LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
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viernes, 22 de enero de 2016

Dos en solo, y una con cuerda

Agosto 1997
Peña Santa de Castilla (2.597 m)
“Sur Clásica” 600 m IV+/V, 50 minutos, en Solo
“Diagonal Sur” 600 m III+/IV, 1 hora, A vista, destrepe, en Solo
“El Manantial de la Noche” 600 m 6a+, 8 horas con J.A.Estévez “Estivi” en libre, a vista, entera de primero

Hay días en que estás inspirado. Días que sirven de inspiración para el futuro.
Han pasado muchos años, yo tenía 22 por entonces, y por ello quizá mi percepción de los hechos esté deformada.


En su día, lo que apunté con más interés en mi libreta de escaladas fue la vía hecha con cuerda, en libre, entera de primero, a vista. Sin embargo, con el paso de los años, lo que recuerdo con más emoción fue lo que hice el día antes: dos vías en solo, una para arriba y una para abajo, una a propósito y otra por equivocación, una conocida y otra a vista.


El objetivo del fin de semana era hacer “El Manantial de la Noche” en la Sur de Peña Santa de Castilla: seiscientos metros de hasta 6a+, un viote clásico de lo mejor de Picos.
Llegamos a Vega Huerta a media tarde del viernes, tiramos al suelo los macutos con gusto, y nos fuimos como siempre a por agua a la fuente. Había bastante gente, varios de ellos conocidos.


Yo ya venía rumiando la idea por el camino, y al final me decidí; esa tarde iba a intentar hacer la Sur Clásica en solo. No suelo escalar sin cuerda, pero en algunas vías y en circunstancias muy concretas sí que lo he hecho.
La Sur Clásica de Peña Santa de Castilla es una escalada imprescindible de los Picos. Recorre la impresionante Cara Sur de la Peña buscando sus puntos débiles, con roca de calidad muy buena, excelente en bastantes largos. En sus seiscientos metros no presenta dificultad, aunque sí tiene ambiente, especialmente en la segunda parte, en la zona de los Canalizos, donde la altura sobre Vega Huerta se hace más presente.

Llegando al pie de vía: a la derecha la Sur Clásica, a la izquierda la Manantial
Yo conocía la vía de haberla hecho una vez varios años antes con Iñaki: fue en el verano del 92 (cuando las Olimpiadas!). Esa fue nuestra primera vía larga de montaña, éramos unos mindundis de 17 años, sin apenas experiencia, y la disfrutamos enormemente.

No la había vuelto a repetir, pero por aquellos tiempos escalaba mucho en el monte y digamos que estaba en forma tanto física como mentalmente. No creía que fuera a tener problemas.

Le pedí a Pablo el de Villamayor que me dejara sus playeros para no cargar con mis botas de trekking, cogí el casco, los gatos y el magnesio y arranqué hacia la pared.
Eran más de las seis, así que tampoco estaba la cosa como para dormirse.
Me puse el casco y empecé a escalar con confianza. A la altura del cuarto o quinto largo adelanté a varias cordadas: entre ellos estaban mis amigos Rosa y Jorgín, que me saludaron sorprendidos de verme aparecer así.
En mis recuerdos la vía fluye sin ningún contratiempo, sólo recuerdo algo de la chimenea del inicio de la segunda parte, y también la parte final de los canalizos, sobre todo el último largo de la vía, donde tiré más derecho de lo debido y terminé haciendo algunos pasos de V que no esperaba.
Una vez en la cumbre, solo y sin nadie con quien hablar, tampoco me recreé demasiado; las nubes generadas por el calor del día estaban concentrándose a mi alrededor, anunciando tormenta, y la cosa invitaba a salir de allí rápidamente. Inicié el destrepe hacia la Brecha Norte, y desde aquí continué hacia la arista para coger la bajada de los Llastrales. Había bajado por allí una vez con Miguel y creía conocerla. Lo cierto es que me perdí y empecé a destrepar antes de tiempo, hacia la izquierda según bajaba, metiéndome más en la cara sur de lo que debía.
No sabía dónde estaba, pero la nube que me envolvía por momentos estaba evolucionando a tormenta. Entre los truenos seguí hacia abajo por donde me dictaba el
sentido: afortunadamente no llegué a ningún punto complicado. Además, viendo de lejos algunos rebecos me animaba a continuar, si ellos bajan yo también. Aunque destrepé bastante cara a la pared, no tuve que volver a ponerme los gatos, así que tampoco debí de apretar demasiado.
Por fin toqué suelo y pude volver a la Vega en medio de la nube. Allí Estivi y Pablo me confirmaron el tiempo de ascensión, menos de cincuenta minutos (esto me pareció realmente rápido). También me indicaron la zona de la pared por la que había bajado, y por la que me pudieron ver solo a ratos entre las nubes. Más tarde pude confirmar que más o menos fue por donde discurre la vía “Diagonal Sur”, de Udaondo.



Al día siguiente, tal y como estaba planeado, hice con Estivi la “Manantial de la Noche”, entera en libre, tirando delante todos los largos. Un lujazo de vía, abierta muchos años antes con una clase increíble por unos tipos visionarios. Nos encantó. No tengo ni una sola foto de aquel día.
Para bajar sin equivocarnos fuimos por la Canal Estrecha y la Forcadona, un recorrido bastante más largo pero sin pérdida.



Como siempre, hay algunos que juegan en otra liga: ese mismo día también estaba por allí Rafa Escandón con Fonso, que querían encadenar la “Rescate Emocional” con la “Rabadá” al Picu en la misma jornada ¡pedazo salvajada! La Rescate se la hicieron medio en ensamble en un par de horas. Luego, por lo que sé, algo de logística les falló y no pudieron completar el plan, pero ya el hecho de planteárselo tiene tela: vaya par de gallos.


Todas las fotos son de años más tarde. Como tantas veces, no tengo ni una sola de aquel día...
Agosto 1997.

Vega Huerta y la Peña Santa están entre mis sitios favoritos de Picos. Allí he vivido grandes momentos y escaladas. El buen recuerdo de aquel fin de semana, en el que pude hacer dos vías en solo y otra con cuerda, me vuelve cada vez que estoy en por allí. Son días de los que inspiran.

Por cierto, ese fin de semana también estaban por allí acampados un padre y un hijo. El hijo en cuestión, un guajuco rubio, tenía un brillo especial en los ojos… el brillo de estar enamorado del monte.




8 comentarios:

  1. Fantástica actividad, el Peña Santa otra jollita! saludos.

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    1. Efectivamente Xosé, en invierno y en verano, espectacular montaña y buenísimas vías
      Saludos

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  2. Buenos recuerdos y buen "momento", cosa que no se repite a menudo... pero cuando lo hace parece que se alcanza el cielo.
    "Si ellos bajan yo también" bueno, ya sabes que hay rebecos muy alpinos.
    Un saludo.

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    1. Así es Carlos, momentos de "conexión astral" que parece que todo funciona y casi sin pensar en ello... Lo de los rebecos no es tanto por dónde pasan como la velocidad a la que lo hacen!
      Un saludo

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  3. BUENA BATALLA DIEGO....EL ENCADENAMIEMTO ES POSIBLE....SI ESTAS DISPUESTO A SUFRIR JAJAJAJAJA, YO LA SUR LA HICE TAMBIÉN A PELO VISTA CON UN COLEGA DETRÁS...TAMBIEN A PELO CLARO, QUE LLEVABA UN AÑO ESCALANDO, BASTANTE FUE QUE NO NOS MATAMOS JAJAJAJA,

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    1. Jajaja, jabalí de siempre! El encadene es una xatada, aunque seguro que se ha hecho ya. A seguir con esas aperturas, pero a ver si abres una más moderada, por intentar repetirla digo! Un saludo

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