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lunes, 16 de diciembre de 2024

Tarde de regalo blanco

Viernes 13 diciembre 2024, sesión de tarde

Peña Celleros (1.864 m)

Carlos, Cris, Nando y Rubén

Salir de Gijón a las tres de la tarde después de trabajar y disfrutar la primera esquiada de la temporada, aunque sea solo de un par de horas, tiene para nosotros un valor incalculable.

Nos encontramos con Carlos y Cris en el apartadero a medio camino entre la nacional y la estación. Nos preparamos rápidamente pues no nos sobran los minutos de luz; estamos en los días más cortos del año...

Veníamos con la idea de esquiar en las pistas de la estación, ya pisadas, más recomendable siendo el primer día, pero al ver los giros marcados en la ladera de Celleros no pudimos resistirnos.

Arrancamos a las cuatro foqueando. 

Hay una luz espectacular.  La nieve está suelta sin haber transformado nada a pesar de haber caído varios días antes. Señal de temperaturas frías continuadas.

Vamos remontando la cuesta, resiguiendo por tramos las huellas. Paramos a recuperar el aliento y a disfrutar observando el paisaje. Las vistas del macizo de Ubiña espectaculares. Hacia León se ve la nieve bajar por los valles hasta donde alcanza la vista.




La luz va declinando y nos apresuramos por intentar alcanzar la cumbre. Llego yo el primero, seguido de Rubén y Nando. Hemos tardado unos 55 minutos. 

Nos abrigamos, quitamos las pieles, apretamos las botas y, para cuando estamos listos para arrancar llegan Carlos y Cris. Saldremos para abajo por delante Rubén y yo, que vamos más lentos para abajo que los demás, ellos nos cogerán enseguida.

La nieve está buena, muy suelta y se deja hacer. Hay que ir no obstante atento a los cambios. Para ser los primeros giros de la temporada, las sensaciones son buenas.

Nos paramos para reagruparnos y aprovechamos para disfrutar de las vistas. En frente el Cellón se nos muestra invitándonos. A la derecha las cumbres de Brañacaballo, Estorbín, Tresconcejos... una de las mejores zonas de la Cordillera para el esquí de montaña.

La parte baja nos deja girar más rápido y despreocupados. Me lo estoy pasando pipa. 

Llegamos al coche encantados del paseo, comentando una vez más lo afortunados que somos. 

Un regalo para todos está tarde de esquí.





viernes, 24 de marzo de 2023

La última: Celleros en esquíes

Peña Celleros (1.864 m) Viernes tarde Nando y Noelia
La peña Celleros es una cumbre suave de la cordillera, situada en el Puerto Pajares. Si bien el resto del año su interés es menor, cuando la cubre la nieve, como tantas otras, se transforma y su atractivo crece. Tiene palas adecuadas para el esquí de montaña en casi todas sus vertientes (alguna demasiado difícil para mí). Una de sus grandes ventajas es la gran accesibilidad: en apenas una hora desde casa estás calzando las tablas. Esto hace que sea ideal para escapadas express. Por supuesto se puede incluir en circuitos más largos y complejos también, enlazando cumbres y travesías.
Salgo del trabajo hacia la una y media, paso por casa de Nando. Nos juntamos con Noelia y arrancamos hacia el monte. Estoy a cuatro días de la operación. Salir a esquiar con este escenario me asusta un poco, pero por otra parte pienso que si no tuviera fecha marcada para la operación,seguiría saliendo al monte como estoy haciendo: es decir cada vez con más limitación, cada vez a menos volumen, pero seguiría saliendo. Con todo, mi actitud es totalmente amarrategui.
Este invierno ha sido muy rácano en precipitaciones y hasta hace apenas un mes no había nieve. Pero todo cambia con un par de temporales buenos. Hoy la nieve parece estar muy buena, las huellas que vemos al llegar sobre la ladera son de lo más inspiradoras; marcas de giros de esas que hacen que te apetezca salir para allá inmediatamente. Arrancamos cuesta arriba ganando metros. A lo lejos bastante por encima va una pareja. La loma tiene el ángulo ideal para mí, es bastante suave. Más arriba sí tenemos un tramo más empinado, no sé si por aquí me atreveré a bajar esquiando, ya se verá.
Nos cruzamos con la pareja que divisábamos por encima antes: vienen girando con soltura hacia nosotros y luego se echan por la pala de la derecha. Se les ve con muy buen nivel de esquí, sobre todo al que va delante. Aun así se cae un par de veces girando en la nieve profunda y empinada.
Al salir al plató de arriba la nieve cambia: está algo helada y esculpida por el viento que la ha castigado. Hacemos cumbre, nos sacamos unas fotos, y decidimos hacia qué lado tirar: otra gente hace un rato se ha echado hacia la vertiente de la estación. Nosotros vamos a bajar por donde hemos subido.
El primer tramo de la bajada para mí va entre el derrape y la cuña: está muy helado para mí. Noe y Nando me esperan cada poco. Una vez en la loma, la nieve mejora y ya vamos haciendo algunos giros, muy defensivos por mi parte. Cuando llegamos al tramo más empinado decido quitarme las tablas: no quiero arriesgar. Esquiar con una sola pierna y además con mi poco nivel, es demasiado riesgo. Bajo caminando la zona más inclidada, y luego ya me calzo de nuevo las tablas. El tramo final, en el que veíamos las huellas tan atractivas al llegar, está estupendo.
Hasta yo puedo ir marcando mis propios giros en la nieve virgen y suelta. Llegamos abajo contentos, como siempre es todo un regalo poder hacer esto después de haber trabajado. Disfrutar de la montaña aunque sea en dosis pequeñas.
Por este año se ha terminado el esquí para mí. Confío en que todo vaya bien y para la próxima temporada lo pueda retomar con mejores sensaciones.