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lunes, 11 de noviembre de 2024

50 Aniversario grupo Codema AL

El pasado día 1 de noviembre fue el 50 aniversario de la primera excursión del grupo de montaña de mi colegio, el Corazón de María de Gijón: el grupo se llamaba Codema Aire Libre.


Este grupo fue fundado por dos curas apasionados de la montaña, el padre Bernardo y el padre Valdivielso, que junto con un grupo de alumnos del colegio comenzó a salir al monte de forma continua cada sábado durante los meses de curso escolar.


El grupo estuvo operativo desde finales de 1975 hasta 1998. 

Valdi en su medio

Durante estos casi veinticinco años Bernardo y Valdi organizaron excursiones por toda la Cordillera Cantábrica, pastoreando a grupos de decenas de alumnos del colegio, desde los 6 o 7 años los más pequeños, hasta los 16 o 17 los mayores. Con los años se sumaron a las excursiones padres que participaban en las mismas.

A lo largo de los años, dentro de las actividades del club, aparte del sistemático recorrer cordales y cumbres cada semana, también se organizaron numerosos campamentos y acampadas. 

Se editaron un montón de revistas y publicaciones varias. Se subía a las estaciones de esquí en temporada. Se participó en cursos de alpinismo. Se hacían celebraciones anuales como el Magüestu o la Paella de fin de temporada. Se participaba en marchas reguladas junto con otros clubes, etc.

El grupo fue el impulsor de la Semana de Montaña de Gijón, que va a por la edición 45.

Belenes de cumbre. Misas de campaña. Juegos en las camperas.

Todo esto sucedía inicialmente en una época muy distinta a la actual, en la que los medios disponibles, los recursos, los materiales, etcétera, eran mucho menores que hoy día. No había teléfonos móviles, ni GPSs, ni previsiones meteorológicas detalladas, ni goretex... El empuje de Bernardo y Valdi podía con todo esto. Y la ilusión de los alumnos les seguía.

Yo empecé a ir con el grupo a la montaña cuando tenía 8 o 9 años, incitado por alguno de mis amigos compañeros de clase que ya iba. A partir de esas primeras excursiones, cada vez me fui enganchando más a la montaña, poco a poco. Y desde entonces hasta hoy.

El jersey del grupo, que llevábamos todos. Tejido por nuestras madres o abuelas. En aquella época más apretada, cuando los forros polares aún no existían.


Mi recuerdo es el de ir a la secretaría del colegio, donde Valdi trabajaba, el martes a medio día para apuntarme a la excursión del sábado. A veces ya estabas en reserva en la lista porque ya estaba completo el autobús... Luego, si tenías plaza, el jueves volvías a pasar y te entregaban la hoja de la excursión, donde con un texto descriptivo y un mapa esquemático te hacías una idea de lo que te esperaba.


Hubo algunos cursos en los que fui a más excursiones que en otros, también practicaba otro deporte que me condicionaba la agenda, pero lo que es claro es que gracias al grupo del colegio me había enganchado a la montaña...

Decenas de excursiones, de cumbres, de juegos, de mojaduras, días de frío, de calor, de ratos de sed o de hambre, de risas, de montaña. Un aprendizaje lento, progresivo, de los valores y del respeto al medio, en todos los sentidos. Ese proceso nos transformó a muchos.

Viendo ahora las hojas de las excursiones, me sorprende lo audaces y auténticas que eran muchas de ellas. Verdaderos recorridos de montaña ascendiendo a cumbres en ocasiones complicadas. Y todo esto, recordemos, con un grupo de chavales de rango de edad muy grande. El cierre del grupo por Bernardo, acompañando a los más lentos. Las emisoras entre algunos de delante coordinando en los desvíos. Buscando alternativas cuando el tiempo no acompañaba...


De la gente con la que a día de hoy voy al monte a caminar, a escalar, a esquiar, salgo en bici, etc, un porcentaje alto de ellos viene del grupo Codema AL. Algunos más jóvenes que yo y otros más veteranos, empezamos a ir al monte en el grupo del colegio, y seguimos yendo décadas después. Y seguiremos.

1994 con el jersey del Club en el Solvay, Cervino

Con motivo de este aniversario, hace unos meses un grupo de los más veteranos del grupo organizó un grupo de Whatsapp, convocó una excursión conmemorativa, y organizó una espicha de celebración.

En las semanas previas al aniversario, en el grupo de whatsapp se sucedieron los comentarios, se compartieron multitud de recuerdos, de fotos y vídeos históricos de la trayectoria del grupo.

Lo que se destilaba de todos los comentarios y la información compartida por todos era un cariño enorme hacia la labor de aquellos dos curas, que nos inculcaron, generación tras generación, el amor por la montaña. 

La excursión del pasado día 1 fue un éxito, el día estuvo estupendo y la cumbre elegida, el Pienzu en el Sueve, hizo su parte para lograrlo: espectacular escenario (por problemas de agenda yo no pude ir a la excursión). 

La espicha posterior completó la celebración. Encuentros emotivos intergeneracionales, comida y bebida típicas. Recuerdos varios y por supuesto bastante cachondeo (esta no me la perdí).




El padre Bernardo ya murió hace unos años. Recuerdo su funeral con la iglesia llena hasta los topes, cosa llamativa para una persona tan mayor. Valdi sigue con nosotros y nos compartió un emotivo vídeo en el que nos agradecía la iniciativa. Somos nosotros los que le debemos dar las gracias a él.

(las fotos son de gente variada del grupo, pero muchas de ellas de Isidoro Luque)

No creo que ni Bernardo ni Valdi llegaran a ser conscientes de cuánto nos influyeron a muchos de nosotros.

Grandes Bernardo y Valdi. Os debemos mucho. Gracias. Muchas gracias.

Salud y Montaña



sábado, 4 de junio de 2022

Pienzu tormentoso

Viernes tarde 3 junio 2022

El Pienzu por la Biescona.

Tarde de paseo.

Previsión de tormenta por todas partes. Habíamos traído el material para trepar, que falta nos hace (ya llevamos varias tardes de viernes y parece que le vamos cogiendo el ritmo), pero estaba claro que hoy era mejor opción caminar.

Salimos hacia las tres y media del parking de Casa Julia dirección a la Biescona. Mucho calor y humedad, bochorno. Bosque mágico de paisajes en los que te imaginas un Trasgu o una Xana saliendo de detrás de un tronco en cualquier momento...


Al salir al Bustacu refresca y se vuelve agradable. Hace brisa que se agradece. Típica manada de caballos. Potros jovenzuelos. Mezclados algunos Asturcones.

Amagos de lluvia por momentos. Algún trueno se oye lejano.

Remontando la pista, a la derecha y entre unas cabras, se levanta un gamo, una gama mejor dicho, con sus motas blancas sobre el pelaje marrón claro. Nos observa desde lejos antes de arrancara hacia la espesura.

El cielo se va cerrando.  A ratos gotea, a ratos truena. La cruz se va acercando.

El ritmo de Rubén es perfecto, él pudiendo ir mucho más fuerte, regula para no acabar conmigo.  A cambio va hablando sin parar.

Por fin hacemos cumbre. Justo a la vez retumban alrededor truenos espectaculares. Lo tenemos encima. Un minuto y para abajo.


Se abre el cielo. Cortina cerrada de agua en gota gorda. A los pocos minutos estamos totalmente empapados, pero seguimos bajando sin prestarle mucha atención. Al rato para.


Los potros del Bustacu trotan felices al sol.

Seguimos charlando cuesta abajo. La Biescona está ahora empapada y hay que tener cuidado de no resbalar.

El tramo final se me hace algo duro para la cadera por momentos. La cosa empieza a ser seria ya.






Qué buen paseo. Hasta la tormenta le ha dado un punto. Qué pequeño te sientes cuando retumba el cielo!

Después ya en casa remato esta lectura estupenda, recomendada por Alberto, que no falla con mis gustos. Realmente bueno.

viernes, 26 de febrero de 2021

Sobre las tablas, con el Cantábrico a tus pies


5 de enero 2021
Nando del pozo
Pico Pienzu (1161 m) Sierra del Sueve





Hay ocasiones excepcionales que no debes dejar escapar.
Este invierno ha traído a Asturias unas condiciones de nieve totalmente fuera de lo habitual. Tanto en la cantidad, como en la calidad de misma. 







Nevadas fuertes seguidas de periodos prolongados de tiempo frío mantuvieron el manto blando en zonas de cota muy baja durante muchos días. Ese mismo frío también conservó la calidad de la nieve en un tipo muy difícil de encontrar en estas latitudes: polvo.


Aprovechando estas circunstancias intentamos esquiar montañas tales como el Pienzu. La sierra del Sueve es una formación costera, al pie del Cantábrico. Su cumbre más alta mide 1161 metros, y se encuentra muy cerca en línea recta a las playas del concejo de Colunga y Caravia.

Poder esquiar con vistas al mar es toda una experiencia, y muy esquiva además.

Así las cosas, el día 5 de enero, recién estrenado el año, allá que nos fuimos a disfrutarlo.




El día no acompañó y no fuimos capaces de hacer cumbre: la visibilidad casi nula en la parte alta de la montaña nos hizo retroceder a escasos metros de la cima.

No obstante la retirada, nos dejó recuerdos imborrables y ganas de repetir. Cosa poco probable, dado que en 30 años no se recuerda otra similar.

En la bajada nos encontramos a Kico y Diana, que venían con la misma cara de felicidad que nosotros, si acaso más!


jueves, 19 de febrero de 2015

Mare e Monte: el Pienzu blanco

Sábado 14 de Febrero 2015
Nacho Fuentes
“El Pienzu” desde el Fito



El mayor temporal en décadas. Nevadas en niveles que casi no se recordaban. Tráfico ferroviario cortado con la meseta durante una semana. La autopista a ratos sí a ratos no.  Desde primeros de Enero la cosa apenas da tregua.
Un nuevo fin de semana con nivel cuatro de riesgo de avalancha en la cordillera y en Picos, previsión de vientos fuertes y precipitaciones varias.
Con este escenario no está la cosa para mucho más que un paseo, y que sea por una zona controlada…
Así salimos la mañana del sábado mi amigo Nacho y yo: Con tanta nieve es una buena oportunidad para subir a sitios bajos a los que habitualmente no llega: es increíble cómo cambia el blanco el paisaje, cómo cualquier pequeña loma gana interés y estética. Nos vamos al Pienzu.


El Sueve es una pequeña sierra costera que se levanta entre los valles del río Piloña, el del Sella, y la rasa costera de Colunga y Caravia. Se trata de una zona muy guapa, muy rica en fauna (es muy habitual ver gamos, venados, jabalíes, asturcones…) y además es muy accesible en poco tiempo.
Su cumbre más alta, el Pienzu, se eleva sólo hasta los 1.161 metros, pero se encuentra a una distancia realmente corta de la línea de costa. Esto hace que sea una de las mayores elevaciones de Europa en distancia relativa al mar.  También hace que en verano tenga muchos días una nube enganchada que puede arruinar tu día de playa en sus faldas…

La majada del Bustacu
A las ocho y media salgo de casa. A las nueve recojo a Nacho en Villaviciosa. A las nueve y media ya estamos en el Fito empezando el paseo.
En estos primeros momentos hace mucho viento gallego y la lluvia nos azota fuerte en la cara, pero tenemos ganas de caminar y la previsión para la mañana no es mala. Con las chupas puestas y la cabeza gacha remontamos las primeras lomas. Pronto, en cuanto cambiamos de vertiente, el viento amaina; quizá sólo porque estemos protegidos con el cambio de ángulo. La lluvia también ha parado.

Vamos disfrutando de las vistas de los valles, de los cordales cercanos blancos desde muy abajo, de la nube negra y continua que se engancha en la cordillera y también en la costa.


Charlando llegamos a la majada del Bustacu, donde los prados están saturados de agua y la nieve empieza a cubrir el suelo. Desde aquí la cuesta aumenta y la conversación disminuye en la misma proporción.

Pronto estamos abriendo huella en nieve abundante. No está muy incómoda y vamos ganando altura tranquilamente. Cuando alcanzamos un pequeño collado se nos abre la perspectiva hacia el Norte: nos quedamos bobos mirando las olas del mar en medio de las laderas blancas. El contraste es realmente sorprendente.
Aquí nos cruzamos con un grupo de corredores de montaña que, entre chistes, trotan alegres arriba y abajo.

Lastres al alcance de la mano

Ambiente de montaña con vistas a la playa
La parte final de la ascensión la hacemos por una loma donde el ángulo, siempre suave, gana unos grados. Esto nos deja unas guapas estampas de la línea de playas al lado de la montaña blanca. Insólito.

Alcanzada la cumbre el viento gallego nos vuelve a azotar violentamente: está claro que veníamos protegidos por nuestro lado. Unas fotos rápidas, unos saludos a la gente que va llegando.
Indignado me agacho a recoger una lata de mejillones vacía: es increíble que la gente se suba con la lata, se la coma, y luego la deje en el sitio. Creía que estas cosas estaban superadas, pero veo que no.

Mi amigo Nacho, seguramente la persona más fuerte que conozco
La bajada por la vertiente Oeste es mucho más incómoda por el tremendo viento que nos zarandea, acompañado a ratos de afilada lluvia. Las manos se quedan frías.
Recogemos más abajo otra lata, ahora de refresco, tirada en mitad de la nieve: duele a la vista. Cuánto capullo.

A esta hora hay mucha más gente subiendo en nuestra dirección, pero me temo que van a pillar peor tiempo que nosotros: la cosa parece cerrarse por momentos.
Bajamos comentando que la nieve se quitará en breve, en cuanto caliente un poco.


 A las dos y media estamos tomando el vermut en la Villa, encantados con el paseo.

Mirador del Fito 580 m (9.30 h)
Majada del Bustacu
Cumbre Pienzu 1.161 m (12:00 h)
Majada Bustacu
Mirador del Fito (13:30 h)

Unos 14 km y 600 metros desnivel positivo aproximadamente.
El lunes 16 la previsión vuelve a dar cota de nieve a 700 metros. No querías taza…?