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sábado, 27 de febrero de 2016

El gusanillo y el congrio

Sábado 6 Febrero 2016
Juaco y Manuela
Peña Ubiña (2.417 m) Arista Este

Algunos días sucede que simplemente necesito estar en el monte. 
Suele llegarme esta necesidad cuando acumulo unos cuantos días sin salir del entorno urbano. Si el periodo se prolonga, la necesidad se agudiza hasta hacerme cambiar de carácter y llegar a estar insoportable. Soy consciente de ello.
El gusanillo del estómago va creciendo hasta convertirse en un congrio de dos metros...


Llegado el caso, no hace falta ir a hacer una escalada relevante, ni que sea una cumbre nueva o por terreno desconocido, ni que el día esté perfecto. Sólo necesito andar por allí arriba, a ser posible con amigos, y disfrutar la montaña. Aunque el disfrutar sea tan raro como este día, en el que básicamente sentimos el poder de la naturaleza a través de la fuerza del viento.


La predicción invitaba a quedarse en casa: por la mañana más o menos despejado, pero ya con 60 km/h de viento continuo. A partir de medio día se cerraba el cielo, empezaba a nevar, y el viento subía hasta los 100 o 110 km/h.
Cualquiera que haya estado en el monte con viento sabe que 60 por hora ya es una velocidad muy considerable. Que estando en terreno escarpado puede ser demasiado. En una arista más aún.
Lo cierto es que salimos de casa con una idea, pero como siempre, dispuestos a cambiar de planes si la prudencia así lo sugería.
Además, como alguien dijo y dice, el mal tiempo hay que ir a verlo al monte, muchas veces las predicciones se suavizan en el día...
Yo no había subido nunca a Ubiña por la arista Este, pero Juaco sí. Además me había informado con Martín y Fer, y la cosa era suficientemente sencilla como para afrontarla sin que estuviera en las mejores condiciones, y como para destrepar si era necesario.



Ubiña se recorta bonita en la luz del amanecer. Desde el Meicín remontamos hacia el valle de Covarrubias empezando a pisar nieve, cada vez más dura. Cuando ya esta era continua nos pusimos los crampones. Hasta aquí el viento nos ha dado desde distintas direcciones. Es como si rolara debajo de las cumbres formando un remolino. Las aristas se recortan contra nubes veloces y ratos de azul.



Cruzando por detrás del Cueto les Cabres lo consideramos como opción si la arista Este nos rechaza.
Cuando alcanzamos el collado que da paso a la arista Este sacamos la cuerda. Me até a su mitad y les dejé los cabos a Juaco y Manuela.


Empezamos la trepada por terreno fácil pero muy guapo, alternando campas de nieve con resaltillos de roca, siempre sencillo pero muy entretenido. El viento va in crescendo y a ratos nos zarandea sin miramientos.
Cada vez más inmersos en la nube seguimos para arriba. A ratos se me enfrían las manos, a ratos los pies (hoy también he venido con las botas de verano). La capucha puesta todo el tiempo.
En mitad de la escalada recuerdo a menudo la frase que dice "no tiene por qué ser divertido para que sea divertido". Estoy totalmente de acuerdo.







Alcanzamos la cumbre en mitad del huracán. Apenas una foto sacada entre voces porque no nos oímos. Salimos para abajo hacia la canal de la Fana recordándonos pisar con atención.


Apenas hay huella y el viento es cada vez más intenso. Encordados a unos seis metros unos de otros intentamos que el viento no nos lleve, especialmente a Manuela, que es la mas ligera. Increíble la fuerza.
A palpo porque no vemos más de veinte metros bajamos hasta el collado de Cerreos, luchando literalmente por no ser lanzados contra la alambrada. En cuando cruzamos el collado hacia abajo, la cosa mejora. Recogemos la cuerda y a partir de aquí seguimos andando a nuestro aire. 
En el Meicín nos reagrupamos y seguimos para Tuiza.



Gran día de montaña en buena compañía.
El congrio vuelve a retraerse a dimensiones más manejables. Mi carácter vuelve a suavizarse.

El tema es que ya han pasado dos semanas, y el bicho vuelve a crecer...


2 comentarios:

  1. EL CONGRIO JAJAJA O UNA MORENA,,,COMO SOPLA EN LAS UBIÑAS JODER

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    1. No veas tío, entre que en diciembre y enero esto parecía Jamaica, y ahora que no para de nevar...una morena también vale, que esas dan más miedo!
      Un saludo

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