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lunes, 3 de marzo de 2025

Paseo relajado en esquíes por Somiedo

 8 febrero 2025

Luque, Inés, Brojos, Cristina, Javi, Nando

Alto Prefustes (1.858 m) desde Santa Maria del Puerto, Somiedo

Tras juntarnos en Mieres y organizar coches nos dirigimos al Huerna para entrar a Somiedo desde León. Es salir del túnel y el termómetro se desploma. Cruzamos la Babia comentando la poca nieve que hay. La carretera al llegar al puerto ya está blanca. El termómetro en unos 8 negativos. Un paisano del pueblo nos abre hueco para aparcar con el tractor. Qué suerte!


Salimos desde Santa María del Puerto con el objetivo inicial de subir al Cornón (2.188 m), esquiada clásica de la zona. Había habido debate entre eso o tirar hacia Peña Salgada. Como Nando y yo habíamos subido el año pasado, yo forcé para tirar al otro lado. Además esta gente quiere ir en unas semanas a hacer la Silveretta así que les conviene meter volumen a las piernas...

La nieve, si bien al arrancar no lo llegamos a percibir, muy pronto nos damos cuenta de que está encostrada en general. Es decir, mala para disfrutarla en la bajada.

Vamos remontando metros, charlando sin parar de mil cosas. El grupo se estira pero nos reagrupamos a menudo. 



Alcanzado el collado de las Tres Cruces damos vista a la cumbre objetivo por primera vez; la vemos lejana, surge cierto debate sobre si convendría ajustar el objetivo a la baja...  Aún le damos otro tirón hasta ganar la loma que teníamos encima. En este rato Brojos ya ha empezado a derivar hacia la derecha, a una cumbre secundaria y mucho más cercana. Cris también decide tirar para allá. 

El resto aún seguimos un rato más dirección al Cornón, pero enfrentando una media ladera medio en bajada, viendo gente muy alta y lejana, calculamos que nos llevaría un buen rato subir, y con esa calidad de nieve tampoco nos dejaría disfrutar la bajada, sino más bien al contrario... y además también nos llevaría un tiempo considerable.

Una breve charla y concluimos que mejor dar la vuelta también nosotros, y acercarnos a donde están Brojos y Cristina. Es una cumbre menor llamada el Alto Prefustes (1.858 m). Apenas hemos remontado 400 metros desde el pueblo.


El paisaje es precioso. Disfrutar esos momentos con los amigos. Un bocado en la cumbre, charla animada. 

Ajustamos botas y arrancamos a por los primeros giros: estos son mejores de lo esperado, pero en cuanto alcanzamos el collado llamado Tres Cruces, la cosa empeora bastante. Las tablas se enganchan en la nieve costra y también en la vegetación. No deja girar. Con todo, cómo presta ver esquiar a alguien como Javi Aller, con esa facilidad y envidiable soltura incluso en estas condiciones... El que vale vale.

El bar de Santa María, el Coronel, está cerrado, así que nos movemos hasta Piedrafita de Babia en busca de un sitio donde tomarnos una cerveza. La tomamos y comentamos temas de material para llevar a la travesía de Austria.

Qué bonito Somiedo y qué pena la poca y regulera nieve...


lunes, 25 de marzo de 2024

Somiedo en la ventisca

Sábado 9 de marzo 2024 Puerto de Somiedo, Putracón (1.909 m) y Peña Salgada (1.979 m) desde el Puerto de Somiedo (1.486m) Nando del Pozo, Carlos Cabo, Luis
El invierno cantábrico es efímero. Cada vez más. Llegó el único temporal de nieve del invierno, y tampoco fue grande. Pero sí nos ha dado carga suficiente para intentar algún ascenso de Cordillera. A pesar de caer directamente sobre el suelo seco. La previsión para el fin de semana daba mucho viento además de nieve, pero con todo decidimos arriesgar. El destino Somiedo desde el Puerto. Yo no conocía estas cumbres pero Nando y Carlos sí y las vendían como fáciles y recomendables, así que para allá que fuimos.
La carretera de camino estaba un poco justa ya, y el cielo cerrado también. Coincidía este día con la excursión colectiva del Torrecerredo que iba también a Somiedo, destino pico Mocoso. Cuando nos vimos tomando el café de camino y les dijimos nuestro objetivo decidieron cambiar de cumbre hacia la Salgada también ellos.
Qué guapo es aparcar contra la nieve! No hizo falta la pala pero por poco. Nieva mientras nos preparamos. Carlos y Luis vienen un poco retrasados así que arrancamos a por la primera montaña nosotros dos solos. Salimos del pueblo por una pista nevada de contornos desdibujados por la acumulación blanca inconsistente: polvo seco. Vamos remontando con poca visibilidad pero intuyendo el sol cerca, la capa de nube no era gruesa. El viento arrecia por momentos.
Giramos hacia la izquierda ganando altura y con pendiente mayor. La nieve se va endureciendo hasta el punto de poner cuchillas.
No vemos nada en mitad de la ventisca pero terminamos alcanzando un collado donde el viento es realmente fuerte. Aquí quitamos las tablas y ponemos crampones para el último tramo hasta la cumbre.
A los pocos minutos nos hacemos un selfie de cima con un tremendo viento aderezado de nieve en la cara.
Volvemos al collado pero decidimos salir caminando el primer tramo ante la total falta de visibilidad; blanco arriba, blanco abajo, y rachas de viento fuertes para aliñar. Después de perder algo de altura sí nos calzamos las tablas y disfrutamos de unos pocos giros sobre una nieve estupenda.
Llegamos a un collado intermedio en el momento en que abre el sol. Vemos subir a dos figuras que al encontrarnos son Carlinos y su colega. Nos saludamos, comentamos la jugada, y seguimos todos juntos ahora hacia Peña Salgada, más al Este.
Ahora tenemos huella de la colectiva del Torre. Son unas quince o veinte personas, unos en raquetas, los más, y otros pocos en esquíes.
El cielo está más azul pero el viento racheado fuerte se mantiene. Y sigue nevando a ratos. Nos cruzamos con el grupo que viene de bajada y continuamos subiendo. La nieve se va poniendo dura de nuevo y unido esto al viento, decidimos dejar las tablas para el tramo final y volver a hacer cumbre con piolet en mano. Carlos y su colega prefieren salir desde ahí ya para abajo. No han traído cuchillas ni crampones. Los metros finales son dolorosos con el viento castigándonos la cara con perdigones blancos.
Segunda cumbre del día en mitad de la ventisca. Felices.
Volvemos hasta los esquíes. Salimos girando con cuidado. Al perder altura disminuye el viento y podemos pasarlo mejor. Adelantamos a la colectiva y nos desviamos a la izquierda a ganar otra loma que nos deje pegar unos cuantos giros más, ahora ya sí al sol.
El tramo final más tumbado pero aun así llegamos esquiando hasta el mismo coche. Estupendo.
Una cerveza en el Coronel, el bar del pueblo, charleta con los amigos, y vuelta para casa temprano con una sonrisa en la cara. Gran día de montaña Cantábrica.

sábado, 29 de octubre de 2016

El porcentaje ciclable: explorando valles por Somiedo

Domingo 25 Septiembre 2016
Nando del Pozo, José Antonio Estévez
Ruta exploratoria zona Valle del Lago, Somiedo (+-25 km, +1200 m, 6 horas)


-   Finu, ¿el domingo cómo lo tienes?
-      Diiime. Lo tengo… bien
-       ¿Una betetera de día completo?
-       Bueno
-       Dan algo de riesgo de agua pero pa la bici vale. Sobre todo hacia Occidente
-       Ahí tamos
-       ¿Somiedo?
-        Vale
-        Vete pensando ruta
-        Tengo pendiente una de exploración por allí, si te atreves…
-        Siempre
-        (Iconos varios de aceptación)

Así quedamos, por watsapp. Ya ni hablamos por teléfono…
Como siempre, lo que me apetecía era ir a escalar algo por el monte. Una vez más, cuando tengo libre la previsión no era segura, así que optamos por la bicicleta de montaña: no es que en bici no fastidie mojarse, pero no te quedas tan fuera de juego como si fueras a escalar en roca.
El recorrido propuesto se dividía en dos partes claras: la ida, por valles y collados en los que el mapa marcaba pista, y la vuelta, donde parecía que no estaba nada claro. Y así fue.
Salimos de casa con nube baja mojándonos mientras colocamos las máquinas en el techo del coche. En la hora y media de camino el cielo alterna, y la carretera a ratos está seca a ratos no.
La ruta comienza en el pequeño pueblo de Veigas (811 m) en la carretera que sube hacia la Farrapona. En medio de la niebla salimos carretera arriba. En menos de un kilómetro la abandonamos para internarnos en un angosto valle, por una pista que serpentea cuesta arriba en medio de arboleda.



El ángulo es duro, y el hormigón aparece más de lo que nos gustaría: cuando hay hormigón (que cuesta una pasta), es porque hay repecho duro. Estivi tiene problemas con el piñón del 1, y unido a la falta de forma, echa pie a tierra antes y más a menudo que Nando o yo. Aunque yo me sumo a empujar de vez en cuando, especialmente cuando el terreno muy  suelto me hace perder el equilibrio.
Son unos cuatro kilómetros hasta un collado en los que remontamos 400 metros de desnivel, así, para calentar (una media directa del 10% habla de repechos del 20% seguro…). Paramos un poco a disfrutar las vistas hacia el pueblo de Valle de Lago y hacia el valle que le da nombre, y hacia su cabecera, donde está el lago que los nombra a todos… Bajamos al pueblo y lo cruzamos en pocos minutos. Desde aquí el valle sube suave, salvo en dos o tres repechos, durante unos 6.5 km y unos 350 m de desnivel, en un paraje precioso, que lo convierte en una excursión típica de esta zona, tan típica de excursiones por otra parte.




Hasta aquí terreno ciclable al 100% (si te dan las piernas y el corazón). En adelante, comienza la exploración, y comienza como ya apuntaba el terreno: bici al hombro, remontar de ladera, cotolla, bloques de cuarcita… Vamos retrocediendo por el valle por la ladera Norte, ganando metros poco a poco. A ratos empujamos las bicis, a ratos tiramos de ellas. Otros, los peores, las porteamos.





El paisaje sigue precioso. Las nubes ayudan a mejorar la luz. Nos recreamos con las vistas y con el vuelo de los buitres mientras recuperamos resuello y comentamos resignados que siguen pintando bastos. Por fin, el estrecho camino mejora y podemos montarnos en las bicis, aunque sea alternando con desmontes.





Llegamos a la Vega Camayor, donde el camino tira hacia los lagos de Saliencia y de allí a la Farrapona. Las dudas vuelven a aparecer: aseguramos ruta o seguimos con el plan original de exploración? Las nubes abren un poco más y nos dejan ver nuestro siguiente collado objetivo, el Tarambicu, a más de 1.800 m. Decidido, seguiremos sufriendo. La subida vuelve a ser desmontados, y ya llevamos hora y media desde el lago…





En el collado empezamos a ciclar, trialero a ratos, luego por buenas camperas donde nos reconciliamos con las bicis, disfrutando como enanos con un paisaje espectacular, solitario. Sin camino ni senda recorremos los puertos ante la mirada de algunas vacas, algunos rebecos y me imagino yo, algún oso oculto (estamos justo al límite de una gran zona restringida). Pasamos brañas con restos abundantes de cabañas, señales inequívocas de la gran actividad ganadera que antaño existía por estos lugares solitarios hoy. Tras unos momentos de duda en los que sacamos el mapa (no somos gente de gps), aprovechamos para comer y echar un trago, reemprendemos un nuevo tramo malo, apenas ciclable independientemente del seguro médico que tengas (Nando siempre apura más que nosotros, debe de tener cobertura premium).


En el Cantu de Bobia empezamos a atisbar el estrecho valle por el que subimos esta mañana: ya estamos rematando el tema. Pero aún nos toca bajarnos por una empinada ladera (bicicleta en mano gran parte) hasta entrar en el bosque, donde las cabañas de Llamera ya nos dan paso a una empinadísima pista de hormigón (una caída sería fatal) y después de esta, soltando frenos ya, dejarnos ir  por el primer tramo de la mañana y hasta el coche.


Resumen de la ruta:
Unos 25 km,
Desnivel positivo aproximado 1.200 metros,
Porcentaje ciclable (aquí hay opiniones encontradas): digamos una franja entre el 60% y el 80% (ja!)
Horario invertido total: 6 horas (casi para hacerla caminando…)
Disfrutada: muuuuucho
Recomendable? Sí, para la gente que le “gusta el Barro” (es decir, salirse del camino trillado).

Nada como salir de monte con amigos y sufrir un rato para justificar las birras y demás: en Pola de Somiedo recuperamos sales, proteínas y grasas perdidas a base de productos de la tierra.