LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
DONDE ESCALAR, ESQUIAR, PEDALEAR, CORRER, CAMINAR...
DONDE LOS AMIGOS, EL ESTILO Y LAS FORMAS CUENTAN, Y MUCHO

sábado, 16 de marzo de 2024

Incertidumbre necesaria

"My mindset on this has always has always been that if you're looking at going to climb something, and you know 100 percent that you're going to be able to climb it, then it's not worth your time. You should pick something harder, that you think you probably can't do. And as long as you have enough of a margin of safety and a plan to get out if it doesn't work, then I think that's how we grow as climbers. And the special thing about climbing is that it gives you an opportunity to wake up and look at something and wonder if it's possible. And then actually go there and find out if it is for you or not."
Alan Rousseau. Alpinist 84. Invierno 23-24. "Mi mentalidad en esto siempre ha sido que si estás pensando en ir a escalar algo, y sabes al 100 por 100 que vas a ser capaz de escalarlo, entonces no merece la pena tu tiempo. Debes buscar algo más difícil, que creas que probablemente no puedas hacer. Y mientras tengas suficiente margen de seguridad y un plan de retirada en caso que no funcione, creo que es así como crecemos como escaladores. Y lo especial de escalar es que te da la oportunidad de despertarte y mirar hacia algo, y preguntarte si será posible. Y después ir allí de verdad y averiguar si es o no para ti." Este número me ha llegado con cierto retraso, pero una vez recibido, una vez más confirmo que realmente merece el precio. Un cierto grado de incertidumbre es esencial para que la experiencia sea completa.

jueves, 7 de marzo de 2024

Una cerveza cara

Viernes tarde. 1 de marzo 2024. Nando
En medio del invierno, intentamos hacer lo que tantas veces: aprovechar la tarde del viernes para esquiar un rato. Foquear hasta donde nos dé tiempo y después pegar unos giros apurando la luz. Aprovechar la tarde.
Al llegar al puerto observamos que a pesar de las recientes nevadas, el aspecto de las montañas es muy irregular. Se ven zonas totalmente peladas por encima de otras bien cubiertas. Ha debido de nevar con mucho viento. La temperatura y el cielo no tiene tampoco buena pinta. Salimos con poco convencimiento desde el puerto hacia el Cellón. Las torres de tendido eléctrico y el solitario aerogenerador que han plantado recientemente afean el comienzo, pero una vez superados ya estamos en paisaje de montaña.
El cielo amenaza con empezar a nevar (o lo que es peor, llover) en cualquier momento, así que ya vamos resignados a ir hasta donde se pueda sin objetivo concreto. Remontamos las primeras lomas observando por dónde subir y por dónde bajar más tarde, evitando las zonas peladas. La nieve nos da buena sensación, aunque está claramente húmeda, serán las ganas.
Antes de lo que nos gustaría tenemos que dar por terminada la subida. Por dos factores: por un lado estamos entrando en la cota de la nube y empieza a nevar, con lo que la visibilidad se reduce. Por otro lado y lo que es peor, se corta la continuidad de nieve en los tramos superiores y tendríamos que quitar tablas tanto para seguir subiendo como para bajar después...
Resignados a dejarlo antes de lo previsto, en un collado aún antes de mitad de la subida nos quitamos las pieles, apretamos las botas, y salimos para abajo intentando disfrutar en la medida de lo posible.
Al poco rato ya estamos en el coche. Y al poco rato ya en El Ruchu, comentando con el paisano la malísima temporada de nieve, mientras nos tomamos una cerveza muy cara y muy poco merecida. No cara por lo que nos cobran, sino por subir a Pajares a tomarla con tan poco esquí... Con todo, como siempre, concluimos que nos merece la pena.

viernes, 23 de febrero de 2024

Sálvese quien pueda

El próximo miércoles 28, a las 19:30 h en el salón de actos del Club Torrecerredo, entrada libre hasta completar aforo. Disfrutaremos (estoy seguro de ello) de la presentación del libro de Angel Castro.
Conozco a Angel hace más de treinta años. Uno de mis primeros recuerdos de escalada es estando en Quirós, encontrarme con Angel y con Mon escalando con Gelu hijo (un guajín de aquella) y con Kike Montes (también un guajín de aquella)... A lo largo de los años hemos coincidido muchísimas veces en el monte, compartiendo escaladas en ocasiones. Estoy seguro de que su presentación y por supuesto su libro me van a gustar. Editado por Alberto Boza desde Ediciones Cordillera Cantábrica: https://www.edicionescordilleracantabrica.com/ Nota: La presentación estuvo muy entretenida. El libro me lo he leído en dos sentadas, muy entretenido en general. Algunos relatos son realmente buenos.

lunes, 19 de febrero de 2024

Hirondelle

Escalar para mí, como para mucha gente imagino, es un conjunto de unas cuantas cosas. Desde luego no es solo el mero ejercicio físico, o los grados y los números. En realidad, va acompañado de muchas más cosas que me hacen evocar vivencias o soñar con ellas por adelantado.
A la hora de plantearme una vía, la inspiración suele venir por su estética, por su historia, por su estilo, pero desde luego también por su nombre.
Ya sea de escalada deportiva o una línea en una pared en montaña, desde que empiezas a pensar en ella, a soñar desde casa o desde el pie de vía, ya sea cuando ya la estás peleando, o después, cuando ya la has hecho (o te has retirado fracasando), su nombre siempre me ha parecido importante. Y siempre me ha influido que los nombres fueran inspiradores. El Rescate emocional, Amistad con el Diablo, London Wall, El Ruiseñor, Manantial de la noche, Antimateria, Océano sin límite, Directa americana, Rosa de Mayo, Espolón Marley, el Gaube, Rojo libanés, El Reino de León, la Fiesta de los Biceps, el Jardín de las nueces… Unas hechas, otras por hacer. Es cierto que también tengo recuerdos estupendos de vías con nombres infames, como el espolón Soplapollas en las Oseras por ejemplo. Pero cuando has estado soñando tiempo con una escalada, su nombre para mí también importa, y si es bonito pues mejor.
El fin de semana pasado estuve por dos veces en el sector de la Canal de Otura. La cuesta y la distancia de la aproximación son más que merecidas para el sitio: vías de estilo variado, vistas bonitas, ambiente tranquilo. Además los dos días he coincidido con gente que hacía tiempo que no veía, bastantes años en algún caso, y me ha encantado encontrármelos de nuevo en la roca.
Dentro de las vías que hicimos, varias de ellas muy buenas, para mí destacó sin duda un 6c de unos treinta metros de recorrido, sobre una roca excelente, con secciones de movimientos muy guapos. Después de escalarla, cuando buscábamos la siguiente a intentar, me fijé en su nombre en la guía y se completó la sensación que ya tenía: se llama Hirondelle. Ese nombre es para mí realmente evocador y me traslada de forma inmediata hasta la aérea arista Este de las Grandes Jorasses.
El nombre completó el efecto que ya había causado la escalada. En este caso, a posteriori, el nombre lo redondeó. Los nombres de las vías importan.

viernes, 9 de febrero de 2024

El Cornión en exclusiva

Domingo 28 Enero 2024. Peña Santa Enol (2.478 m), Corredor del Marqués, Rubén Díaz
Sin nevar desde hace semanas y semanas, los Picos presentan un aspecto un poco triste para esta época del año. Es cierto que periódicamente vienen inviernos así, pero no quita para que echemos de menos un poco más de carga blanca. La cuestión es que no teníamos muchas referencias respecto a condiciones: algunas fotos de Fer de la semana previa mostraban en el Cornión cambios bastante drásticos pasando de caras tapizadas a casi limpias (seguramente era más cosmética que otra cosa). El Central estaba aún más pelado, aunque Kico había podido escalar con buena condición en el Torrecerredo. Por otro lado, la previsón para el domingo anunciaba vientos fuertes racheados en las horas centrales del día, con sensaciones térmicas asociadas bastante frías. Así las cosas, y con muchas ganas de subir al monte, descartamos el plan inicial más roquero y nos decantamos por intentar el clásico Marqués a la Torre de Santa María, o Peña Santa de Enol. Fer lo había hecho con Olga y estaba bonito. Esta actividad es un comodín y para allá que nos fuimos. Con este objetivo en mente decidimos aligerar y llevar una sola cuerda de 8 mm. De material duro unos friends, unos clavos, y ojo, hasta unos tornillos! Pues todo se usó. Buena predicción meteorológica y fin de semana. Sin embargo nuestro coche es el único en el aparcamiento junto con otro. Probablemente no esté la cosa para muchas escaladas de renombre, pero vamos, para caminar y hacer ascensiones normales seguro que está estupendo. No entiendo la falta de afluencia. La aproximación la iniciamos a la luz de las frontales. No prevemos pisar nieve hasta la Fragua al menos, así que salimos en zapatillas, con las botas colgadas de la mochila: sumando los piolets, los crampones, la parte de material correspondinente, más la ropa y comida, la mochila pesa lo suyo... Se nota la falta de costumbre. Sin menterme demasiado ritmo, Rubén sube hablando todo el rato. Yo intento aguantar como puedo.
Superamos la Rondiella, Vegarredonda, ya en el refugio viejo paramos a echar un trago de agua. Seguimos hacia la Fragua. Coronado el collado continuamos en zapatillas a buscar el sol en las Barrastrosas, y algo de resguardo del viento fuerte racheado. Este viento del Sur-suroeste, que en las webs lo daban de hasta 70 km/h de racha, es también el que nos decantó a buscar el "abrigo" de una cara norte sobre nieve: nuestros planes inciales eran más roqueros, pero no hay quien pare con esas condiciones trepando en roca... Cuando la nieve empieza a ser continua (está además dura como el hormigón) nos paramos a poner las botas. Escondemos las zapatillas detrás de un bloque. Aprovechamos la parada para ponermos también el arnés, el casco y los crampones. Sacamos un piolet. ¡Ya somos alpinistas! Continuamos ahora remontando trabajosamente las palas que nos van acercando a la Aguja de Enol, para girar a la derecha hacia la Cemba Vieya. La nieve está perfecta.
Mientras subimos charlando, me recuerdo prestar atención: estás en mitad de estas palas enormes donde un resbalón tonto puede ser definitivo.
Finalmente, hacia las once y media estamos en la R0 que da comienzo a la escalada propiamente dicha. Sacamos los trastos y la cuerda y me ato para tirar delante yo sin sorteos. Mientras nos preparamos, el viento restalla con explosiones violentas en la cresta con las Cebolledas: se ve que llegan rachas muy intensas de vez en cuando.
La escalada de este primer largo siempre tiene interés: en esta ocasión, aparte de los pasos mixtos iniciales (fáciles), al pasarse a la nieve de la izquierda aflora un pequeño tramo de hielo de fusión (muy tumbado) donde aprovecho para meter un tornillo corto. Estiro luego por el embudo hasta alcanzar la flamante reunión de parabolts que han colocado unos metros por debajo de la antigua. Aplaudo la iniciativa mientras aseguro a Rubén, que viene pinchando el hielo con soltura.
A ratos el viento me zarandea violentamente. También bajan coladas de nieve fina que me obligan a poner la capucha de la chaqueta. Sigue él delante a continuación, buscando también un poco de hielo vivo donde también vuelve a colocar un tornillo...
Apurados los sesenta metros y dado que la carga de nieve es muy poca, tiene que montar una reunión por debajo de las oficiales: mete un clavo en la roca y refuerza. Al llegar yo sigo delante, a partir de aquí la cosa afloja y salimos medio ensamblados hasta la base del diedro final.
Procuramos no correr demasiado porque se nos acaba el disfrute... Este último largo está muy pelado, básicamente en roca. Rubén tira delante y estira luego hasta salir a la arista, como siempre.
Al llegar arriba al sol, aunque nos da el viento de cuando en cuando, podemos comer algo y disfrutar de las vistas: la Peñasanta tiene la Norte muy escasa, aunque la Estrecha se ve en condiciones. Es en este momento cuando piensas que deberías haber intentado ir hasta allí... pero claro, le sumas otra hora más a la aproximación! y además sin estar seguro de si va a estar bien la cosa. Montamos el rápel desde un par de relucientes nuevos parabolts: de nuevo aplaudo la iniciativa de los reequipadores.
Llegados a la base del diedro, recuperamos la cuerda, nos atamos en corto, y nos disponemos a destrepar así el corredor. Sin parar y sin ningún problema llegamos hasta la reunión 1. Aquí montamos el rápel y bajamos en diagonal por donde escalamos hace un rato (al venir con una sola cuerda no da para rapelar directo).
Desde aquí destrepamos con cuidado la parte más alta de la Cemba Vieya, y luego ya nos damos la vuelta caminando cara al valle tranquilamente. Recuperamos las zapatillas, pero aún no las calzamos, seguiremos de momento de botas. Nos quitamos aquí el arnés, los crampones y guardamos el piolet. Seguimos hacia la Fragua donde nos cruzamos con una mastina, la única compañía que veremos en el día. Está por aquí sola, cosa rara. Seguimos bajando apurando las lenguas de nieve, deslizando lo posible, y un poco antes de la Cuerre Benita paramos ya a quitar las botas y poner las zapatillas. Desde aquí y hasta el coche se me hace algo duro por la mochila: la falta de costumbre pasa factura. Respecto al resto me encuentro bien. Buenas sensaciones. Al llegar al coche, vemos otros dos aparcados junto al nuestro, pero no hemos visto a nadie. Es un poco antes de las seis de la tarde. El reloj marca los 21 km recorridos, y los 1500 m positivos. Diez horitas de soba sin apenas parar. Como dice Rubén, antaño esto veníamos a hacerlo en dos días, subiendo a dormir el día antes de Vegarredonda o a la Fragua, y al día siguiente escalar y bajar. Ahora, que somos más vieyos, venimos en el día. ¡Normal llegar cansados! Gran jornada de montaña por los Picos. Y todo el macizo para nosotros. ¡Qué lujo! El corredor del Marqués es una actividad sencilla pero muy guapa. Ideal como iniciación al Alpinismo. De hecho fue una de mis primeras actividades invernales en los Picos, precisamente con Rubenín, en un muy lejano invierno de 1992. 32 años hace ya. Nos hacemos viejos. Eso sí, viejos pero atados y en el monte!
No sé si es por falta de ganas o de referencias, pero una semana después, mi amigo Rafa con sus colegas volvieron a hacer el Marqués en estas mismas condiciones, y de nuevo, con todo el macizo para ellos solos. A ver si nieva pronto...
Gijón 6:00 h Pandecarmen 8:00 h Barrastrosas 10:15 h Reunión 0: 11:30 h Cumbre 13:15 h Reunión 0: 14:30 h Barrastrosas: 15:15 h Pandecarmen 18:00 h Gijón 20:00 h

domingo, 4 de febrero de 2024

Cultura del remiendo

Hace un par de meses, en la aproximación al Espolón Asturcones en el Agero, una traicionera y afilada rama de encina, unida a mi torpeza matinal, generó un enorme siete en la manga de mi querido primaloft Arcteryx, Atom LT Hoody.
El enorme tamaño del roto me hizo pensar que había llegado el final de la vida útil de esta chaqueta, que por méritos propios está entre mis prendas favoritas de montaña de siempre. Ya va para diez años la chaqueta, usada primero por la calle y luego en el monte sin piedad. Cómoda, ligera y guapa. En ese momento la metí a la mochila con pena. A la vuelta a casa y tras pensarlo un poco, decidí llevarla a mi costurera de cabecera, a ver si había solución. Me dijeron que sin problema, que por mucho que me sorprenda, cosas peores les llegan. Y por un módico precio me la han dejado de nuevo operativa.
Con un buen parche se resolvió el roto. Ahora ya está de vuelta dando guerra.

lunes, 29 de enero de 2024

Prácticas en Miraño

Sajambre, enero 2024
En este invierno tan rácano en nieve, una escapada rápida al pueblo a intentar disfrutar del efímero blanco. De camino para allá, la temperatura está más baja en Cangas que en Sajambre...
En el pueblo queda nieve y tras descargar las cosas e instalarnos, salimos de paseo con los esquíes para que Jimena pruebe.
El bosque está muy guapo, las vistas lo mismo. Los primeros pasos foqueando son optimistas.
En Miraño remontamos hasta la parte alta. Practicamos algunas maniobras habituales, vueltasmaría, cruce de regatos.
Quitamos las pieles y damos los que son los primeros giros en nieve virgen para la rubia.
Javi, a pesar de ir con mis tablas y botas, que le quedan dos tallas grandes, demuestra una envidiable soltura con giros en paralelo...
Una batalla de bolas de nieve no puede faltar antes de retirarnos al abrigo de la lumbre.
Al día siguiente amanece feo. Se ha quitado parte de la nieve. No da para salir de nuevo. Se acercan Elías y Marta a tomar un vermút, charla animada. Disfrutar de las cosas pequeñas.