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viernes, 19 de agosto de 2011

La Festa del Paca - Oeste Urriellu

13 Agosto 11
Martín Moriyón
Urriellu (2519 m), "La Festa del Paca" 500 m / 6c+ / V obl.


Silueta famosa
Al Picu, por la Oeste, por una vía nueva y en el día desde casa, un buen plan.
Madrugón para coger la fresca en la aproximación. El trayecto hasta Sotres va animado de charla variada, hace tiempo que no nos vemos. A las siete en punto ya estamos empezando los primeros prados hacia el collado de Pandébano mientras el día se va despertando. Adelantamos a dos grupos también madrugadores. Vamos muy ligeros, Martín tiene arriba cuerdas para currar, así que las mochilas apenas pesan, y podemos ir hablando sin parar a pesar del ritmo alegre: en hora y media estamos en el refugio.




En la oeste sólo hay dos cordadas, una en la Directísima empezando el tercer largo y otra en la Rabadá en la reunión del segundo largo. Poquísima gente para un día azul perfecto de mediados de agosto. 
Nos planteamos tirar para la Rabadá, un viote que siempre pide repetirse, pero la lentitud del primero de cuerda en el comienzo del tercer largo nos lleva de nuevo a nuestro objetivo inicial del día, “La Festa del Paca”, una vía de 500 metros de cara Oeste, aunque está claro que de oeste muy light.
Después de rehacer las mochilas, aligerando algo más de material y de ropa, y coger agua, arrancamos hacia la canal de la Torca, por donde entra la vía después de la cueva de las Balas. La temperatura es fresca a la sombra, a ratos sopla algo de viento y vamos de manga larga.

Arranca Martín en el primer largo cuando son las nueve y veinte. Esta primera tirada de V+ resulta ser bastante tiesa, sobre todo en la segunda parte. Tiene algún tramo mojado pero que no molesta. Hay bastantes seguros fijos en forma de spits y clavos, por lo que apenas hay que pensar. Martín resuelve con eficacia. Bastante guapo de escalar. 



Lo alcanzo y salgo hacia el segundo largo, empezando por un tramo corto de IV o III+ que me saca a una vira de caminar, de piedra rota. La recorro mirando las placas de encima sin ver nada, voy adelante y atrás sin éxito y acabo llamando a Martín para que remonte hasta aquí a ver si entre los dos decidimos por dónde tirar. Llega él y tampoco ve nada, pero decidimos que siga tirando yo por los muros de encima, hacia unos nichos amarillos, que nos parece lo más lógico. Estoy a unos quince metros de la vira, llegando a los nichos, cuando por fin veo un spit a unos seis metros a mi izquierda, luego un clavo y más arriba más spits. Miro para abajo y veo una reunión de dos chapas en mitad de la placa, unos doce metros por encima de la vira donde Martín está cómodamente de pie. Es un sitio muy raro para montar el relevo, pero bueno… Destrepo unos metros y hago travesía para retomar la vía. 


No traigo las chapas recuperables conmigo, algo de lo que me arrepiento pronto: supero dos spits en escalada de adherencia básicamente, hasta que veo un buen distanciado hasta la siguiente chapa, aunque por medio asoman las cabezas de dos buriles… Alcanzo el primer buril y le paso el cable de un fisurero pequeño por la cabeza, y lo estrangulo con cuidado. Continúo hasta el segundo en pasos de adherencia y repito la maniobra de pasar un fisurero con dificultad. Ahora intento el paso de 6a+ varias veces, pero la mirada se me va más al fisurero que a las pequeñas presas de mano (algunas se me escachan) y que a los inciertos apoyos de adherencia de pies que me tocan. Finalmente, después de cinco minutos probando, paso una cinta por el mosquetón e improviso un paso de estribo hasta chapar el siguiente spit. No sé si con las chapas recuperables lo habría encadenado, pero seguro que lo habría intentado con más fe… Desde aquí para arriba en libre sin problemas. El largo surca ahora una buena fisura de unos ocho metros de largo, en la que hacia su mitad, pudiendo colocar seguros limpios de todo tipo, extrañamente me encuentro un spit: imagino que estas cosas raras pasan a veces al abrir en solitario (¿??). Unos diez metros más y alcanzo la reunión en una terraza cómoda.
El tercer largo (cuarto según el croquis) lo tira Martín: va por un espolón de roca delicada a ratos, con seguros de vez en cuando, puentes de roca y clavos, y con la reunión en un sitio que también nos parece algo raro, tiene justo encima una terraza más apropiada.
Sigo yo ahora en el cuarto largo, que se estira hasta el collado de Tiros de la Torca, encontrando algún puente de roca equipado para confirmar el recorrido, muy fácil en este caso. Reunión sobre clavo, fisurero y firend. Llega Martín y se mueve unos ocho metros caminando por el filo del collado de Tiros hasta otra reunión sobre dos parabolts.
El viento comba las cuerdas en los Tiros de la Torca
Quinto largo, 6a, sale Martín hacia un desplomillo protegido con un clavo, el resto del largo es guapo y sobre buena roca.

Sexto largo, IV, tiro yo,  roca algo descompuesta, bloques grandes, algún puente de roca y/o clavo y posibilidades de protección fáciles. Me encuentro la reunión dos clapas y clavo bajo un bloque antes de la tirada difícil, una vez más, nos parece un sitio poco lógico: estaría mejor encima del bloque, al pie de la tirada desplomada, aunque es cierto que la roca está más compacta aquí.



Llega al momento Martín y sale hacia nuestro séptimo largo, el más duro, cotado de 6c+/A1. La roca está delicada para tirar fuerte de las lajas, desploma ligeramente al principio y da mala sensación, pero está asegurado con spits a metro, algún clavo también, y sólo dos buriles para chapa recuperable, pero que están en sitios cómodos. 
Martín empieza en libre, pero se pasa al A0 agarrándose un par de veces al principio, el resto en libre. Yo intento en libre y llego hasta la cuarta chapa, cuando estando aún en la zona que desploma un poco, tirando de una laja medio rota, esta cruje y me agarro al express que tengo delante. Se puede forzar en libre claramente, las presas son de buen tamaño, aunque sobre roca de aspecto muy desagradable. El grado no creemos que sea más duro que el de referencia del croquis, 6c/6c+.


Llego a la reunión en la que me asegura Martín, colgada a la entrada de una chimenea. Si estuviera metro y medio más abajo estaríamos de pie en una repisa... Salgo a por el octavo largo, V, que empieza por una chimenea bastante tiesa, de unos cuatro o cinco metros, y que cojo por la derecha (hay dos): aquí la roca es buena por fin, caliza típica del Picu. 
Salgo al filo de la Oeste con el anfiteatro y la Sur a la vista, hay gente saliendo por la Cepeda. El ambiente aquí es muy guapo.


Me releva Martín en el noveno largo, V+ que consiste en un bonito paso de bloque aislado, protegido con un spit. Después sigue hacia la arista sobre buena roca.





Una trepada final en la que nos desencordamos, III, y hacemos cumbre a las dos y media; cinco horas y diez minutos, a pesar de perder bastante tiempo para coger el largo 2 o 3.




No hay nadie más, todo un lujo, los de la Cepeda se han ido a los rápeles sin hacer la cumbre (algo que yo no concibo). Por la sur apenas se ve gente tampoco. Disfrutamos un buen rato de la cumbre solitaria, algo insólito en agosto, y después de comer algo y de las fotos de rigor recogemos todo e iniciamos el destrepe.



Destrepamos hasta la reunión de la bañera, donde nos encontramos a una cordada de cuatro chicas, algo que también es muy poco habitual. Dos rápeles a tope de cuerda sin problemas y al suelo. 
Ahora remontamos al collado de Tiros y bajamos por la Canal de de la Torca, que Martín no conoce en verano. Tras muchos años sin pasar por aquí, me depisto en algún paso, pero llegamos a un oportuno parabolt con un maillon, montamos un rápel de treinta metros y desde ahí el resto es caminar hasta la Vega. Con despiste y todo, esta es una forma muy rápida de bajar si tienes que pasar de nuevo por el refugio (y si sabes destrepar un poco).
En la vega hay mucha gente, aunque escaladores pocos. Charlamos con Manu, que ayer hizo la Leiva, y que era uno de los de la Cepeda que vimos antes. También charlamos con Iñigo, el guarda: hace más de doce años que no nos vernos, sigue tan majo como siempre. Rehacemos las mochilas, comemos algo y salimos para abajo.
En la bajada, con calor, vamos comentando los cursos y exámenes que van haciendo Martín y Fer para sacarse la titulación oficial superior de guía de montaña, algo que no tiene mucha gente.
Cerveza con limón en el Cares en Arenas y de vuelta para casa.

Estamos contentos por la actividad a pesar de que la vía no nos ha gustado mucho. Lo cierto es que se trata de una vía que tiene una buena línea, lógica, pero con roca mediocre. En el monte hay que saber escalarlo todo. Para mí además, tiene el aliciente de hacer algo nuevo en la Oeste después de bastantes años (las vías que me quedan empiezan a ser demasiado bacalao). Con esta sumo diez, pero ya estamos mirando la siguiente…
Escalar con Martín, un placer: a ver si consigo que me mande alguna foto para dar un poco de color a la entrada (desde que se me cayó la cámara en Italia... menos mal que el teléfono tira buenas fotos).



5:00 h Gijón, recojo a Martín
7:00 h Pandébano, empezamos a caminar
8:30 h Vega Urriellu
9:20 h Inicio escalada
14:30 h Cumbre
16:00 h Vega Urriellu
18:00 h Pandébano
20:15 h Gijón