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miércoles, 16 de julio de 2025

Pedaleando por Trafalgar y alrededores

25 junio 2025.

Zahara, Barbate, Vejer, Los Caños de Meca, Trafalgar, Zahora, El Palmar. 58.5 km, 580 m positivos.

Con Iván Morán


Un año más, Cádiz.

Como los dos anteriores aprovechamos los dias de vacaciones en Zahara para escaparnos una mañana a pedalear un rato.

Igual que los otros años, el día antes me acerco a alquilar la bicicleta a Vejer; Bicicletas Francisco. 20 Euros. Buena calidad. Barato y muy profesional. Totalmente recomendable. 


Hoy nos hemos coordinado con las chicas para pasar el día en la playa del Palmar. Ellas irán más rarde para allá con los niños. De este modo nosotros podemos hacer un trayecto lineal sin tener que volver a casa.


Salimos hacia las 9 de la mañana de Zahara dirección Barbate. Al poco de salir del pueblo enganchamos el carril bici que nos saca del tráfico. La luz de la mañana está muy guapa.


Antes de llegar a Barbate nos salimos a la derecha hacia la zona de marismas. Aquí hay una enorme extensión llana aprovechada para el cultivo piscícola. Por entre las "piscinas" circulamos por pistas cómodas observando las aves que pueblan la zona, especialmente los flamencos. Hay varios grupos, alguno numeroso. Son realmente bonitos. Especialmente cuando asustados por nuestra presencia y al iniciar vuelo nos muestran esos colores en sus plumajes que van del blanco al naranja y al rosa.


Tras un buen rato por esta zona nos salimos hacia la carretera de Vejer. Al llegar a la intersección saludamos a un ciclista parado en el arcén que luce un maillot que pone Luarca. Otro asturiano ciclista por estos lares.

Remontamos por una pista hacia Vejer. No nos parece la misma del año pasado. A ratos empedrada, subebaja y nos va llevando hasta el pueblo. El último tramo por carretera.


De Vejer salimos como el año pasado hacia el cercano parque eólico. En esta zona hay muy buenas vistas hacia poniente. El terreno sigue de subebaja. A ratos por tierra y camino estrecho, otros de pista, y algún tramo corto de asfalto. 

Metidos en bosque vamos dirección Sur hasta tocar la carretera que une Barbate con los Caños de Meca. Aquí volvemos a meternos en carrilbici pintado de verde chillón. 



La luz espectacular. Bajada larga y pronunciada por momentos. Al llegar a la zona de playa se respira un relajado ambiente hippie típico de esta zona. 

Continuamos hacia poniente y al poco tiempo nos desviamos a la izquierda hacia el Cabo Trafalgar. 


Este sitio histórico es realmente bonito. Hay restricción al tráfico. Nosotros llegamos pedaleando tranquilamente hasta el faro. Gente por las playitas pasando el día. Unas fotos de recuerdo y retrocedemos hacia la carretera.


Desde aquí nos queda otro tramo de carrilbici hacia Zahora. Después debemos continuar algo más separados de la costa pars seguir después hasta nuestro destino final en la playa de El Palmar. Ha avanzado la mañana y hay algo más de tráfico y calor. No obstante tenemos bastante sombra de la arboleda.


Llegamos a la playa y justo al lado de donde se han instalado Paula y María con los chicos. Las bicis apoyadas entre sí en la arena dan fin a otra estupenda excursión gaditana.


Unos 58 kilómetros con poco desnivel. Pistas, bosques, playas, flamencos. Precioso.


Bañito, comida en el maravilloso chiringuito y resto de la tarde de tertulia, paseo y baños. De vuelta entrego la bici en Vejer y a cenar con el resto de amigos en Zahara. Vacaciones.

Las fotos buenas son de Iván, fotógrafo profesional, no hay duda. Un placer compartir otra pedalada con él.




jueves, 8 de mayo de 2025

BTT por el Sueve

5 abril 2025. Circular al Fito. Siera del Sueve. Con Nando.


No me canso de recorrer estos caminos. Las vistas a la costa y a la Cordillera son realmente espléndidas.

En esta ocasión decidimos hacerla en sentido contrario al habitual, esto es, antihorario. Así supone asumir unos repechos de subida realmente fuertes al poco de arrancar. 


Sin apenas hacer calentamiento, gente tozuda como somos, en algunos tramos llegamos realmente al corte de gas...

Nando va delante apretando las cuestas con una soltura envidiable. Yo consigo encadenar algunos, pero echo el pie a tierra en otros.


Después de estos primeros kilómetros más intensos recorremos otros tramos más tranquilos aunque siempre en subida.

Vamos en vertiente Norte con vistas a las playas. Espectacular. 




Coronamos el punto más alto muy cerca del pequeño sector de escalada de cuarcita. Sitio precioso con vistas a ambas vertientes. Al norte las playas del Cantábrico.  Al Sur la Cordillera y los Picos, aún luciendo nieve abundante.


 

Bajamos desde el área recreativa hacia la carretera del Fito. Esta la subimos por unos cientos de metros, desde aquí nos dejamos caer en asfalto también hasta volver a salirnos hacia el bosque.


Faldeamos la ladera Sur en subebaja. En este sentido que la estamos haciendo hoy hay zonas con subidas bien intensas.

Nos cruzamos a una pareja caminando y más tarde a una chica en bicicleta con su perro. El resto del recorrido hemos estado solos.

Llegamos al entorno del campo de golf de Berves. Nos cambiamos y vamos a tomar una cerveza en el merendero del club. 

Vistas espectaculares mientras rehidratamos.

Pocos kilómetros pero bien intensos. 

Apenas algo más de dos horas, 18 km, 500 m positivos, a unos 40 minutos de coche de casa, qué lujo este sitio donde vivimos! con el incansable Nando, otro lujo!

domingo, 26 de enero de 2025

Peña Gorbea en bicicleta de montaña

30 Noviembre 2024
Miguel Vallina, Nando del Pozo
Circular con ascensión a Peña Gorbea (1.482 m), 25.9 km, 910 metros positivos.


Venir en el día desde casa en Asturias para dar una vuelta en bicicleta hasta la cumbre más alta de Álava parece un poco raro, pero la realidad es que se hace estupendamente.

Quedamos a las siete con intención de estar de regreso no muy tarde. Vamos tres: Miguel, Nando y yo. El viaje es cómodo. Cafetito en  el área de descanso de Altube a esperar a que levante un poco el sol, que las temperaturas están aún muy bajas para montarse en la bici.
Desde Murguía, bien abrigados, salimos por carretera unos pocos kilómetros hasta Zárate. Hace sol pero bastante frío. Cruzamos multitud de ciclistas, de carretera en su mayoría. 
Una vez en Zárate abandonamos el asfalto y tomamos una pista señalizada que nos empieza a meter en un precioso bosque de robles. La cuesta es llevadera y vamos remontando la ladera hacia el Este. Cruzamos gente caminando, algunos de subida y otros ya de bajada (aunque estos no vienen de Gorbea).


El terreno es ideal para la bicicleta de montaña, con algunos repechos más exigentes pero en general suave. Eso sí, subida continua. Hacemos alguna parada a comer algo y a disfrutar de las vistas: árboles centenarios, grupos de caballos potentes pastando las praderías.




Una vez superada la línea de bosque, que ha cambiado de los robles dominantes primero, a hayas y más tarde a pinos (se ven claramente las cotas de altura que marcan las distintas especies) salimos a terreno abierto y amable: lomas suaves con camperas y vistas panorámicas. 



Ganado el collado que separa el Gorbea de la cumbre secundaria del Araza, ganamos vista al norte y a nuestra cumbre objetivo: se ve la cumbre casi al alcance de la mano, aunque a la vez sabemos que nos queda un buen repecho aún.


El tramo final requiere salirse del leve camino marcado y bacheado de piedras (perfecto para caminar pero no para las bicicletas) por la campera a la derecha para, remontando fuerte aquí, ganar la cumbrera y seguir remontando ya sí hasta la misa cruz. 


Llegamos muy contentos. Hay bastante gente, en su mayoría caminantes pero también vemos alguna otra bicicleta. Sigue estando bien fresco. Mirando alrededor Nando nos muestra algunas otras cumbres vecinas bien famosas para los vascos: el Amboto se ve cercano. La reserva de Urkiola se extiende espectacular. 




Es un paisaje suave en general, amable comparado con los cordales típicos en Asturias. Asoma la caliza por muchos sitios, y la vista es panorámica en todas direcciones: al norte a la costa y al sur ya más mesetario. Nos sacamos unas cuantas fotos de recuerdo.


Salimos ahora hacia abajo dirección Oeste por la enorme loma del Gorbea: prados infinitos de perfil redondeado que nos permiten circular bastante rápido. Mis amigos se distancian de mí rápidamente. Me esperan de cuando en cuando para reagruparnos y no confundir algún cruce. 


No tiene mucha pérdida en la parte alta, y se ve el valle hacia el que nos dirigimos y que nos sumergirá de nuevo en los bosques.
Hay varios tramos un poco más trialeros en los que se viven amagos de caída, alguno de ellos librado de pura casualidad por mi parte. No es tanto que sean demasiado técnicos como el hecho de llevar ya bastante rato en este tipo de terreno: ganas confianza, aumentas la velocidad, y entonces es cuando aparece la piedra en la que rebotas de manera descontrolada... Finalmente no hubo que lamentar ningún impacto indeseado...
Una vez de nuevo en el bosque el terrreno se hace de subebaja por zonas, predominando la bajada en todo caso. De nuevo zonas de bosque espectaculares con abetos, pinos, robles, etcétera. En esta pista encontramos más gente de paseo, a caballo, con niños... El sitio es realmente precioso.
Vamos paralelos al río Larrea con sus puentes, remansos y pozas, una chulada.


Llegamos al pueblo de Sarria y de este a Murguía, donde dejamos el coche esta mañana. Son las dos y media de la tarde. Mientras nos cambiamos de ropa nos comemos un bocata. Después nos vamos hasta una de las numerosas terrazas de los bares del pueblo: nos tomamos una cerveza y picamos algo más. Comentamos lo mucho que nos ha gustado la excursión. Nando es la tercera vez que la hace, pero Miguel y yo somos nuevos en la zona y nos ha encantado.
De camino de vuelta paramos a tomar un café en Unquera: una caja de corbatas para casa, que siempre ayuda llevar algo dulce de vuelta. 
Tres horas y cuarenta minutos de ruta para unos 26 km y 900 metros positivos en un paisaje precioso para la bicicleta de montaña.


Ruta totalmente recomendable, realmente bonita. Gran día con muchas risas con estos dos elementos.



Gijón 7:00 h
Murguía 10:30 h
Peña Gorbea 13:00 h
Murguía 14:15 h 

miércoles, 4 de octubre de 2023

Balcones de Ordesa

Fin de semana Pirineos express Nando del Pozo Sábado BTT por Ordesa: ruta de los Balcones de Ordesa (37 km, +1.350 m)
Habíamos retrasado el plan algunas semanas, pero finalmente el viernes arrancamos de casa a las tres de la tarde, con muy buena previsión meteorológica. Conducir hasta Jaca charlando animadamente: son unos cuantos kilómetros y horas, pero lo cierto es que el paisaje es variado y la conducción entretenida. Cuando estamos llegando llamamos para reservar en alguno de los campings: varios ya están cerrados, curiosamente en el que reservamos está casi completo. Al llegar descargamos las bicicletas, montamos la tienda, hacemos algo de compra en el super, y salimos a dar una vuelta por el pueblo. Está fresco: aparecen los primaloft y los plumíferos… Cenamos en la terraza del Biarritz, y temprano retiramos a dormir. Chispea algo de lluvia cuando nos acostamos, pero apenas son cuatro gotas. Amanece bien frío. Temprano desmontamos la tienda sin hacer ruido y salimos en coche sin desayunar, para conducir hasta el punto de inicio de la ruta de hoy: Broto.
La ruta del día Nando ya la conoce: consiste en un recorrido circular que remonta cordales boscosos situados justo frente a la fachada del Parque Nacional de Ordesa. Sube un buen desnivel para alcanzar una serie de miradores desde los cuales baja por otras pistas hasta Torla. Se completa uniendo los pocos kilómetros entre este pueblo y Broto. Al llegar al pueblo nos vamos a tomar un café mientras esperamos a ver si atempera la cosa: estamos a pocos grados sobre 0… Bien abrigados con toda la ropa puesta, nos subimos a las bicis. La ruta comienza por un breve tramo de carretera, que remonta metros desde el principio, para llegar al pueblo de Buesa. Al poco de pasarlo ya abandonamos el asfalto y nos metemos en una buena pista de tierra, ancha, que se va internando en el bosque. La pista tiene subida continua que no afloja casi en ningún momento. Si acaso, a ratos se pone más dura, con repechos de intensidad que piden meter hasta el desarrollo más corto para poder remontarlos. Es en estos momentos cuando la conversación cesa, cuando la respiración se altera, cuando nos reconcentramos dosificando fuerzas, analizando los siguientes dos metros de suelo por delante para minimizar los obstáculos… Afortunadamente venimos en forma, y ascendemos parejos, tramo a tramo. La temperatura sigue siendo fría, y aun cuando ganamos el sol se mantiene fresca. Nos cruzamos con unos pocos paseantes, con cestas en la mano, recogiendo setas. El paisaje se asoma a ratos por entre la densa arboleda: la escala del Pirineo, para nosotros que venimos de montañas casi de juguete, a cada mirada a los cordales, los valles y perfiles que nos rodean, se nos revela espectacular.
Ganando cota a fuerza de pedal vamos saliendo de la curva de nivel del límite de los árboles, y los prados empiezan a ganar espacio. Coronamos el cordal secundario y por primera vez cogemos perspectiva del frente de paredes de Odesa, y por detrás y por encima, la cuerda de cumbres míticas de este sector del Pirineo oscense. Un poco de nieve espolvoreada le da el matiz merecido de la altura. La cuesta es más leve ahora, y paramos a ratos a disfrutar de las vistas.
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El último tramo de subida, desde la collada del Estallo, nos reserva un duro repecho ya sin pista para coronar la punta Estatón. Nos retorcemos sobre las bicis para completar la ascensión sin echar el pie a tierra. Son retos de esos gratuitos que nos autoimponemos sin más necesidad que la de nuestra propia satisfacción personal. Por fin llegamos al punto alto, y desde aquí nos desviamos por un ramal que recorremos hacia la derecha, para llegar al mirador.
En el collado más alto que vamos a alcanzar, a unos 2150 metros, está el mirador de Punta Cuta. Aquí nos encontramos un pequeño grupo con una guía, que les explica los orígenes glaciares de las formaciones, las características de los bosques, los nombres de las cumbres… Al poco rato se van y nos quedamos solos disfrutando el momento. La vista desde aquí es tremenda: justo delante de nosotros, al otro lado del valle se levantan las vertiginosas paredes de Ordesa, en las que reconozco las formaciones principales, el Tozal del Mayo, el Gallinero, la cascada al lado de la que bajé con Pablo hace años después de escalar el Pilar de Cotatuero, a la derecha la Fraucata… Por encima de esas fajas, nuevas paredes y por detrás las cumbres de los Gabietos, la Brecha de Rolando, el Casco, la Torre de Marboré, y hacia la derecha se intuye enorme el Monte Perdido. El Taillón está oculto por un monte menor adelantado. Abajo la pradera, el valle, coches aparcados, bosque, pistas… Ya estamos volviendo hacia la pista cuando llega una pareja muy veterana, marido y mujer, con atuendos de ciclista. Nos piden sacarles una foto. Gente encantadora con la que charlamos un buen rato comentando su admirable amor por la montaña: con 78 años vienen remontando con bicicletas eléctricas desde Nerín, al fondo de otro valle más al Este. Nos cuentan cómo más de 50 años atrás coronaban algunas de las cumbres que observamos… Les decimos con sinceridad que son fuente de inspiración para nosotros.
Tras varios intentos infructuosos de reparación del freno trasero de Nando, y algo de charla con un par de chicas que llegaron también en bicicleta (casualidades, una de ellas de Ribadesella!), iniciamos la larga bajada.
Rebotando en los baches, antes de coger la pista ancha cruzamos algunos ciclistas más. El sitio es realmente perfecto para la BTT.
Desde aquí la velocidad aumenta: menos mal que él va sin freno trasero, pienso mientras intento seguirle el ritmo. Con la velocidad notamos que la temperatura sigue baja y paramos a abrigarnos. Desde ese momento ya no hacemos más que alguna breve parada para sacar alguna foto. La bajada hasta Torla es igual de larga que lo fue antes la subida: vamos por otros cordales distintos a los de la mañana, metiéndonos poco a poco de nuevo en los bosques, cruzando algunas praderas con cabañas, tramos de piso más roto, con repechos fuertes. Nando negocia como puede que no se le lance de más la bicicleta. Finalmente llegamos al fondo del valle, bastante gente paseando por las pistas señalizadas. Hemos perdido más de mil metros de desnivel y hace más calor aquí. Cogemos la carretera para entrar en Torla, con miradas hacia atrás a los murallones de Ordesa…
Unos breves kilómetros de carretera y llegamos a Broto y al parking. Nos cambiamos de ropa y vamos a rehidratar con una bien merecida cerveza en el mismo bar que desayunábamos apenas hace cinco horas.
Esa misma tarde conduciremos hasta el Portalet y subiremos a vivaquear a los ibones de Anayet, pico que queremos escalar al día siguiente. Pero la visita aragonesa y la kilometrada ya están amortizadas con estas horas de bicicleta de montaña por estos parajes.
Ha sido una ruta simplemente espectacular.