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martes, 8 de julio de 2025

Repostería dudosa

15 junio 2025

Peña Sucacabrón, vía Mufis (200 m?, 6b+), con Toni

Seguimos con la primavera de tiempo inestable. Con este escenario y la pereza de tirar a los Picos (muchedumbres traveseras y adjuntos, restricciones de accesos al Cornión, obras en la carretera de la Hermida...), seguimos mirando croquis de la Cordillera. Dudamos en ir hacia Ventana y el Melluque, pero nos decantamos por esta otra opción que ninguno de los dos conocemos.


Según la guía de M. A. Adrados se trata de una selección de vías "de repostería". Hay tres y parecen similares entre sí. Decidiremos una vez allí según la pinta.

El viaje de ida se vio afectado por el encuentro con las ovejas recién relatado. Una vez aparcados junto al puente nada más pasar el pueblo (Vega de Robledo) nos repartimos los trastos y buscamos el mejor paso a través selva arbustiva y las piedras para cruzar el río.


La subida es relativamente cómoda. Primero son prados, luego pedrera de canal. No nos lleva más de media hora llegar al pie de vía.


Una vez tocamos roca nos decidimos por la Mufis. Es la vía que está más a la derecha y de la que hemos leído más reseñas. Desde el suelo tiene buena pinta.

Nos preparamos con idea de salir a cumbre, llevamos todo. Sale Toni a por el primer largo. Son unos 27 metros. Marca 6a. Resuelve bien aunque algún tramo despacito. Cuando me toca seguirle lo entiendo: tiene varias zonas de lajas sonoras, dudosas, y resulta obligado tirar de ellas. Mosqueante en algún caso.


Por encima se ven los techitos del segundo largo. Este marca 33 metros y 6b. Comienza desde el principio atlético; pasos bonitos y asegurado con chapas. Resuelvo rápido el primer tramo. 


Hay fisura para proteger pero tiene chapas, si fuera limpio sería otro cantar. Después del primer tramo afloja y separan los seguros, voy colocando algún alien en los separados. 


La segunda parte del largo obliga de nuevo a escalar. Buena roca. Escalada muy guapa. Este largo sí es bueno.


Llega Toni y opina lo mismo del largo. 

Vuelvo a repetir delante yo en el tercero: según el croquis es 6b+. Son unos 20 metros y la dificultad está concentrada en una secuencia de 3 chapas que se ve desde la reunión. Salgo a por ello colocando un buen alien antes del primer parabolt. Me coloco para la secuencia, cbapo el primero, recoloco y me subo al muro. Chapo el segundo y con una buena apretada me remonto hasta el tercer parabolt que tiene un cordino que ayuda significativamente a chapar. Aquí hay que levantarse con un paso de adherencia de pie y tirar bien de los pequeños cantos de mano.  Y luego recolocar de nuevo... No me sale. Me cuelgo. Lo miro, pruebo de nuevo, me parece duro. Guapo. Después ya afloja a V hacia un diedro con algo de hierba que tiene un clavo, y  que se puede proteger bien con friends o fisureros. Una pena no encadenar, pero lo vi lejos.


Por encima la vía empieza a perder ángulo.  Hasta aquí viene bien tiesa. Cuando llega Toni coge el material y sale a por el largo 4 . Este marca V y son unos 30 metros. Tiene bastante vegetación (flores guapas por zonas). Subes primero hasta un desplome y luego deriva a la izquierda hacia un diedro que termina ya en la arista. Tiene tres seguros fijos y se puede completar bien con friends o fisureros. Toni resuelve rápidamente y subo a unirme a él. 




Nos parece que la cosa interesante se termina aquí. De hecho, en varias de las reseñas leídas la gente rapela al suelo desde aquí porque la escalada pierde interés. Además hay algun comentario sobre un derrumbe que afectó a la parte alta. Salgo yo delante ahora: primero un tramo corto de cresta en II o III, de unos doce metros. Aquí llegó a una reunión pero la chapo y sigo. 

Por encima la roca es fea. De lo que habíamos leído sobre el derrumbe que había afectado a este tramo, siendo roca regulera en general, la verdad que no vemos nada raro. 


Tiene un pasete quizá de V (la guía marca dos pasos de V+) y asegurado, para llegar a un nuevo relevo montado (entre bloques que se podrían lazar bien). He escalado los teóricos largos 5 y 6 pero no he estirado más de 40 metros. 


Desde aquí nos desencordamos, recogemos las cosas y salimos andando en zapatillas hasta la cumbre. 

Cuando llegamos a la cima, mirando la hora vemos que nos ha llevado como dos horas y media desde que empezamos a escalar. Como es temprano decidimos estirar un poco la jornada ascendiendo a la cumbre vecina, el Carballín. Esto no es necesario en absoluto, pero queremos estirar un poco la cosa.

Destrepamos al collado; hay algún paso de prestar atención en el tramo final. Desde aquí comenzamos a remontar hacia la otra cumbre. Por encima y a la izquierda hay una buena franja de roca semidesplomada y a la sombra. La cumbre está justo encima. Vemos a una cordada haciendo deportiva; esta gente está disfrutando sin duda de un sector la mar de tranquilo, con sombra y con muy buena pinta. Los saludamos al pasar.


Por su derecha y desde el collado superior, tras trepar unos breves pasos de llambría salimos a la cumbre. Aquí admiramos las buenas vistas tanto al norte como al sur; el embalse sigue a tope de agua. Panorámica en redondo. Identificamos cosas, dudamos con otras... como siempre.

Mientras comemos un bocado comentamos la vía, que ahora vemos desde arriba. 

Como primer comentario, creemos que la vía no tiene la longitud que se indica en la guía (este es un aspecto que he apreciado más veces en esta guía): se marcan 270+40 m hasta cima, menos los 100 m indicados de arista, serían unos 210 m de vía. Para nosotros la vía no mide más de 150 m (por largos: 27+33+20+30+40). La diferencia es un % enorme. El total quizá es correcto, pero aumentando la parte de cresta de caminar.

Después, respecto a su calidad general, tiene tramos buenos, especialnente el segundo largo. Pero también tiene otros largos reguleros o tirando directamente a malos, con roca dudosa en varios puntos (marcas varias de lajas o bloques saltados, sonido a muy hueco en varios sitios). Bastante vegetación en otras zonas, aunque esto es menos importante. 

Como conclusión digamos que la vemos para coleccionistas.  Y desde luego "de repostería" como quiere proponer Adrados ("el nombre de estas vías, basado en la repostería, intenta ser indicativo de lo que se puede encontrar en ellas"), esta Mufis claramente no nos parece. 

Abrir vías es sin duda una tarea laboriosa y difícil, y siempre a agradecer, absolutamente. Y editar guías tres cuartos de lo mismo. Muchos nos servimos de los esfuerzos de aperturistas y editores.

Adrados es un aperturista de auténticas joyas y editor de muy buenas guías, pero creo que en este caso no ha acertado con sus descripciones. Es nuestra opinión personal obviamente.

Como conclusión general dudamos que vayamos a volver por aquí (el tiempo lo dirá).

Muros de trinchera de la guerra junto a la cima del Carballín

La bajada hacia el pueblo sigue hitos que ayudan en la zona alta, que es al principio algo laboriosa. Después es más evidente. Se pasa por sitios pintorescos.


Buenas vistas todo el tiempo. Vamos charlando de mil cosas, como siempre. 

Una nueva zona visitada. 





miércoles, 2 de julio de 2025

Atasco por Merinas

15 junio 2025. Camino de Robledo de Caldas

Apenas quedaban para nuestro destino dos o tres kilómetros, que se convirtieron en una hora. 

El rebaño era inmenso. Ocupaba cientos de metros a la largo de la carretera, y cuando los cierres laterales lo permitían, los prados aledaños se veían invadidos. Cerrando el rebaño una docena de perros, en su mayoría mastines, y algunos del tipo bordercollie. Por detrás iban un par de todoterrenos, y caminando dos o tres personas. 

Al fondo podemos ver la pared por la que discurre la vía que queremos escalar hoy. Pero por ahora la atención se centra en lo que nos frena.


Entablamos conversación con el pastor. Un tipo delgado, curtido, con ropas y calzado adecuados a su actividad. En la mano una vara terminada en una especie de bichero.

Nos cuenta que la cosa está cambiando. Que en 2009 había en Castilla León unas 670.000 ovejas. Y que el año pasado eran menos de la mitad. Su rebaño en movimiento son unas 5000 cabezas. Y que vienen desde Mansilla de las Mulas. Han dejado en casa algo más de 2000 recién paridas o a punto de parir... 


En esta milenaria peregrinación tradicional hacia los pastos de verano, en los puertos de altura, en este caso a unos 1.700 metros de altura, poco ha cambiado en siglos. 

Nos cuenta cómo dos días antes habían atravesado León por el centro de la ciudad, igual que hacen otros como él por Madrid. Como dicta la ley, tienen derecho de paso, y si bien no creo que lo requieran, esa imagen pintoresca nos recuerda a algunos estas realidades. Precisamente yo lo había visto en el periódico.


Nos habla de la dureza de su vida. Del madrugar mucho y llegar a casa tarde. De cómo a su hija pequeña casi solo la conoce dormida... 49 años tiene, que pueden parecer más.

Nos habla del lobo, de los dispositivos GPS que la universidad de Oviedo le ha pedido instalar en algunos de sus perros y ovejas para poder analizar los ataques. De cómo lo viven arriba...

Una conversación muy interesante. Seguramente más que la escalada que hicimos a continuación. 

Con Toni.



martes, 10 de junio de 2025

El día del trabajo; Aneto en esquíes

1 mayo 2025

Pico Aneto (3.404 m) en esquíes. Con Rafa Belde


El plan inicial era venir con Nando, pero la previsión meteorológica empeoraba hacia el fin de semana, y un encuentro casual con Rafa días antes hizo que adelantáramos el viaje al día 30. Nando no podía por agenda de trabajo.

Estábamos arriesgando bastante porque las probabilidades de que se torciera el cielo eran muy altas.

Aunque el plan era vivaquear en la Besurta, por el camino, mientras recorremos España, buscamos alojamiento en Benasque, con la gran suerte de una oferta en el hotel de Llanos del Hospital. Llegamos a las 12 de la noche. 

Desayunamos a las 7 y salimos con el coche hacia la Besurta, pero no llegamos; está completa de coches. Nos quedamos a 1 km  aproximadamente. Estamos preparándonos junto con otra gente bajo un cielo amenazador, cuando empieza primero a llover y luego a granizar. Son solo unos minutos, pero la sensación de que se puede ir todo al garete está muy presente...


Salimos caminando desde el coche de botas de esquí por la pista hacia la Besurta. Una vez allí ya arranca la nieve. Estupendo. El cielo ha aclarado algo cuando salimos foqueando hacia la Renclusa. Hay bastante gente pero sin agobios.

Una vez llegamos a la altura del refugio Rafa me comenta la opción de tirar hacia las Maladetas, pero consigo mantener el plan inicial.



La gran remontada hasta el Portillón Superior la hacemos tranquilos. Rafa me lleva a un ritmo que nos permite ir hablando. Se lo agradezco. El sol se abre paso entre las nubes, casi domina, aunque a ratos todavía nos envuelven. El paisaje es precioso. 


Cuando llegamos al collado, a casi 2900 metros, llevamos ya remontados 1000 desde el coche. Para la bajada del collado me pongo los esquíes en la mochila y salgo piolet en mano. Voy delante yo. Hay más gente alrededor, en esquíes o caminando. 

Aquí tenemos un episodio extraño; estamos juntos en el collado, ojo.

Yo tiro delante desde el collado, bajo la parte más empinada, es un momento apenas. Salgo del paso y ya me pongo las tablas y me voy foqueando muy tranquilo. Estiro hasta un collado romo a unos cientos de metros donde hay roca seca y me siento a esperarlo. Como algo y echo un trago. No llega. No lo veo. Pasan los minutos. Más minutos. No lo entiendo. Lo llamo. No hay red. Raro, no hay forma de despistarse aquí... Preocupado decido volver atrás a ver dónde anda. Aquí no hay donde esconderse... pues nada, llego de vuelta hasta el Portillón sin encontrarlo... le llamo como 30 veces al móvil sin respuesta. No doy crédito. Tras muchas dudas y bastante tiempo decido seguir hacia cumbre a ver si nos reencontramos. Manda huevos. Habré estado más de 40 minutos entre lo parado, volver al Portillón, y volver de nuevo al punto de espera...

Salgo ahora rápido sin apenas gente alrededor. Cojo ritmo y al final voy adelantando personal y cruzando algunos que ya vienen de bajada.

Ya estoy llegando al tramo final bajo la antecima cuando aparece Rafa de bajada.

Después de comentar el insólito episodio, con una explicación que sinceramente no entiendo, algo mosqueado le digo que yo sigo a cumbre. Él se pone de nuevo las pieles. Llego justo hasta la antecumbre en esquíes. Hay un buen grupo de gente celebrando la ascensión.  


Muchos con esquíes, otros han subido caminando. Me llama la atención una niña de unos 7 años; ole por ella. 

Me estoy terminando de poner los pinchos para salir hacia el paso de Mahoma cuando llega Rafa. El ambiente es muy alpino, muy guapo, y esto relaja mi cabreo. Hay bastante gente pero la mayoría no salen a cumbre. Hacemos cima solos. Un abrazo. Fotos. Un lujo.




 El día sigue con cielo variable, la nube entra y sale, pero ahora ya hemos podido cumplir el objetivo.



De vuelta a las tablas decido bajar caminando el primer tramo. Está buena la nieve pero por si acaso prefiero ir andando hasta donde lo vea más abierto. Ya puestos los esquíes bajo con cuidado. Hay mucho desnivel por delante y la nieve está regular (para mí al menos).


 

Rafa va delante y me va esperando cada pocos giros. Si siguiera a su aire me metería más de media hora...


Me tengo que parar a descansar cada poco. Las piernas no quieren retener. Lástima porque las palas son espectaculares. 


Finalmente, tras la gran bajada y enlazar con el camino de Barrancs, todo sobre esquíes, apurando la nieve entre piedas el último tramo, llegamos al último colladito para bajar ya a los Llanos de Aigualluts. 

Aquí Rafa decide exprimir un poco más el día subiendo al vecino Turón de Barrancs. Yo tiro para abajo ya contento con lo remontado hoy...


En los Llanos me tiro a comer y disfrutar de las vistas. Precioso ambiente.

Tablas a la mochila y a caminar el último tramo. Aún quedan casi 500 metros que perder... llego al coche y me relajo al sol, secando los pies y dando buena cuenta de más comida.

Casi veinte kilómetros. Unos 1.600 metros positivos y otros tantos negativos claro. Ocho horas y media. 



Poco después aparece Rafa. Ha llegado cerca de la cumbre pretendida pero un último tramo de roca se lo impidió. Nos cambiamos, recogemos los trastos y bajamos a Benasque.  Decidimos tirar a dormir a Vielsa para intentar al día siguiente otro monte por la zona de Piau Engaly o por el Neouvielle. Si el tiempo aguanta.

Cena estupenda en la plaza del ayuntamiento y a dormir como lirones. 

Gran jornada de montaña. Con Rafa muy bien. Con episodios extraños.  Como otras veces...



sábado, 17 de mayo de 2025

99 años y 10 meses

2 mayo 2025, Pico Estaragne (3.006 m), macizo Neouvielle. Con Rafa Belde

"Vuelve pronto, parece que es inminente."

Mensaje de Paula a las 9 y cuarto de la mañana. Justo cuando nos poníamos las mochilas para empezar la excursión.


El día estaba regular y la previsión era que empeoraría. Habíamos elegido el Pico Estaragne (3006 m), a iniciar desde una curva de la carretera del Cap de Long.


Una barrera en el desvío  nos hizo dudar. No era definitiva, dejaba hueco para pasar, pero no quisimos ser los típicos españoles, así que aparcamos abajo y tiramos en zapatillas con las botas puestas a los esquíes en la mochila. 


No era demasiada distancia pero parece que fastidia caminar asfalto a buscar la nieve cuando te puede subir el coche...

El valle hacia nuestro objetivo se veía súper bonito. Arrancamos siguiendo huellas recientes. De hecho hay un par de coches cerca de gente que ha decidido arriesgar... Al principio nos rodean algunos árboles, pronto se abre en pequeños valles, canales y laderas.  Muy guapo.


Rafa va delante pero me lleva a un ritmo que puedo seguir sin problemas. Igual que el día antes en el Aneto. Me encuentro en forma pero le agradezco, sin decírselo, que me lleve suave; él podría salir disparado para arriba.

Medias laderas, vueltas María, bastantes metros remontados... hacemos paradas de cuando en cuando pada comentar la jugada. Charlamos de mil cosas. 

A pesar de la charla con Rafa,  yo tengo la cabeza todo el rato pensando en mi Abuela. Tantas vivencias, tantas anécdotas. ¡Cuántos recuerdos! 

Los últimos años ya se le habia ido la cabeza, apenas era ella. Algún destello fugaz de esa personalidad fuerte. El resto del tiempo ausente. Y en los últimos meses ya la acompañaban los problemas físicos, que hasta ahora nunca había tenido. La maquinaria ha llegado al final...


El cielo está yendo a peor. A ratos llueve, a ratos aguanieva. La visibilidad se va reduciendo y hace tiempo que la cumbre ha desaparecido entre nubes gris oscuro. Lo normal sería abortar el intento, pero a nosotros nos gusta mucho el monte y no estamos esquiando en Pirineos todas las semanas...

Nos cruzamos con un chaval de bajada al que da gusto verlo esquiar. ¡Qué delicia de estilo, qué envidia!

El pensamiento volvía una y otra vez a mi Abuela. No estaba centrado en el momento. Aunque no cambiaba nada, me daba apuro estar aquí foqueando sabiendo que ella estaba en sus últimos momentos. En un momento dado decido dejarlo por hoy. Me voy a dar la vuelta solo. Renuncio a la cumbre. 

Se lo digo a Rafa, que aún tira de mí unos giros más. Pero en un rellano cómodo para la maniobra me paro y le dejo seguir hacia arriba solo. Estamos a unos 2.600 metros.  Hemos remontado hasta aquí unos 750 m desde el coche. Aún queda para cumbre.

Rafa sale rápido a intentar hacer cumbre con el día cada vez peor.

Yo salgo para abajo con precaución. La nieve está húmeda y pesada. Busco las zonas más amables.

Me paro cada poco a descansar y ver por dónde seguir. En estas pausas me vuelve a la mente mi Abuela. Me alcanzan dos catalanes: vienen del Campbiel y luego pasaron al nuestro por la cresta. Charlamos un rato; hablan de zonas alpinas y delicadas. Luego siguen para abajo rápidos. Majos.

Sigo solo sin prisa. Llego a la carretera y mientras me quito los esquíes y las botas, la lluvia arrecia. Camino la carretera con la capucha puesta. 




Voy sin prisa y con el pensamiento en Asturias. Presiento que en cualquier momento ella dejará su presencia terrenal y pasará a formar parte del cosmos. De este mismo cosmos en el que ahora mismo yo camino bajo la lluvia, pero en medio de un paisaje precioso de bosques, montañas y lagos...

Llego al coche con una buena mojadura. Vuelvo para recoger a Rafa conduciendo hasta la curva. Al poco de aparcar ya aparece el Gallo. Ha hecho la alpina y afilada cumbre a palpo. Seguro que si yo hubiera seguido habría tenido que quitar tablas y poner pinchos...

Nos ha encantado el sitio a pesar de la desagradable meteo.  Habrá que volver por aquí a foquear más veces. Precioso Neouvielle.


En la bajada del puerto nos maravillamos con los verdes primaverales del renacer de la vida.

El viaje de vuelta es largo. Parada en Irún a comer un bocadillo.

Me informan cada cierto tiempo de que no hay novedades: mi Abuela está en su habitación rodeada de sus cuatro hijos, acompañándola en estos momentos finales. Sin dolor. Tranquila. No se me ocurre manera mejor.

Aún llego a casa a tiempo para salir a tomar una cerveza con Paula. Con mi Abuela la cosa sigue igual. 

Esa noche, ya muy tarde, se apagó finalmente. Tenía 99 años y diez meses. Una vida plena en la que habrá visto más cosas y cambios de los que nos podemos imaginar. Su recuerdo me acompañará siempre.