalar una Este, inicialmente "Amistad con el Diablo". Estamos a mediados de septiembre y confiamos en que ya haya bajado el volumen de gente del verano. Llegados a la pista que sube hacia Pandébano empezamos a preocuparnos: hay coches aparcados en las plazas más bajas de la misma y eso no es buena señal. Llegados arriba asumimos la situación: no hay plaza. Chafados afrontamos el descenso de vuelta hacia Sotres. Barajamos opciones: ir a caminar, subir a escalar a otros sitios más lejanos, o quedar en Fresnidiello... La verdad que todo nos parece un poco triste comparado con la idea inicial que traíamos, pero es lo que hay.

Aparcamos en la pista bajo las paredes de Fresnidiello que están aún en sombra y bien chorreadas de agua de las lluvias de los días previos. Abrigados (estamos a unos 5 grados), navegamos por internet buscando opciones (me he dejado la guía en casa, tan centrado venía con el Picu). Es temprano y no hay ninguna prisa, pero las ganas son muchas y pronto estamos ya remontando la cuesta hacia la base de las paredes.

Las paredes de Fresnidiello son una muy buena opción para escalar vías de largos, en roca de calidad, con una aproximación corta. Todo esto no es habitual, así que las convierten en buena elección. Se tratan de dos paredes principales de casi 300 metros, por donde circulan una docena larga de vías. A la derecha está el Cueto Pampín con menor altura de pared, pero más vertical tiene otras cuantas opciones: aquí no he escalado nunca aún. 

Hace bastantes años que no escalo aquí, quizá cerca de 20. Para Rubén es la primera vez. En su día hice bastantes vías de las clásicas ("Separación real", "los Buitres", "la Conjura de los fatos", "Elixir para calvos", etc) y algunas otras no tanto ("Espolón supercráker", "Pabellón siquiátrico"). Mis recuerdos son de escaladas disfrutonas en su mayoría, pero también de separados importantes entre seguros en algunas de ellas. 

Después de revisar el croquis, las fotos y las descripciones de los largos de "la Conjura de los fatos" en el excelente blog La Garafa soy optimista respecto a nuestras opciones: la vía recorre deforma directa la torre izquierda, que además coincide que hoy está seca, cogiendo algunas zonas bien tiesas. Es una ventaja desde luego poder contar con esta información detallada.

"La conjura de los necios" es una obra maestra de la literatura de un señor llamado John Kennedy Toole (1937-1969). Fue publicada bastantes años después de su muerte (se suicidó), y recibió el premio Pulitzer en 1981.  Imagino que esta vía de Fresnidiello viene inspirada por el libro mencionado. Si bien se equipó desde arriba, práctica poco habitual en los Picos, el resultado es excelente.

Este mismo señor tiene otro libro más que recomendable: "La biblia de neón". Esta obra la escribió a la temprana edad de 16 años. Realmente impresionante.

Vamos remontando la cuesta, poco a poco. Para cuando llegamos a la caliza ya nos está alcanzando el sol. Por encima tenemos un mar de caliza en el que cuesta orientarse: no hay que olvidar que si bien las vías tienen chapas, estas son pocas, están separadas entre sí, y además existen muchas vías entre las que te puedes liar.  Finalmente creemos estar centrados y sale Rubén a por el primer largo. 

No es hasta los treinta metros aproximadamente que encuentra las primeras chapas. Suerte que el terreno es sencillo. Después de esto continúa unos cuantos metros más hasta pararse en una buena reunión. 

Cuando yo voy recorriendo el largo, descubro otras chapas previas a nuestra derecha, que Rubén no vio, y que se corresponden con lo descrito en el blog. Me uno a él pero decidimos que continúe yo delante hasta otra reunión que se sitúa a unos doce metros por encima: creemos que esa sí es la primera de nuestra vía. Está a unos 60 metros del pie de vía.


Desde esta nuestra R1-bis sale Rubén delante de nuevo por un muro muy compacto de carbones, sin posibilidad de asegurar hasta que alcanza el primer parabolt, a unos ocho metros. Después de este se mantiene la tónica: navegar en grado moderado pero con distancias importantes entre chapas, y alguna opción dispersa para seguros flotantes. La parte final de este largo tiene la secuencia más dura de la vía, y cuando Rubén llega a ella, después de casi 40 metros escalados, se atasca y no le ve opción. Ha estado probando en libre un buen rato hasta que finalmente cuelga. Incluso después de colgar y reposar, no le ve manera al paso. Una pena. Ha escalado todo el largo con mucha soltura (yo no hubiera ido tan fluido de ir delante viendo ahora los distanciados y los pasos).

Después de comentar opciones, lo descuelgo unos ocho o diez metros hasta un parabolt menos colgado que el del paso, y desde ahí me asegura para que suba yo a intentarlo. Según voy recorriendo el largo no paro de observar lo muy bien que subió por aquí Rubén viendo los pasos, las presas y los separados. Desde luego todo influye y lo poco que hemos escalado este verano no ayuda  precisamente a moverse por estos terrenos... Llego a donde está asegurándome, nuestra R2, y hacemos cambio de cabos: voy a aprovechar que tenemos enhebrados dos parabolts más por encima y así en ningún momento nos quedamos de una sola chapa (aunque están a prueba de bomba). 

La secuencia dura, con el cordino del puente de roca

Salgo para arriba y llego al paso donde unos dos metros por encima del último parabolt chapado asoma un cordino de un puente de roca: miro los pequeños apoyos de pies, tanteo la presa de mano, y a la primera me remonto y alcanzo el cordino del puente que no alcanzaba Rubén: Me cojo a él y lo chapo. Una vez chapado le pido que me descuelgue unos cinco o seis metros y repito la secuencia saliendo para arriba en libre sin problema: distinto sería si en ese punto no estuviera ese cordino... Además, está claro que es más fácil hacerlo como me ha tocado a mí que con los 50 metros de cuerda extendida desde la reunión. Salgo sin problema y recorro los metros finales hasta el relevo, llamémosla nuestra R2-bis.

Llevamos dos largos y en los dos nos ha tocado hacer cosas raras y reuniones intermedias para llegar a las correctas... Vaya día llevamos.

Por debajo vemos gente empezar a aproximar desde los coches. Varias cordadas derivan hacia el Cueto Pampín. Más tarde otra sube y comienza a escalar a nuestra derecha, Separación o Elixir, creo. Las vías de en medio siguen impracticables por el agua que arroya.


Siguiente largo, el tercero, sale Rubén delante y lo recorre rápido y sin incidencias: es más fácil de grado aunque mantiene la tónica de seguros distanciados. No obstante presenta alguna zona más propicia a colocar friends. Como los anteriores estira mucha cuerda y vuelve a tener sus buenos 50 metros. Lo recorro yo después disfrutando mucho.

El cuarto largo por fin de pongo delante: arranca con una travesía a la derecha en la que hay que librar una zona herbosa y empapada de agua. Paso largo de pies y para cogerse al muro y chapar el primer parabolt. Por encima veo el siguiente en un pequeño desplome, pero está separado y decido remontar por un diedro a la izquierda que me deja poner un alien. 


Después de esté, la panza se hace de presa buena y ya chapo parabolt. Para arriba es un muro excelente donde navegas buscando las mejores presas y localizando las chapas en ocasiones bien separadas entre sí. Escalada de disfutar (si llevas la cabeza tranquila). Yo coloco algún friend y fisurero entre chapas.

A los 50 metros alcanzo la reunión: es cómoda. Nos queda la última tirada. 

El quinto y último largo vuelve a ser de unos 50 metros. En este caso V+. Sale Rubén hacia la izquierda desde la R. Pasos técnicos de adherencia y de muro. Hay más chapas que en los largos previos. El largo es excelente. En el tramo final la cosa tumba ligeramente y se intuye la cumbre. 




Algo menos de cuatro horas nos ha llevado la escalada, a pesar de los contratiempos...


Rapelamos en cinco veces. No hay mayor problema que el deshacer las pelotas de cuerda que se van formando, especialmente cuando estamos cerca del suelo.


Mientras comemos un bocata en el pie de vía comentamos cuánto nos ha gustado la vía, a pesar de los contratiempos, y cómo creemos que debemos repetir en la zona. Se trata de una escalada que puede obligar bastante dentro de su grado, y en la que conviene ir tranquilo de cabeza.

Ha sido sólo un premio de consolación comparado con el Picu, pero por otra parte tenemos una nueva zona refrescada para venir a visitar. Cerveza en Tielve y temprano en casa. 


 




lunes, 23 de septiembre de 2024

Isla de Re - pedales a cota 0

Agosto 2024. Isla de Re.


Años después de escucharle a Dani las maravillas de la isla de Re, finalmente las hemos comprobado en persona.

Ideal para visitar de camping y para recorrer en bicicleta, la incluimos en nuestra semana familiar campista en conjunto con las Landas. 

Unos 30 km de punta a punta, tamaño muy manejable.


Hay multitud de opciones de camping pero conviene reservar con más tiempo que nosotros. Elegimos en el extremo sur al lado del pueblo de Santa María; Huttopia Cote Sauvage es un camping bastante hippie y natural al pie de la playa, con poco montaje pero con todo lo necesario. El personal muy majo. Recomendable. Nosotros alquilamos las bicis en el mismo camping, pero había otras opciones en el pueblo cercano, Santa María de Re.


Tres días recorriendo la isla de arriba abajo. Visitando sus pueblos encantadores; La Flotte, San Martín, Les Bois, Ars-en-Re, San Clemente...


 




Mucho ambiente con sus mercados, terrazas, restaurantes típicos donde comer los clásicos mejillones... Había bastante gente pero se encontraba mesa sin gran dificultad.

También disfrutamos sus enormes playas, muy naturales y con poco impacto humano. Tuvimos tiempo variable incluyendo, incluso algunos chubascos menores.



De cena en las terrazas de los restaurantes de los pueblos y vuelta al camping ya de noche sin problemas...


Días tranquilos disfrutando en familia de esta vida más "cerca del suelo"...


Bosques, salinas, playas, faros...

La enorme Red de carriles bici y de carreterillas secundarias unida a la absoluta planicie de la isla (el punto más alto levanta apenas 20 metros) la hacen ideal para nuestra visita ciclista familiar. Nosotros sumamos un buen número de kilómetros. Lástima que no hubo olas para que Javi complementara con algo de surfing. 

Me uno a las opiniones de Dani y Nando; la isla de Re es preciosa y sin duda merece la visita.













sábado, 14 de septiembre de 2024

Ailfroide escalada placer

2 Agosto 2024

Nando del Pozo, Rubén Díaz

Ecrins, Ailefroide, Palavar-les-Flots (430 m, V)


Estamos bajando de las alturas. Nos echa el mal tiempo anunciado; ya empiezan a formarse los cúmulos. De retirada ya en el teleférico nos tomamos una coca cola en el Plan de la Aiguille, para alargar un poco más la cosa. Tras llegar al pueblo a mediodía nos instalamos en la gité, y pasamos la tarde por Chamonix de paseo, tiendas y escaparates, todo regado por cervezas y chubascos varios ya anunciados. Más tarde cena animada con Kico y Nahuel. La noche fue tranquila oyendo las trombas de agua caer…

Por la mañana, revisando la guía de escalada “Plaisir Selection” (gracias por la recomendación de mi amigo Toni), y la de “Pirineo Norte”, y cruzando las distintas opciones con las mejores condiciones meteorológicas, hemos decidido arrancar viaje abandonando este sitio mítico para buscar dónde completar la semana con alguna actividad más relajada. Lo mejor habría sido ir quitando horas al viaje a casa, pero tras revisar lo previsto en Pirineos (el tiempo iba a peor), nos decantamos finalmente por Ecrins, donde parece que va a estar más tranquilo y creemos que nos dejará escalar. Como contrapartida, nos vamos a meter casi cuatro horas de coche sin recortar ni un minuto al trayecto de regreso… La zona elegida es Ailefroide: aquí, Rubén y yo hemos estado ya en dos breves visitas (esta va a ser incluso más breve!). Aquí hay multitud de opciones de vías de roca largas, fáciles, bien equipadas, y muy cerca del camping. Claro, todo esto hace que sea un sitio concurrido, así que probablemente tendremos compañía en la vía que elijamos. Consultados Luque y Fernando, que han escalado por la zona, me quedo con un par de opciones para confimar una vez lleguemos.

De camino para allá pasamos por zonas preciosas, como Saint Gervais y Albertville. Luego un atasco para acceder al túnel de Frejús que nos mete en Italia (previo pago de un caro peaje). Una vez cruzada la frontera, nombres evocadores como Bardonecchia me traen a la cabeza fotos mil veces vistas de gente sentada en un prado, con camisetas y pantalones de deporte, de apellidos como Hill, Destivelle, Edlinger, Glowacz, Zanolla, Moffat… primera competición de escalada allá por 1985.

Seguimos luego por un espectacular puerto de montaña, muy guapo todo. Al volver a entrar en Francia abandonamos la carretera principal, acercándonos ya al macizo de Ecrins. No hay mucho tráfico pero las curvas y las cuestas aumentan. En una de esas zonas viradas, nos damos un buen susto con una Ducatti Multistrada que sale adelantando sin mirar y termina estampanda contra nuestra defensa. No hubo grandes daños, pero te das cuenta de lo rápido que se puede torcer todo… 

Tras firmar el parte amistoso con el francés seguimos algo agitados a por el último tramo para llegar ya a Ailefroide.

El camping es muy chulo (es la tercera vez que estoy aquí pero la primera que estoy dentro!): grande y bastante salvaje: prados arbolados en una llanura rodeada de varios ríos rugientes de aguas frías que bajan de los glaciares. Alrededor hay grandes paredes a tiro de piedra.

Buscamos el sitio que más nos gusta, hay gente pero quedan bastantes zonas libres. Acampamos tranquilamente, nos vamos a tomar una cerveza y aprovecho para comprar unos salchichones de la tierra. Después decidimos ir a buscar el pie de la vía elegida para el día siguiente. Desde el último parking aún pegado al camping se coge el camino que tomamos hace un par de años para subir al Pelvoux. Al poco rato se abandona hacia la derecha entre enormes bloques con marcas de magnesio y en una media hora de cuesta llegamos al pie del espolón por donde discurre.

Palavar les Flots (430 m, 5b) es una vía placer, con seguros fijos en todos sus largos (12) y un grado muy fácil, y recomendada. La guía marca media hora de aproximación desde el parking. Con todo esto seguro que tendrá tráfico (ya lo advierte la guía). La bajada se hace rapelando por la derecha, pared mucho más vertical e intimidante.

El nombre de la vía se parece al de una localidad turística costera cercana a Montpellier asociada con descanso, relax, placer, disfrute… ¡Lo que venimos buscando oiga!


Madrugamos bastante para evitar el tráfico y también el calor que dan a media mañana, y porque queremos estar de vuelta pronto para salir de viaje ya a quitar algunas horas a la paliza del día siguiente. A las siete de la mañana ya estamos caminando por los prados del camping.  


Llegamos al pie de vía los primeros, pero a la vez que una cordada de jovenzuelos alemanes (creo), chico y chica. Me ato sin dilación y salgo para arriba. Son apenas las ocho. Buena roca y seguros en su sitio. A veces cuesta localizarlos más por el color que otra cosa. Segundo largo repito delante. Luego pasa Rubén delante y tira tres largos que en realidad son cuatro porque ha unido dos en uno. Esto es mala idea tanto por el roce como porque no nos oímos por el rugido del río abajo.





La vía es tal y como leímos y nos dijeron: fácil y muy guapa. Buena roca. 



Vamos cogiendo altura y perspectiva sobre el fondo del valle: con paredes todo alrededor, montañas grandes por encima, el camping abajo en las praderías, y por el medio bosque de grandes árboles. Nos recuerda estampas yosemiteras. Muy chulo.


Tomo de nuevo el liderazgo y después, cuando ya enfrentamos los tramos finales, es Nando el que se pone delante, así tiramos todos. 







Llegamos al final de la vía. Son las once. Tres horas. Contentos. La vía ha sido lo esperado, y sobre todo lo buscado: disfrutar de una vía larga en roca caliente, bien asegurada y con excelentes vistas. Escalada placer en toda su definición.


Tenemos aún por delante la incertidumbre de los rápeles. La primera reunión está apenas a una docena de metros de la última de la vía. Nos movemos para allá y salgo yo delante. Pared más tiesa, muchos metros de roca compacta. Llego al siguiente relevo. Bajan los colegas. Repetimos. Ahora Rubén delante. 


La bajada es sin duda más intimidante que la vía, con diferencia, pero no nos da ningún problema. Son 6 rápeles y unos destrepes después. Los 4 primeros rápeles son largos, en torno a 50 metros, luego una transición más corta tumbada y el último, de nuevo, largo. 


Llegamos a la terraza intermedia donde un cable ayuda en los destrepes finales que nos llevan ya hasta la zona del camino de subida. Nos ha llevado unas dos horas. Todo ha ido bien. Sudando como pollos bajamos los últimos tramos hasta el camping. Llegamos a eso de las dos de la tarde. Perfecto.



Una ducha, comer y salimos carretera a´lante dirección Marsella (no nos queda nada!). Después de un par de horas, al poco de salir de la zona de montaña y lagos (lago de Serre-Poncon espectacular), buscamos camping en los pueblos que nos cogen de camino (no podemos apurar más porque cierran las recepciones). Tras varios chascos encontramos uno con plazas y piscina cerca de Sisteron. Nos instalamos y nos damos un chapuzón para cerrar la jornada. Cena en el bar y pérdida de la llave del coche para mayor emoción. Suerte que traemos la de repuesto.

Al día siguiente toca filosofía: tráfico infernal, atascos tremendos, Google que nos ofrece alternativas por auténticas caleyas. Parece mentira que para ir a casa, a 1200 km, estemos circulando por estas comarcales… Con todo y como siempre, aunque cansados, al final del día estamos en casa. 

Ailefroide, un sitio espectacular para realizar un montón de actividades diferentes, ya sea caminar por sus enormes montañas, hacer Alpinismo de todos los niveles posibles, o escalar en roca en espectaculares paredes, bien en vías comprometidas, o vías placer como ha sido nuestro caso. Habrá que volver. 

Felices con nuestra visita a los Alpes que si bien no cumplió con algunos objetivos alpinísticos, hemos conocido otras zonas, ha sido fructífera y sobre todo lo hemos pasado fenomenal.