LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
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viernes, 10 de mayo de 2024
Back in business
Poco a poco parece que voy volviendo a coger la forma.
Los últimos tiempos antes de la operación (quizá los últimos 4 o 5 años en realidad) simplemente no era capaz de apretar escalando: la lesión de cadera y lo que esa lesión causaba al conjunto del cuerpo no me permitía escalar de verdad. El dolor y la falta de movilidad general me limitaba totalmente. Mis escaladas en ese periodo fueron bajando progresivamente de dificultad conforme notaba que no podía forzar. Menos mal que tengo compañeros que se adaptaron a mis limitaciones.
Ya hace unos catorce meses desde la intervención. La primera fase de la recuperación fue realmente bien y ya a los cuatros meses de la operación estaba de vuelta escalando más o menos al nivel del año anterior a operarme, esto es, grados muy sencillos, sin apretar y sin arriesgar. Pero desde ese momento con la gran diferencia de la ausencia del dolor. De entonces hasta hoy poco a poco he podido aumentar el volumen y la intensidad de la actividad y de los entrenamientos. De todas las que hago: ya sea la bicicleta de montaña, caminar, esquiar o escalar. Concretamente es en escalada en roca, en deportiva, donde más estoy agradeciendo la progresión. En realidad me mantengo en niveles muy modestos, pero pensando en de dónde vengo estoy realmente satisfecho con mis sensaciones y además la previsión es positiva. La mayor diferencia es que ahora puedo volver a apretar, a forzar los pasos hasta la caída, sin tener por ello molestias ni dolores. Es decir, puedo acercarme a mi límite e intentar empujarlo, lo que viene siendo la esencia de la escalada deportiva.
Dedico muy pocas sesiones a la escalada deportiva: desde septiembre hasta hoy quizá han sido seis u ocho. Dada la poca frecuencia, cuando voy procuro acumular metros, escalar principalmente a vista, y suavemente intento ir subiendo el grado medio.
Ya por septiembre empecé a hacer algún 6c a vista ("Poker de estrellas", Alimoches, Monsacro).
Con el invierno triste de nieve que hemos tenido, en enero y febrero aprovechamos algunos días también de deportiva y volví a sentirme bien. De nuevo volví a mirar hacia los 6cs. Y alguno más salió a vista. Y la mirada se me iba hacia las íneas que ya empezaban por 7...
En las últimas dos salidas a roca, separadas entre sí casi un mes, he conseguido encadenar a vista vías de 6c+/7a ("Territorio minero", Otura) y de 7a ("Chapas por votos", Covarriella). Estos encadenes tienen para mí un significado realmente simbólico: volver a escalar en vías con un 7 en su grado me da una alegría difícil de explicar.
Recuerdo bien mi primer 7a encadenado allá por 1992, "Brutus" en Quirós. Y también algunos de los primeros 7as a vista, como "El Hobbit" o "Asterix" (por entonces a esta le daban 6c+), también por aquellos años, y también en Quirós. A lo largo de los años seguí sumando vías con a, con b, algunas con c... en distintos sitios, de distintos estilos y en distintos tipos de roca.
El grado en sí no es tan importante, pero esta sensación de poder forzar escalando, acercarme a mi límite, y ver que voy encadenando... me tiene encantado. La echaba mucho de menos.
Es la misma sensación que tengo ahora las veces que salgo a correr: aunque vaya pocas veces y muy suave de ritmo, estoy recuperando algo que me encanta hacer y que tuve prohibido durante demasiado tiempo...
Volviendo a la roca, ahora poco a poco intentaré mirar hacia otras vías en las que añada un +, o que cambie de letra... Soy consciente de que la modalidad a vista, por mucho que me guste, está ya casi agotada; tendré que elegir algunas vías que merezcan dedicarles más pegues, fracasar, intentar de nuevo...
¡Qué guapa es la escalada deportiva!
lunes, 19 de febrero de 2024
Hirondelle
Escalar para mí, como para mucha gente imagino, es un conjunto de unas cuantas cosas. Desde luego no es solo el mero ejercicio físico, o los grados y los números. En realidad, va acompañado de muchas más cosas que me hacen evocar vivencias o soñar con ellas por adelantado.
A la hora de plantearme una vía, la inspiración suele venir por su estética, por su historia, por su estilo, pero desde luego también por su nombre.
Ya sea de escalada deportiva o una línea en una pared en montaña, desde que empiezas a pensar en ella, a soñar desde casa o desde el pie de vía, ya sea cuando ya la estás peleando, o después, cuando ya la has hecho (o te has retirado fracasando), su nombre siempre me ha parecido importante.
Y siempre me ha influido que los nombres fueran inspiradores.
El Rescate emocional, Amistad con el Diablo, London Wall, El Ruiseñor, Manantial de la noche, Antimateria, Océano sin límite, Directa americana, Rosa de Mayo, Espolón Marley, el Gaube, Rojo libanés, El Reino de León, la Fiesta de los Biceps, el Jardín de las nueces… Unas hechas, otras por hacer.
Es cierto que también tengo recuerdos estupendos de vías con nombres infames, como el espolón Soplapollas en las Oseras por ejemplo. Pero cuando has estado soñando tiempo con una escalada, su nombre para mí también importa, y si es bonito pues mejor.
El fin de semana pasado estuve por dos veces en el sector de la Canal de Otura. La cuesta y la distancia de la aproximación son más que merecidas para el sitio: vías de estilo variado, vistas bonitas, ambiente tranquilo. Además los dos días he coincidido con gente que hacía tiempo que no veía, bastantes años en algún caso, y me ha encantado encontrármelos de nuevo en la roca.
Dentro de las vías que hicimos, varias de ellas muy buenas, para mí destacó sin duda un 6c de unos treinta metros de recorrido, sobre una roca excelente, con secciones de movimientos muy guapos. Después de escalarla, cuando buscábamos la siguiente a intentar, me fijé en su nombre en la guía y se completó la sensación que ya tenía: se llama Hirondelle. Ese nombre es para mí realmente evocador y me traslada de forma inmediata hasta la aérea arista Este de las Grandes Jorasses.
El nombre completó el efecto que ya había causado la escalada. En este caso, a posteriori, el nombre lo redondeó.
Los nombres de las vías importan.
viernes, 23 de mayo de 2014
Otura revival
En las últimas semanas he hecho un
par de salidas breves a trepar deportiva, y ambas han sido a Otura. Las dos
veces he disfrutado como un enano.
Esta escuela, que ya tiene unos
cuantos años de historia, la he visitado muchas veces; es un sitio tranquilo,
en un valle con vistas, donde los buitres te hacen compañía.
Casi siempre la he considerado como
zona una ideal cuando vas con gente que está empezando, o cuando quieres rodar
en grados fáciles, pudiendo escalar vías de varios largos e incluso cacharrear en
sus muchas fisuras y agujeros. También cuando dispones de poco tiempo, ya que
está muy cerca de casa y aproximas muy rápido.
Esta opción por supuesto sigue
ofreciéndola, pero es que desde hace una temporada para acá, y gracias al
trabajo incansable y generoso de gente incombustible como Javier López y
compañía, se ha abierto un nuevo y enorme abanico de posibilidades en grados y
estilos variados.
Así han nacido sectores enteros nuevos, y también se han completado los existentes, añadiendo líneas nuevas paralelas a algunas que ya tienen casi veinte años, y que estando a escasos metros de estas, no se habían equipado.
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En "Festival de cantos" acmpañados por los buitres |
Así han nacido sectores enteros nuevos, y también se han completado los existentes, añadiendo líneas nuevas paralelas a algunas que ya tienen casi veinte años, y que estando a escasos metros de estas, no se habían equipado.
En estas dos últimas visitas he
escalado a vista (o al flash) vías muy variadas, lo mismo desplomes que placas,
vías largas o muy largas (más de 45 metros). Todas me han gustado. También he
repetido vías que hacía mucho que no escalaba, y me han sorprendido por lo
buenas que son.
Además, he coincidido con amigos
que hacía tiempo que no veía como Cristina, Miguel y Ana, Pochacu y otros, echando unas buenas risas con ellos.
Me quedan por probar un montón de
vías nuevas en los sectores de siempre, y además cercarme a conocer los nuevos.
En conclusión, con vías largas o
muy largas, predominando la continuidad, calidad de roca y grados adecuados a
mi estado de forma y al objetivo de mejorarlo, sin duda repetiré.
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Fer y Martín en "Il cavaliere" |
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Fer en "Il cavaliere" |
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